La Tomatina se ha convertido, a lo largo de los años, en una de las fiestas más famosas del territorio español. Son miles los visitantes nacionales e internacionales que se dan cita en la localidad valenciana de Buñol para participar en esta curiosa y pintoresca batalla de tomates. A continuación, repasaremos aquellos detalles de la festividad que son de especial mención.
Por ejemplo, cabe comentar su curioso inicio. Todo empezó el último miércoles de agosto de 1945. En la plaza del pueblo, un participante de la comitiva musical, durante la fiesta popular se enfureció con un grupo de jóvenes que irrumpieron en el festejo. Lo que empezó siendo una serie de golpes, terminó con un intercambio de hortalizas que había en un puesto de la plaza. Aunque ahora se vive de forma irónica y festiva, sus inicios no fueron tan divertidos.
Y es que La Tomatina, aparte de ser una fiesta que rebosa diversión, también es una manera de rendir un pequeño homenaje a uno de los productos estrella de España, el tomate. Son más de 150.000 tomates, no en perfecto estado para ser consumidos, los que lanzan los miles de participantes que se dan cita en la localidad valenciana de Buñol cada último miércoles del mes de agosto.
Tal es el dispendio de tomate, que está calculado que con toda la cantidad de hortalizas lanzadas se podrían hacer 60.000 gazpachos. También se comenta que se llegarían a hacer hasta 30.000 platos de pasta con salsa de tomate, lo que vendría a ser tres veces el total de habitantes de la localidad. Incluso los 150.000 tomates darían lugar a 208.000 Bloody Mary, el famoso cóctel, y hasta 15.000 zumos de tomate.
La Tomatina llegó a estar prohibida durante algunos años, a principios de los 50, algo que no impidió a los vecinos de la localidad hacer protestas de diferente tipo. Una de las más recordadas es cuando se celebró un entierro del tomate, una manifestación que recorría las calles de Buñol con un ataúd con un tomate de grandes dimensiones en su interior. Se llegaron a interpretar marchas fúnebres y, tal fue el impacto, que las autoridades la volvieron a instaurar como fiesta oficial.
Pero si hay un momento en la historia en que dio un salto de popularidad, fue en 1983. Se dio a conocer por toda España en un reportaje de Javier Basilio emitido en el programa de Televisión Española ‘Informe Semanal’. En él se contaban los detalles curiosos de la festividad e hizo que aumentará de manera increíble el número de participantes año tras año. En 2002 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y para tener un mayor control, desde 2013 se requiere sacar una entrada para participar.
Pero esta fiesta del tomate es mucho más que una batalla que termina teñida de rojo. Dos horas antes del inicio de los lanzamientos, en torno a las 10:00 horas, se celebra la Conquista del Jamón. Consiste en una subida por un palo bañado en jabón que tiene como premio un jamón en lo más alto. El primero en conseguirlo es el ganador y en el momento en que esto suceda, se dará comienzo a la gran batalla.
Otro de los detalles a comentar es cómo debe ir uno a la fiesta, se recomienda que se lleve la ropa y las zapatillas más viejas posibles y, a poder ser, que la camiseta sea blanca para ver cómo termina teñida de rojo. Tampoco están de más, como accesorio, unas gafas de buceo para poder ver todo aquello que ocurre en la calle y que el zumo de la hortaliza no moleste demasiado. Y, finalmente, la organización recomienda que se aplasten y se estrujen los tomates antes de lanzarlos para que ninguno de los participantes sufra ningún daño por el impacto de uno de ellos.