Una investigación realizada por expertos del Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Universidad de California en Davis, concluye que ante una comida rica en grasas, las personas tienen una respuesta inflamatoria diferente y muy individualizada, lo que muestra que los seres humanos son únicos, más de lo que se creía, cuando se trata de digerir comidas ricas en grasas.
En el estudio participaron 20 personas que consumieron una comida estandarizada con un contenido del 38% en grasas, equivalente al consumo de una hamburguesa pequeña, una bolsa pequeña de patatas fritas y un batido de helado con frutas de tamaño pequeño. Las respuestas inflamatorias del organismo fueron totalmente diferentes, no hubo dos exactamente iguales. La inflamación es una respuesta del organismo que delata una reacción de los glóbulos blancos, proceso normal al consumir una comida que contiene una gran cantidad de grasa, siendo un mecanismo de defensa o autoprotección que forma parte del sistema inmune, como si existiera un ataque externo.
En estudios anteriores realizados por la Universidad de California en Los Ángeles, constataron a través de una investigación realizada con roedores de laboratorio, que si seguían una dieta rica en grasas, las células del intestino delgado respondían del mismo modo que responderían ante una infección viral, activando ciertas moléculas y causando inflamación en todo el cuerpo. Los expertos comentan que existen varios alimentos que favorecen la inflamación, los que contienen grasas trans, grasas saturadas, hidratos de carbono refinados, etc., causando la descompensación entre la proporción de omega-3 y omega-6, elevando el nivel de azúcar en sangre, etc.
El caso es que en este nuevo estudio se ha observado, como hemos comentado, que ante una misma comida no existe una misma reacción, cada participante de la investigación tuvo una única respuesta inflamatoria, y del mismo modo, varió el tiempo de la respuesta inflamatoria cuando alcanzaba su máximo valor en un rango de hasta seis horas después de haber consumido la comida.
Los investigadores llevaron a cabo una prueba con la que se podía determinar si algún gen del mapa genético humano estaba silenciado o activo, a fin de poder determinar su influencia en las variaciones de las respuestas inflamatorias. Se constató que hasta 13.000 genes tenían respuestas que diferían entre cada participante de la investigación. Los expertos consideran que los resultados son interesantes, sobre todo por el creciente interés existente por la nutrición personalizada, siendo una prueba de que las dietas no afectan del mismo modo a todas las personas y que es necesario personalizarlas para que se adapten perfectamente a la respuesta del organismo.
Este es un primer paso, pero es necesario comprender cuál es la variabilidad entre personas antes de poder considerar el establecimiento de diferentes requisitos en las dietas. Hay que decir que la inflamación acelera el envejecimiento del organismo y es un factor de riesgo para sufrir distintos problemas de salud, como la diabetes, la artritis reumatoide, el asma, enfermedades coronarias, el Alzheimer, el cáncer de próstata, etc.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, la denominada dieta del ADN o nutrigenética es la respuesta para que cada persona pueda seguir una dieta perfecta y adecuada a su organismo y necesidades, algunos investigadores auguran que terminará sustituyendo a las distintas dietas que existen en la actualidad, ya que la información recabada en los genes proporcionará una respuesta muy precisa sobre qué alimentos serán los más adecuados para la dieta.
Podéis conocer más detalles de esta interesante investigación a través de la página oficial del ARS, y en este otro publicado en la revista científica Journal of Nutritional Biochemistry.
Foto 1 | wuestenigel
Foto 2 | Phreddie