La leche condensada tradicional se creó en Estados Unidos durante la guerra civil (guerra de Secesión) con el propósito de proporcionar un recurso que pudiera alimentar a los soldados del Ejército de la Unión (Ejército Federal o Nordista). El recurso permitía ofrecer a las tropas una versión de leche más duradera y segura que la leche de vaca cruda, que en poco tiempo entraba en descomposición.
Posteriormente la leche condensada se convirtió en un ingrediente más en la cocina estadounidense, pasando de ser consumida directamente de la lata, a formar parte de diferentes elaboraciones culinarias, especialmente reposteras. Por su parte, la leche condensada vegetal no apareció en las estanterías de los comercios hasta hace pocos años, se creó como alternativa al producto lácteo ante la demanda de las personas que siguen un estilo de vida vegano.
La leche condensada vegana es un producto con beneficios éticos y ambientales, no contribuye a los problemas asociados a industria láctea, como las condiciones en las que viven las vacas en las granjas industriales, la separación traumática de las crías de sus madres, el maltrato animal, etc. En cuanto a su uso culinario, la leche condensada vegana es tan versátil como la tradicional.
Se puede usar para endulzar el café y en todo tipo de recetas dulces. Dicho sea de paso que en la actualidad podemos encontrar diferentes tipos de leche condensada vegetal, en el año 2020, marcas como Carnation de Nestlé lanzaron sus propias opciones veganas con ingredientes como la avena y el arroz, otras marcas reconocidas como Nature’s Charm, Biona y Let’s Do Organic ofrecen leche condensada vegana elaborada con leche de coco en polvo, y así sigue, la variedad y la oferta se amplia para satisfacer los gustos y preferencias de los consumidores.
Por cierto, es buen momento para recordaros que también se puede hacer leche condensada en casa, aquí tenéis la receta para hacer leche condensada sin azúcar (también tenemos la receta de leche condensada con azúcar) con leche en polvo, y se hace igual con leche en polvo vegetal.
La elección de la leche condensada vegana no es sólo una opción culinaria, se trata de una decisión consciente que respalda la sostenibilidad y el respeto animal y medioambiental. Sin embargo, existen pros y contras, y como ya hemos comentado en otras ocasiones, el mercado amplía sus productos específicos para el segmento de consumidores que buscan alternativas vegetales y veganas, son productos que logran imitar con bastante acierto a sus homónimos tradicionales de origen animal, pero el inconveniente es que en muchas ocasiones se trata de alimentos ultraprocesados.
Que un producto se anuncie como vegano no lo hace más saludable, sobre ello hemos hablado en varias ocasiones en el blog, recordemos que algunos estudios asocian el consumo de ultraprocesados con una peor salud mental, con la multimorbilidad, con el incremento del riesgo de sufrir cualquier tipo de cáncer, etc. Al final, este tipo de alimentos son formulaciones industriales elaboradas a base de sustancias extraídas o derivadas de ciertos alimentos, además se les añaden aditivos para mejorar las cualidades organolépticas e incluso para ocultar ciertas características que no son atractivas para el consumidor.
En términos de salud, la leche condensada vegana a menudo se anuncia destacando que tiene menos grasas saturadas que su homónima láctea, asegurando que ofrece una opción más equilibrada para aquellos que buscan disfrutar de los placeres dulces sin comprometer su salud, algo que se puede poner en entredicho precisamente por ser un producto ultraprocesado y sobre todo, porque suele estar cargado de azúcar. Finalmente resumiremos los pros y contras de la leche condensada vegana:
Pros de la leche condensada vegana
Ética animal: Al optar por leche condensada vegana, se contribuye a la reducción de la explotación animal, ya que no implica la separación de crías y madres o el uso de productos derivados de animales en su producción.
Sostenibilidad: La producción de leche condensada vegana tiende a tener un menor impacto ambiental en comparación con la leche condensada tradicional, que está asociada con la industria láctea y a sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Menos grasas saturadas: La leche condensada vegana a menudo contiene menos grasas saturadas que su homónima láctea, lo que puede ser beneficioso para aquellos que buscan opciones más saludables.
Variedad de opciones: Con varias marcas en el mercado que ofrecen leche condensada vegana, hay distintas opciones disponibles y con distintos ingredientes como de base, coco, avena, arroz, soja…
Adaptabilidad en recetas: La leche condensada vegana se puede utilizar de manera similar a la versión tradicional en diferentes recetas de cocina, lo que brinda opciones deliciosas a aquellos que siguen una dieta vegana.
Contras de la leche condensada vegana
Disponibilidad limitada: Aunque la popularidad de los productos veganos está en aumento, la leche condensada vegana puede no estar tan ampliamente disponible como su contraparte láctea en todos los lugares.
Precio: En algunos casos, la leche condensada vegana puede ser más cara que la tradicional debido a los costos de producción y la demanda.
Diferencias de sabor y textura: Algunas personas pueden notar diferencias en el sabor y la textura entre la leche condensada vegana y la tradicional debido a los ingredientes y aditivos utilizados en su elaboración.
Aditivos: Algunas versiones comerciales de leche condensada vegana pueden contener aditivos o ingredientes procesados para mejorar la textura y el sabor, lo que tienen en consideración quienes buscan opciones más naturales.
Estos pueden ser los más básicos de los pros y contras de la leche condensada vegana, y para concluir, vamos a destacar un ‘contra’ de cualquier variedad de leche condensada, y es que tiene una cantidad elevadísima de azúcar, lo que convierte a este producto en un ingrediente de uso moderado y consumo ocasional. Incluso si se trata de versiones sin azúcar porque, como sabéis, sobre los edulcorantes también pesan perjuicios.