Al parecer, las cadenas de distribución de Alemania, uno de los mayores mercados de la exportación de cítricos que realiza la Comunidad Valenciana, han forzado la reducción de los precios de las naranjas y mandarinas siendo éstos inferiores a los del resto de países de la Unión Europea. Las naranjas en Alemania son más baratas que en España, hablamos de cítricos de primera calidad y gran calibre que se pagan a 0’45 y 0’50 euros por kilo. En cambio, el mismo producto en el Reino Unido se paga a 0’70 euros/kilo.
El consumidor alemán paga las naranjas valencianas de calidad a un euro el kilo, recordemos que en España, y según los datos que nos facilita el Índice de Precios en Origen y Destino, concretamente el IPOD de noviembre 2009, los consumidores españoles hemos pagado las naranjas a 1’54 euros kilo. Durante las últimas semanas han sido varios los exportadores que han decidido no trabajar con el mercado alemán de los cítricos y las exportaciones a Alemania se han reducido significativamente.
Evidentemente esta situación no favorece el acuerdo de la Organización Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) que garantizaba naranjas y mandarinas con precios mínimos establecidos, acuerdo bien recibido y que permitía al sector citrícola respirar con más tranquilidad, evitando los problemas de años anteriores, de ello hablábamos en los post La crisis de los cítricos españoles y Denunciar a los intermediarios cuando no pagan el precio justo.
Resulta indignante y decepcionante saber que un producto de primera calidad que debe viajar unos 2.000 kilómetros hasta llegar a Alemania incrementando el gasto energético, las emisiones contaminantes y pagando los correspondientes aranceles, resulte más barato que comprarlo en el propio país productor. Recordemos que estamos hablando de dos países miembros de la Unión Europea y no de la exportación de países como Marruecos.
Los productores valencianos quizá deberían temer que la situación que han provocado las cadenas de distribución alemanas forzando a la baja el precio de los cítricos, no termine trasladándose al resto de mercados europeos. Algo así provocaría el desplome de los precios y si los exportadores quisieran trabajar y los productores no perder parte de la cosecha, tendrían que pasar por el aro. Al final los acuerdos como el que hemos citado no sirven de mucho, especialmente si hablamos del mercado internacional y del poder que tienen las cadenas de distribución para manipular los precios a su antojo.