En el mes de febrero conocíamos una investigación periodística del diario Le Monde y Radio France que supuestamente destapaba un fraude alimentario que afectaba a las aguas minerales Perrier, Vittel y Cristaline, entre otras. Estas aguas embotelladas eran sometidas a tratamientos prohibidos por la normativa francesa, uso de filtros de carbón, filtros UV, adición de agentes contra la contaminación, etc. Supuestamente estos tratamientos no deben utilizarse con aguas minerales puras, por ello la organización de consumidores Foodwatch Francia puso en marcha una denuncia contra los procesamientos ilegales.
Según la investigación periodística, Nestlé Waters (división de agua embotellada de la multinacional suiza Nestlé) violó durante años las normativas sobre el tratamiento y seguridad de las aguas minerales embotelladas. Ahora el escándalo da un giro de tuerca y según los periodistas, la filtración de un informe de la ANSES (Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo) de octubre del año pasado, indica que las fuentes de agua de Nestlé están contaminadas con bacterias, pesticidas y químicos permanentes o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS).
Los periodistas de Radio France y Le Monde que han dado a conocer nueva información, explican que el informe de la ANSES apunta la necesidad de llevar a cabo un plan de vigilancia reforzada que elimine esas preocupaciones por la calidad sanitaria de las marcas de agua embotellada que están afectadas. Este nuevo informe aparece tras las acusaciones que apuntan a Nestlé por llevar a cabo prácticas ilegales como comercializar agua del grifo y usar tratamientos prohibidos.
Según las normativas comunitarias, sólo unos pocos procesos de tratamiento están permitidos en la producción y procesamiento de agua mineral natural en Europa. En este sentido, Nestlé admitió haber utilizado tratamientos ultravioleta y filtros de carbón activado con el propósito de mantener la seguridad alimentaria, pero también asegura que ya no utiliza estos métodos. El caso es que ahora Foodwatch Francia exige que se retire el agua embotellada de los lineales y que se informe lo antes posible a todos los países importadores, dado que existe un nivel insuficiente de confianza de la ANSES para garantizar la calidad sanitaria de las aguas.
Se reitera la preocupación de que el gobierno francés fuera consciente del posible riesgo y peligro para la seguridad de los consumidores, y de que no informara sobre el problema. Lo cierto es que esa falta de transparencia y buen hacer no se puede achacar sólo a las empresas de agua embotellada, también a las autoridades francesas según toda la información revelada por los periodistas de investigación. Una cosa que es evidente, es que la Directiva Europea sobre el Agua determina que cuando el agua mineral está contaminada, se debe suspender inmediatamente el embotellado y la comercialización, y sobre esto se fundamenta la petición de Foodwatch Francia.
Los periodistas de Le Monde comentan que Nestlé Waters France asegura que todas sus aguas minerales naturales francesas son seguras, algo que contrasta con la sugerencia de la ANSES sobre la puesta en marcha de un plan de seguimiento y controles, dados los hallazgos de contaminantes, la presencia de bacterias peligrosas, etc. Hay que decir que Nestlé no se ha pronunciado porque todavía no ha visto ese informe de la ANSES, por lo que hasta el momento mantiene su afirmación.
Seguramente no tardaremos en conocer nuevas noticias sobre el tema, podéis conocer más detalles de esta noticia a través de la página de la asociación de consumidores Foodwatch Francia.
Foto | Chris Hsia
