La organización Oxfam Internacional denuncia que las grandes compañías de alimentación toman pocas medidas contra el cambio climático, se asegura que las 10 mayores empresas dedicadas al mundo de las bebidas y la alimentación contaminan tanto como el país número 25 en el ranking de los países más contaminantes del mundo. A pesar de que conocen las consecuencias del cambio climático, parecen esperar que no les afecte y además que sean otros quienes solucionen el problema cuando en realidad son parte de él.
La ONG pide a estas grandes compañías que establezcan políticas más agresivas para la reducción de emisiones contaminantes, el cambio climático pone en riesgo la cadena de suministros alimentarios y por tanto, también pone en riesgo la rentabilidad de muchas empresas, por lo que adoptar medidas sería beneficioso para compañías líderes como General Mills, Kellogg’s, Mars, Unilever, Nestlé, Coca Cola, etc.
Hoy en día muchos agricultores del mundo están padeciendo las consecuencias del cambio climático, sequías, inundaciones y otros desastres naturales que impiden poder producir los alimentos necesarios, y por tanto, se incrementa el número de personas que pasan hambre, especialmente en los países más desfavorecidos, aunque también afecta a los países desarrollados. A los fabricantes de alimentos parece que les importa poco, no dan a conocer las cifras reales de sus emisiones contaminantes, ni establecen objetivos para reducir el volumen de contaminación que generan.
Por otro lado, trabajan con otras empresas cuya actividad agrava aún más la situación y acelera el cambio climático, empresas que utilizan demasiados fertilizantes para poder producir y abastecer a las grandes compañías, se talan bosques para contar con más extensiones de tierra para cultivar, se infringen normativas a fin de poder garantizar la producción de materia prima, etc. Esta situación no puede seguir, por ello se ha realizado una campaña para recoger firmas y enviar una petición a empresas como Kellogg’s y General Mills, para que reduzcan sus emisiones contaminantes. Oxfam cree necesario que la población actúe y exija a las empresas y a los Gobiernos que trabajen para reducir las emisiones contaminantes y así suavizar los efectos del cambio climático, reduciendo el riesgo de la pérdida de la seguridad alimentaria.
Sobre estas líneas podéis ver el vídeo de la campaña, explican que existe una verdad que se esconde detrás de nuestras marcas favoritas, una verdad difícil de digerir. La forma en la que estas empresas alimentarias producen la comida también alimenta al cambio climático y sus consecuencias son desastrosas. Se destaca que General Mills y Kellogg’s son las empresas que peores resultados tienen en el ámbito de la lucha contra el cambio climático, por ello invitan a todos los internautas a pedir a estas dos empresas que faciliten el avance del cambio climático y cambien sus políticas. A través de este enlace podéis sumaros a la solicitud.
La mitad de las emisiones contaminantes emitidas asociadas a estas grandes compañías se atribuyen a las cadenas de suministro, sin embargo, ninguna de ellas requiere a sus proveedores que establezcan políticas respetuosas que reduzcan el avance del cambio climático. Hay que tener en cuenta que el 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero se originan a partir del sistema productivo alimentario, esta cifra se incrementará irremediablemente año tras año a consecuencia del aumento de la demanda de alimentos.
Decíamos que este conjunto de compañías de alimentación y bebidas contaminan tanto cono el país número 25 más contaminante del mundo, algo más de 263 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, Oxfam explica que estas grandes compañías deben ser capaces de reducir las emisiones contaminantes asociadas a su actividad a 80 millones de toneladas, lo que equivaldría a sacar de la carretera todos los coches que circulan en Nueva York, Londres, Los Ángeles y Beijing.
Es cierto que estas empresas han establecido objetivos para reducir las emisiones, pero son esfuerzos insuficientes y poco significativos, casi se podría decir que son testimoniales y la finalidad es mostrar un lado afable inexistente. Oxfam apunta a General Mills y Kellogg’s como las compañías más infractoras, denuncia sus actividades en países en vías de desarrollo con legislaciones precarias donde pueden campar a sus anchas. Como ya explicábamos en su momento, la producción de alimentos debe tener en cuenta el cambio climático, de lo contrario se reducirá la producción poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y forzosamente se incrementará el precio de los alimentos al haber menos disponibilidad. Oxfam calcula que en los próximos 15 años, productos como los cereales de General Mills aumentarán el precio de venta hasta en un 24%, en el caso de los Corn Flakes de Kellogg’s, esa subida podría alcanzar el 44%.
Resulta gracioso saber que algunas de estas compañías reconocen que la actual situación ya les ha dado algún que otro golpe económico, han sufrido pérdidas a causa de fenómenos meteorológicos como las inundaciones o los cambios drásticos de temperatura, pero como ya hemos indicado, parecen estar esperando que sean otros quienes resuelvan el problema.
A continuación os transcribimos las conclusiones de la investigación realizada por Oxfam:
• Todas las «10 Grandes» reconocen la necesidad de reducir las emisiones agrícolas indirectas en sus cadenas de suministro y siete de ellas miden y publican sus emisiones anualmente a través del proyecto Carbon Disclosure Project (excepto Kellogg’s, General Mills y Associated British Foods);
• Sólo Unilever y Coca-Cola han fijado objetivos de reducción de emisiones para sus cadenas de suministro, pero ninguna de las diez se ha comprometido claramente a reducir sus emisiones agrícolas conforme a objetivos específicos.
• Ninguna de las «10 Grandes» obliga a sus proveedores a establecer objetivos de reducción de emisiones.
• Las diez principales empresas de alimentación y bebidas han establecido objetivos para reducir las emisiones derivadas de sus actividades, pero a menudo estos objetivos carecen de base científica y no reflejan la contribución real de estas empresas al problema.
• Varias de estas diez empresas se han comprometido a acabar con la deforestación en sus cadenas de suministro de aceite de palma en un plazo de tiempo muy ambicioso, pero sólo Mars y Nestlé han ampliado estas medidas a otras materias primas que también provocan deforestación y el cambio del uso del suelo.
• Una empresa indonesia que vende aceite de palma a Cargill, proveedor de Kellogg’s, General Mills y otros gigantes de la industria agroalimentaria, está presuntamente involucrada en una quema de terrenos forestales para producir aceite de palma que originó un importante incendio que, por sí sólo, provocó la emisión de tantos gases de efecto invernadero como los que emiten 10,3 millones de coches en un año.
• A excepción de Unilever, Coca-Cola y Mars, los gigantes de la industria de alimentación y bebidas no están tomando medidas suficientes para urgir públicamente a Gobiernos y empresas que hagan más para luchar contra el cambio climático como, por ejemplo, oponerse a posturas perjudiciales o incorrectas que las asociaciones que les representan asumen.
Es prioritario que las grandes compañías de alimentación adopten medidas eficaces contra el cambio climático, salvaguardarán los intereses de la población y sus intereses económicos. A través de este artículo publicado en Oxfam y titulado ‘Por qué las empresas de alimentación y bebidas deben hacer más para luchar contra el cambio climático’, podréis conocer más detalles sobre la investigación.