A finales del año pasado podíamos saber que la CE emitía un dictamen en el que se rechazaba que en el etiquetado de la miel de mezclas se indicara el porcentaje de los diferentes tipos de miel, y tampoco aceptaba que países de donde procede la miel aparecieran en un orden de mayor a menor asociado al porcentaje. Esta opacidad en el mercado de la miel se puede considerar un fraude que afecta a pequeños productores y a consumidores, parece evidente que la industria envasadora de miel tiene una gran influencia en el seno de la UE.
El caso es que en nuestro país, en los próximos días se publicará en el BOE (Boletín Oficial del Estado) un Real Decreto que modifica la norma sobre la calidad de la miel, y organizaciones como COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) aplauden a medias la inclusión de una nueva normativa que obliga de identificar el país de origen de la miel, ya que es un pequeño paso que soluciona poco, la razón es que se mantienen las trampas en la nueva norma del etiquetado de la miel.
Aunque se indiquen los países de origen en el etiquetado de la miel, no se incluirán los porcentajes y la lista de países no aparecerá en una escala de mayor a menor participación. En la práctica, esto supone que un bote de miel que mezclas un 1% de miel española y un 99% de miel de China tendrán la misma leyenda que una miel con un porcentaje del 49% española y el 51% china. Seguramente ocurrirá como con otros productos, la industria podrá utilizar imágenes y, quizá, mensajes que induzcan a creer que se trata de miel española cuando, en realidad, se podría considerar china, como en el ejemplo del 99% citado.
Nuestra opinión es que el Ministerio de Agricultura está favoreciendo a las etiquetas trampa o etiquetas deshonestas, así como los mensajes fraudulentos que puedan aparecer en los envases de miel. Merece la pena recordar el peso que tiene la miel china en Europa, para ello, nada mejor que dar un vistazo a esta infografía, aunque los datos no están actualizados, dada la progresión de las importaciones podemos comprender mejor por qué se importa tanta miel de ese país.
COAG considera que la modificación de la norma vigente es una buena noticia para el sector apícola, con ella se modifica el etiquetado a fin de que pueda ofrecer información más detallada y transparente del origen de la miel (pero, como ya hemos comentado, no es tan buena la noticia). Es un pequeño paso, pero quedan otros por dar para poder hablar de un etiquetado claro y totalmente transparente, no basta con especificar los países de origen, es necesario que se incluyan los porcentajes, que se legisle sobre la publicidad, ya que a nivel comunitario está permitido ensalzar en el etiquetado un ingrediente, por minoritario que sea, induciendo a la confusión de los consumidores.
Ahora, los consumidores tendrán algo más de información, es un paso que también beneficia a los pequeños productores, ya que podrán diferenciar la calidad de la miel que producen sus explotaciones frente a la de terceros países. De todos modos, a la hora de comprar miel siempre recomendaremos recurrir a pequeños productores de la zona y a los mercados locales a los que abastecen, pues la miel que podemos encontrar en muchas tiendas y supermercados generalmente es a base de mezclas. COAG comenta que el Ministerio de Agricultura ha dejado al consumidor con la miel en los labios al aceptar una serie de concesiones de última hora a la industria envasadora, lo que demuestra su influencia y su poca voluntad de informar a los consumidores, algo lógico teniendo en cuenta que trabajan con volúmenes enormes de miel de China.
Otra cuestión que se destaca en el artículo de COAG, es el hecho de que en el etiquetado no se indicará si se trata de miel que ha sido sometidas a tratamiento térmico, práctica en la que se calienta la miel durante un par de minutos a 80º C antes de su envasado, con ello se evita que la miel cristalice y que se mantenga siempre fluida. Pero, claro, la calidad de la miel se ve afectada, se reduce el contenido en vitaminas, enzimas y otros nutrientes, por lo que los beneficios nutricionales también se reducen. En este sentido, no estaría mal tener en cuenta la nueva tecnología que creó Sonicat-Systems, que permite procesar la miel sin que se altere su contenido nutricional.
Foto 2 | Blumenbiene