Dentro del grupo de leches vegetales, encontramos la leche de soja (seguramente la que en esta época está más de moda), la leche de arroz, la leche de avena o la leche de almendras, entre muchas otras. Hoy nos centramos en esta última, la leche de almendras, como el resto de leches vegetales, es la elección de quienes no toleran la lactosa, de quienes quieren controlar su nivel de colesterol, de quienes llevan una dieta vegetariana (sin lácteos) o vegana, y en ciertas culturas o costumbres religiosas, el sustituto de la leche de vaca en días de abstinencia.
No siempre es un sustituto de la leche de origen animal, la leche de almendras es un alimento muy nutritivo y además tiene un sabor muy agradable, fruto de la exclusiva combinación de agua y almendras crudas, aunque se pueden incorporar aromatizantes y saborizantes naturales, vainilla, canela, cacao…
La leche de almendras, conocida en la Edad Media como Amygdalate, ha sido también un recurso alimenticio que garantizaba la disposición de leche, por ser menos perecedera que la leche de vaca, su consumo estuvo y está muy extendido en todo el mundo, y no sólo como una bebida, también como un ingrediente más en la cocina, se conocen recetas con leche de almendras como el Blancmange que data de 1390, o la denominada nata de leche de almendras, aparecida en un manuscrito medieval.
Esta leche vegetal se encuentra en el mercado fácilmente en distintos formatos, en España quizá la más popular es la Almendrina que se presenta en brick lista para beber, pero ojo, que aunque indica que es 100% vegetal, no sólo lleva agua y almendras, también lleva incorpora azúcar, glucosa y estabilizantes, y advierten en letra pequeña sobre la posibilidad de contener trazas de lactosa y de soja. Suena a chiste, porque en el lado opuesto del envase, en letra más grande declaran: ‘no tiene lactosa ni gluten’.
Hacer leche de almendras en casa es muy fácil, además podemos endulzarla o no, y aportarle el sabor de las especias que deseemos, u omitirlas para disfrutar de un sabor más natural. La elaboración es similar a la de la leche de avena, pero os la mostraremos paso a paso próximamente por si os animáis a hacer leche de almendras casera.
Sobre sus propiedades nutricionales, si hablamos de leche de almendras comercial será necesario comprobar el etiquetado, no siempre son las mismas. Obviamente destacan las propiedades de este fruto seco en dilución con agua, por lo que los valores medios energéticos rondan las 80 kcal., es rica en vitaminas A, D, E y del grupo B, y en minerales como el calcio, el hierro, el magnesio, el potasio o el sodio, entre otros, además aporta fibra, siendo una buena fuente de proteínas y carbohidratos, y de fácil digestión.
¿Os animáis a hacer vuestra leche de almendras casera?
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