A principios de año, en Suiza se actualizó la legislación sobre el bienestar animal y se introdujo la obligación de aturdir a los crustáceos antes de cocinarlos con el propósito de evitarles un sufrimiento innecesario. Anteriormente se creía que no sufrían dolor al introducirlos vivos en agua hirviendo, consideraban que el sistema nervioso de los animales no era suficientemente complejo, pero algunas investigaciones demostraron de contrario, determinando que sí sufrían dolor, de ello hablábamos aquí.
Pues bien, el Gobierno del Reino Unido ha tenido en cuenta las peticiones de los grupos animalistas y está considerando poner en marcha una ley similar a la de Suiza, por lo que crustáceos como las langostas deberán ser aturdidas antes de cocinarlas. Esta medida también se ha considerado en otros países respaldándose en las conclusiones de biólogos y científicos, que han aceptado que el sistema nervioso de las langostas es sofisticado y tienen sensibilidad. Otros países como Nueva Zelanda, Austria o Noruega, han introducido esta medida en la legislación.
El Ministro de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del país anunció que estaba considerando modificar la legislación, fue quien realizó el anuncio explicando que existían pruebas científicas que demostraban que los crustáceos decápodos sufrían estrés y dolor con los métodos tradicionales de cocción, algo que era necesario cambiar para evitar un sufrimiento innecesario en estos animales.
La RSPCA (Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals), organización sin ánimo de lucro que promueve el bienestar de los animales, ha dado a conocer una serie de instrucciones sobre el modo correcto de manipular un langosta a fin de evitar un dolor innecesario al animal, explica que un modo efectivo es la congelación gradual, ya que con ello se logra adormecerlas hasta que quedan inconscientes y, por tanto, se puede proceder a su cocción.
También recomiendan el uso de dispositivos como el Crustastun, un aparato profesional para las cocinas de los restaurantes, concebido para sacrificar crustáceos sin estrés y dolor. El aparato aturde completamente a los animales en apenas un segundo, si se utiliza durante cinco o diez segundos se sacrifica cualquier variedad de crustáceo, lo que evita tener que esperar si se opta por la congelación, algo que beneficia al ritmo de trabajo de las cocinas. Se asegura que con el uso de este dispositivo se mejora la calidad de la carne por la ausencia del estrés, en el siguiente vídeo podéis conocer más detalles de su funcionamiento.
Parece ser que el posibilidad de que cambie la legislación para implantar la nueva norma, parte de una carta enviada el mes pasado al secretario de Medio Ambiente exponiéndole el tema, en el escrito se explica que era necesario incluir los crustáceos decápodos en la legislación sobre bienestar animal. A esto hay que sumar que se puso en marcha una petición online en Change.org para apoyar los cambios en la legislación, petición que ya han firmado más de 32.000 personas.
En definitiva, como explican aquí, si se aprueba la reforma de la legislación sobre bienestar animal en el Reino Unido (algo que tiene muchas probabilidades de que se haga efectivo, estará prohibido introducir crustáceos vivos en agua hirviendo para cocinarlos.