La relación entre las empresas de alimentación y los productos transgénicos es seguida de cerca por algunas organizaciones ecologistas como Greenpeace, un ejemplo de ello sería la Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos de la que ya os hablamos. Esta guía es una referencia muy interesante que nos proporciona información actual sobre las empresas que pueden estar trabajando con productos transgénicos y sobre las empresas que ofrecen una alimentación libre de alimentos modificados genéticamente.
De ahí que la publicación se denomina Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos, en el apartado de la guía roja se clasifican las empresas de alimentación que utilizan productos transgénicos o en su defecto, se niegan a facilitar información a Greenpeace sobre todos los componentes que utilizan en la elaboración de sus productos. En la guía verde se encuentra el grupo que decide ofrecer la información y en sus productos no aparece ningún elemento modificado genéticamente.
Cada año se lanza una nueva edición de esta guía, pero dado el volumen de cambios, la actualización se ha realizado antes de lo previsto. Al parecer, son varias empresas agroalimentarias las que han pasado a formar parte de la guía verde, Nutrexpa, Gallina Blanca, Guillón, Grupo Pascual, Siro y algunos distribuidores alimentarios como Carrefour o Alcampo, han cambiado la política que mantenían y ahora ofrecen información sobre el contenido de sus productos favoreciendo la negativa contra los alimentos obtenidos a través de la manipulación genética.
En cambio, algunas empresas importantes en nuestro país y en el panorama alimentario internacional como puede ser Nestlé, Bimbo, el Grupo SOS o Unilever entre otras, se han mantenido firmes en la postura que han adoptado hasta ahora y no ofrecen la información sobre la elaboración de sus productos, esto se traduce para Greenpeace como una negativa a permitir que sean los consumidores quienes decidan si quieren o no disfrutar de los alimentos modificados genéticamente.
Los responsables de Greenpeace no comprenden esta actitud y menos ante la creciente negativa de los consumidores hacia los productos transgénicos, tampoco entienden que no se cumplan las leyes. Según la legislación europea, todos aquellos productos alimenticios que superen el 0,9% de contenido de organismos modificados genéticamente, deben mostrar esta información en la etiqueta.
No se trata de un veto a la utilización de alimentos transgénicos, cumpliendo la ley cada empresa puede hacer lo que le parezca y utilizarlos si así lo cree conveniente, lo que se denuncia es la negativa a informar a los consumidores. El hecho de no proporcionar información sobre la composición de determinados alimentos hace sospechar a Greenpeace sobre las materias primas que se están utilizando.
La polémica en torno a los OGM aumenta y cada vez son más los consumidores que no quieren este tipo de productos en su alimentación. La verdad es que muchos consumidores están comiendo productos modificados genéticamente sin saberlo.
La producción de alimentos transgénicos crece espectacularmente, el año pasado su cultivo creció casi un 80% con respecto al año 2006, dato que contrasta con el 14,8% de crecimiento en la producción de los alimentos ecológicos, de ello hablábamos en el post crecimiento notable del consumo de alimentos ecológicos a nivel mundial.
A través de Greenpeace puedes acceder al Pdf con la nueva actualización de la guía y conocer los últimos movimientos efectuados en materia de transgénicos según esta organización, para quien no quiere alimentos modificados genéticamente en su alimentación, resultará una información de gran interés.
Vía | Greenpeace