Al menos unas 20 empresas de ocho países europeos trabajan en el desarrollo y producción de carne de cultivo celular, varias de ellas se agrupan en una organización denominada Cellular Agriculture Europe, organización que se define como una coalición de empresas comprometidas con la construcción de un futuro más resistente y sostenible, utilizando una alternativa al actual proceso de producción de productos de origen animal.
Dada la creciente preocupación sobre el impacto ambiental asociado a la producción intensiva de animales destinados al consumo humano, así como las consideraciones éticas como el bienestar animal, alternativas como la carne a base de células o los alimentos vegetales que imitan la apariencia y las cualidades organolépticas de la carne, están experimentando un gran impulso. Por ello, no es de extrañar que las empresas europeas de carne de cultivo celular se planteen poner en marcha los procedimientos para solicitar la aprobación en la UE.
Es lógico teniendo en cuenta que la carne a base de células ya ha sido aprobada en otros países, recordemos que en 2020 Singapur fue el primer país del mundo en aprobar por regulación la carne picada de pollo de Eat Just, empresa que trabaja en la producción de este alimento a partir de células animales (de pollo) cultivadas. Pero, hay que decir que en el caso de la Unión Europea quizá el procedimiento sea más lento y aún deberán pasar algunos años antes de que la carne cultivada obtenga las aprobaciones pertinentes y esté disponible en los supermercados europeos.
De momento, no se sabe el tipo de aprobaciones y regulaciones previas que se aplicarán para la comercialización de este nuevo alimento, no está claro qué criterios de evaluación llevará a cabo la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), pero, probablemente serán de carácter toxicológico y nutricional, además de realizarse una evaluación completa de todo el procedimiento, empezando por la obtención de las células de los animales para hacerlas crecer con biorreactores.
Hablando de la agricultura celular y concretamente de la carne de producción celular, merece la pena destacar que en el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), esta tecnología se postula como clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociados a la producción de alimentos para el año 2030. Según GFI Europe, los consumidores europeos quieren un sistema alimentario sostenible, seguro y justo, pero las decisiones de compras de alimentos están condicionadas por sabor, conveniencia y especialmente precio, por lo que se plantea si la carne se podrá comercializar a un precio que sea rentable para las empresas y asequible para los consumidores, desafío que según las empresas se podrá superar.
De todos modos, la carne de cultivo no convence a todos los expertos y los argumentos que proporcionan tienen sentido. Según los resultados de este estudio elaborado por el Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles, la carne de cultivo celular podría no hacer tanto bien como algunas personas creen. Según este estudio, la carne de cultivo celular afianza el dominio de los sistemas alimentarios por parte de gigantescas empresas agroindustriales, recordemos que grandes empresas dedicadas al mundo de la carne invierten en esta nueva forma de producirla.
Se mantendrían las dietas estandarizadas con alimentos procesados y ultraprocesados, y seguirían las cadenas de suministro industriales que no son las mejores para el ser humano y el planeta. El informe destaca que el mercado de las proteínas alternativas ahora se caracteriza por grandes compañías que crean los denominados «monopolios de proteínas», sean vegetales o animales, se asegura que existe un creciente interés por la tecnología para la producción de carne de agricultura celular. Es sencillo ver por qué los consumidores se sentirían atraídos por el marketing y la exageración, pero lo cierto es que la carne “falsa” no salvará el planeta, y podría empeorar los problemas del sistema alimentario industrial.
Se considera necesario rechazar la exageración de las proteínas como la carne de cultivo y aumentar un enfoque hacia sistemas alimentarios más sostenibles y arraigados a regiones y territorios, haciendo alusión especialmente a los alimentos vegetales. Sin duda, el tema es objeto de debate y merece la pena conocer con detalle ambos puntos de vista, no todo es blanco o negro. Os recomendamos leer detenidamente el segundo estudio citado para tener una idea más clara sobre los pros y los contras de la carne de cultivo celular.