Según un ex miembro del comité gubernamental encargado de la evaluación de la seguridad del salmón transgénico, los procesos de revisión tienen errores y por tanto las nuevas tecnologías alimentarias no pueden prosperar. Otros investigadores argumentan que se evalúan los riesgos sin tener en cuenta los beneficios o las consecuencias de no aprobar los nuevos alimentos, algo que provoca un estancamiento en los actuales sistemas productivos, este tipo de actitudes son consideradas poco científicas e injustas por los investigadores. Así lo creen Willian M. Muir del departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) y Alison L. Van Eenennam, especialista en genómica y biotecnología animal. Estas opiniones contrastan con las de otros científicos que no avalan el salmón transgénico, como por ejemplo Fredrik Sundström o expertos de la Universidad de Gothemburg.
Recordemos que el investigador William Muir ha respaldado la producción de salmón transgénico desde hace algunos años, ha argumentado que los salmones que pudieran escaparse a mar abierto no se podrían reproducir y la procreación de las especies salvajes no se vería alterada. La afirmación de que no existe peligro para los seres humanos y mucho menos para el medio ambiente, se mantiene. Únicamente se ensalzan beneficios tanto económicos como productivos, las advertencias de otros investigadores caen en saco roto. Bajo el lema de que las nuevas tecnologías alimentarias no pueden prosperar y con ello el sistema productivo se estanca, parece haberse lanzado una ofensiva por parte de algunos investigadores y miembros de la empresa AquaBounty Technologies Inc., recordemos por ejemplo el post Prohibido el salmón transgénico por unos paranoicos mal informados.
Es el mismo argumento que se utiliza en otros países, para no descolgarse del avance de las tecnologías alimentarias y de los posibles beneficios que puedan ofrecer, países como China han aplicado rápidamente una nueva legislación de alimentos transgénicos y parecen no haber sopesado los riesgos que pueden encerrar, efectos impredecibles y desconocidos por la falta de estudios a largo plazo.
Volviendo a la noticia, las opiniones vertidas por los investigadores que están a favor de los salmones modificados genéticamente, se lanzan a raíz de la prohibición que ha impuesto el Congreso de Estados Unidos a que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) pueda dar vía libre a la comercialización de salmones transgénicos, una enmienda propuesta por los senadores Don Young y Lynn Woolsey, solicitando prohibir el uso de los fondos de la FDA para la tramitación y aprobación del salmón, próspero por mayoría, de ello hablábamos en el post Estados Unidos prohíbe el salmón transgénico. Nuevamente se ensalza la capacidad de crecimiento del salmón y la reducción de los costes de producción, incluso se indica que con este alimento se podrían reducir las emisiones de carbono, como si se tratase de un alimento más respetuoso con el medio ambiente.
También se vuelve a argumentar el principio de equivalencia sustancial, es decir, un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es significativamente equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional. Por cierto, esta es una de las razones argumentadas para no etiquetar los alimentos transgénicos, no permitiendo a los consumidores que decidan si quieren o no comer un alimento modificado genéticamente, evidentemente el temor es que muchos consumidores los rechazarían. Otras cuestiones argumentadas como el mayor contenido en los salmones del factor de crecimiento IGF-1, elemento asociado a la incidencia del cáncer de colon o el cáncer de mama en los seres humanos, también han sido desestimadas por los investigadores a favor de los salmones transgénicos argumentando que no existen diferencias.
Se indica que las nuevas tecnologías alimentarias se frenan y la razón es que existe demasiada carga regulatoria, ¿se sopesan los riesgos en exceso?, tengamos en cuenta que se trata de un nuevo alimento y que no sabemos a ciencia cierta las consecuencias de su producción. Los expertos indican que el salmón salvaje no es ecológicamente sostenible ante su creciente demanda y que soluciones como la que ofrece AquaBounty Technologies Inc. son las más viables. ¿Por qué no trabajar para que el salmón salvaje si sea ecológicamente sostenible?
Se reafirman en la convicción de que los peces transgénicos son la alternativa para reducir la presión en las especies salvajes, se podría decir que tras una posible aprobación del salmón transgénico, se iniciaría una escalada en la producción de otras variedades de peces modificados genéticamente bajo esta premisa. Los investigadores creen que no se ha valorado correctamente el nuevo alimento, se han obviado los beneficios, argumentan (y es algo que no compartimos) que los productores que crían animales convencionales realizan cruces para obtener ejemplares que crezcan más rápido y sean más grandes, lo mismo que persigue la biotecnología, pero en este caso, no existe control o regulación. En nuestra opinión este argumento no tiene validez, ya que se realizan cruces naturales sin modificar o incluir genes de otra especie.
Quieren que los salmones transgénicos sean sometidos a la misma normativa que los salmones que se crían convencionalmente, indican que no es coherente aplicar normas diferentes a cada variedad desde una perspectiva científica y la carga administrativa sobre los primeros es excesiva. Se lanza una advertencia que podría calificarse de amenaza, vetar el salmón transgénico pone en riesgo los avances tecnológicos que buscan las mejoras genéticas de los alimentos, algo que se traduce en una peor seguridad alimentaria, una peor salud humana y animal.
Es evidente que AquaBounty Technologies Inc no desistirá hasta que logre su objetivo y utilizará todas las armas a su alcance para ello. Posiblemente pronto tendremos nuevas noticias, tal y como se presentan los acontecimientos, cualquier día nos dicen que el salmón transgénico ha sido aprobado y se convierte en el primer alimento animal aprobado por la FDA.