Según un informe realizado por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA), las enfermedades bacterianas transmitidas por alimentos son cada vez más difíciles de tratar. Esta es una de las conclusiones sobre el mencionado informe en el que se trata la resistencia a los antibióticos en las zoonosis, es decir, las enfermedades infecciosas que se transmiten de forma natural de los animales a los seres humanos y viceversa.
Los últimos datos de los que disponen estas agencias indican que los seres humanos, los animales y los alimentos tienen una gran proporción de Salmonella resistente a tres o más antibióticos, recordemos que este género bacteriano constituye un importante grupo de patógenos para animales y seres humanos. En el informe se apunta que en los seres humanos, la resistencia a la ciprofloxacina, antibiótico que se utiliza en el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio, diarreas infecciosas, infecciones en las articulaciones, etc., es bastante común y en especial en ciertos tipos de Salmonella.
Se podría decir que este nuevo informe es una actualización del que se presentó en febrero del año pasado, ya que salvo algunos datos, la información es bastante similar. Según el nuevo documento, la resistencia de la Salmonella a altas concentraciones de ciprofloxacina ha aumentado de un 1’7% en 2016 a un 4’6% en 2018. En el caso de las bacterias Campylobacter, 16 de 19 países europeos han informado de porcentajes altos o extremadamente altos de resistencia a la ciprofloxacina.
En los animales está ocurriendo algo similar, según los datos, existe una elevada proporción de resistencia de las bacterias de la salmonella y E. coli (Escherichia coli) frente a la ciprofloxacina en las aves de corral. En este sentido, merece la pena recordar que esta investigación presentada en 2018, concluía que existían más de 400 genes de resistencia a los antibióticos presentes en las granjas de cerdos y pollos de la UE. Los expertos encontraron bacterias con resistencia a las tetraciclinas, los macrólidos, los betalactámicos o los aminoglucósidos, destacando que algunos de estos genes eran comunes en ambos tipos de animales.
La EFSA y el ECDC apuntan que la ciprofloxacina es un fármaco del grupo de las fluoroquinolonas, un tipo de antibiótico de amplio espectro contra las bacterias Gram-positivo y Gram-negativo, que se considera de último recurso y muy importante para los seres humanos. Que este tipo de fármacos pierdan su capacidad es preocupante y como ya hemos comentado en otras ocasiones, Europa y el mundo en general está afrontando el incremento de estas superbacterias, una creciente amenaza que puede terminar con un preciado recurso para el tratamiento de enfermedades haciendo que en un futuro, simples infecciones no respondan a los tratamientos tanto en animales como en seres humanos.
Según investigaciones anteriores, como la antes citada sobre los genes de resistencia, estos genes se pueden transmitir independientemente de la bacteria en la que se encuentre, las bacterias transmiten a otros miembros de su especie la resistencia con la ayuda de unos elementos móviles denominados integrotes, lo que provoca que con cada nueva generación de bacterias aumente la resistencia a la acción de los fármacos. De hecho, se ha encontrado una asociación evidente entre el uso de antibióticos y la prevalencia de los genes de resistencia, cuanto menos se utilizan los antibióticos, menos genes de resistencia se detectan en las bacterias.
Hay casos fuera de la UE que son de denuncia, por ejemplo, lo que ocurre en la India, país considerado el epicentro de la crisis mundial de la resistencia a los antibióticos. Según esta investigación realizada por la Oficina de Periodismo de Investigación (Bureau of Investigative Journalism), en la India y en otros países, se proporciona a las aves un antibiótico considerado de último recurso denominado colistina. El fármaco se utiliza como medida preventiva ante las enfermedades y como promotor del crecimiento, este uso con fines no terapéuticos deriva irremediablemente en la resistencia de las bacterias a la colistina.
La EFSA comenta que si las fluoroquinolonas, un grupo de antibióticos altamente eficaces, pierden su efectividad, el impacto en la salud humana podría ser significativo. La buena noticia es que la resistencia combinada de las bacterias de la Salmonella a las fluoroquinolonas y las cefalosporinas (antibióticos beta-lactámicos bactericidas) de tercera generación, se mantiene baja, lo mismo que la resistencia combinada de las bacterias Campylobacter a las fluoroquinolonas y los antibióticos macrólidos.
Mike Catchpole, científico y jefe del ECDC, explica que resulta preocupante que se encuentre resistencia a los carbapenemas (antibióticos de amplio espectro) en bacterias transmitidas por los alimentos en Estados Unidos. Recordemos que hace un par de años, un análisis realizado por EWG (Environmental Working Group) determinaba que casi el 80% de la carne que se podía encontrar en un supermercado en Estados Unidos, estaba contaminada con bacterias resistentes a los antibióticos, esto nos puede dar una idea del problema que se vive en el país por el abuso de los fármacos utilizados con fines no terapéuticos en las granjas.
En la Unión Europea el ECDC trabaja con la EFSA y los países miembros para mejorar el control y detección de este tipo de microorganismos resistentes a los fármacos, en un esfuerzo para combatir la creciente y persistente amenaza de las infecciones zoonóticas resistentes a los antibióticos. En el documento se incluyen indicadores clave de los resultados que pueden ayudar a los países comunitarios en la evaluación del progreso de la reducción del uso de antibióticos en los animales y en la lucha contra la resistencia que generan los microorganismos a los fármacos.
Según el informe, los datos son esperanzadores, ya que tras algunos años de trabajo, se han encontrado signos de mejora en la UE, aunque, la verdad, no son muy significativos y a esto hay que añadir que en otros países del mundo ocurre lo contrario y que existe la posibilidad de que las bacterias resistentes sean importadas y causen muchos problemas. Os recomendamos leer el informe de la EFSA en este documento (Pdf) para conocer un poco mejor cómo está la situación y los avances que se han realizado en la lucha contra la resistencia generada por las bacterias a los antibióticos.