Las uvas pasas, uvas secas o simplemente pasas, son las uvas que han sido sometidas al desecado y como resultado se obtiene un fruto con una mayor concentración de sabor y azúcar. Según la organización de consumidores Foodwatch, en los Países Bajos muchos padres consideran que las uvas pasas son un tentempié saludable para sus hijos, sin embargo, este producto está cada vez más contaminado con pesticidas, hasta el punto de que una investigación ha descubierto que las uvas pasas pueden contener hasta 30 tipos de pesticidas diferentes.
El consumo de uvas pasas se asocia a beneficios como la protección de la degeneración macular, la formación correcta de los huesos y la absorción eficiente del calcio, la prevención de la anemia gracias a su aporte de hierro y vitamina B, la reducción de la presión arterial, etc. Claro, que se trata de un alimento del que no se debe abusar (como de ninguno) por su concentración de nutrientes, como los azúcares… a menudo sucede que las frutas deshidratadas, que son muy golosas tanto para adultos como para niños, si se toman como picoteo, puede darse el caso de que se consuma más de lo necesario, más que si se tratara de uvas frescas. Con ello se aumenta el consumo de azúcar y aunque procede de la fruta, no deja de ser un elemento que aumenta la ingesta energética de forma considerable.
El caso es que la Fundación del Centro de Nutrición de los Países Bajos, institución que proporciona información sobre la alimentación y la nutrición que se centra en la alimentación saludable, segura y sostenible, recomienda el consumo de uvas pasas como un refrigerio saludable para niños a partir de un año de edad (a pesar de que este producto puede suponer un riesgo de ahogo). La organización de consumidores apunta que este alimento puede no ser tan saludable, ya que sus beneficios se ensombrecen por el mencionado cóctel de pesticidas.
A esto hay que sumar que no se ha realizado un estudio sobre cómo interactúa la combinación de pesticidas y cómo podría afectar al organismo, y tampoco se tiene en cuenta la posible toxicidad de la mezcla. Por lo que las uvas pasas tienen la aprobación oportuna y se comercializan sin valorar estas cuestiones. Ante esta situación, Foodwatch pide a políticos y agencias reguladoras que adopten un principio de precaución ante los posibles efectos de la acumulación de múltiples pesticidas en el organismo, por otro lado, solicita a los supermercados que comercialicen productos que sólo tengan un máximo cinco pesticidas.
Por ejemplo, supermercados como Aldi y Lidl utilizan este requisito en la fruta que comercializan, y cadenas de supermercados como Ahold Delhaize, comercializan su fruta y verdura fresca con el requisito de que contengan un máximo de tres pesticidas. La organización de consumidores considera que estos requisitos deberían aplicarse también a las uvas pasas que comercializan, y recomienda que los consumidores compren sólo uvas pasas orgánicas si desean evitar ese cóctel de productos fitosanitarios que contiene el alimento en cuestión.
Foodwatch advierte que las pasas cada vez están más contaminadas, según el historial de análisis, en el periodo entre el año 2018 y 2020, la cantidad de pesticidas presentes en las pasas se duplicó, encontrándose una media de 25 sustancias químicas diferentes. Apunta especialmente a las pasas turcas como las más contaminadas, y no es algo que sorprenda, ya que es un país que con mucha frecuencia activa alertas alimentarias que son publicadas en el RASFF (Red de Alerta Europea). En ese historial de alertas podemos encontrar pimientos con hasta 131 veces más de nivel de insecticidas y acaricidas del que permite la UE, limones, higos secos, pimientos dulces, etc., que contienen altos niveles del fungicida imazalil, el insecticida lambdacialotrina, etc. Basta con realizar algunas búsquedas en la página del RASFF para darse cuenta de hasta qué punto el país incumple la normativa comunitaria e intenta introducir sus productos.
Decíamos que la media de plaguicidas encontrados fue de 25 tipos diferentes, pero en algunos casos se han detectado hasta 30 distintos, y se habla de pasas que se comercializan en supermercados de las cadenas Aldi y Plus, entre otros. En cambio, apenas se encontraron residuos de pesticidas en las pasas ecológicas, de ahí que sean las recomendadas. Según el análisis realizado en 2020 por la Autoridad Holandesa de Seguridad de Productos de Consumo y Alimentos (NVWA), se detectaron 45 tipos diferentes de pesticidas agrícolas en 15 mediciones, de ellos, 21 podían afectar al sistema reproductivo, seis eran probablemente cancerígenos y uno era mutagénico, y de otros, se tenía la sospecha que podían afectar al sistema endocrino. Pero a pesar de estos resultados y tal como está la normativa, sólo se cometió una violación de la legislación.
Cierto es que es posible que no se excedan los límites máximos de residuos de un plaguicida (LMR) si se toma individualmente cada uno de ellos, pero la combinación de todos puede resultar fatal y causar problemas de salud. Recordemos que en el año 2020 la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) publicó por primera vez los primeros informes del riesgo acumulativo de pesticidas en los alimentos (ver aquí). Hasta la fecha, los plaguicidas presentes en los alimentos se habían evaluado por separado, y no se había analizado el riesgo resultante para la salud por la combinación de diferentes tipos de plaguicidas.
Aunque hablamos de la denuncia de Foodwatch en los Países Bajos, merece la pena considerar los resultados, ya que las uvas pasas que se comercializan en ese país también pueden estar en los mercados de otros países comunitarios como España, por lo que no estaría mal que se realizara un análisis para conocer en qué estado están las uvas pasas que podemos meter en nuestra cesta de la compra.
Foto 1 | Leslie Seaton
Foto 2 | Marco Verch