El pasado 1 de diciembre entraba en vigor una nueva ley en Nueva York que exigía a las cadenas de restaurantes con 15 o más establecimientos en la ciudad, a mostrar el exceso de sal en sus menús con el símbolo de un salero cuando el contenido en sal superase los 2.300 miligramos de sodio. Como ya explicamos en su momento, esta cantidad de sal es la máxima diaria recomendada por la Food and Drug Administration (FDA), superior a los 2.000 miligramos que recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La Asociación Nacional de Restaurantes no estaba de acuerdo con la nueva normativa y decidió demandar al Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York por esta nueva normativa. Los representantes de la asociación consideraban que se trataba de una medida que iba demasiado lejos, ya que se solicitaba su rápida implantación, era difícil de aplicar, cara y además no era ética porque no se penalizaba a los restaurantes independientes que sirven menús con más sal de la recomendada por la FDA. En teoría, la medida debería haberse aplicado a todos los establecimientos, sobre todo sabiendo que la intención con esta nueva ley es la de ayudar a la población a que tome decisiones más inteligentes y saludables evitando el abuso de sal en las comidas.
Ahora se ha dado a conocer el fallo del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York, en él se obliga a que las cadenas de restaurantes cumplan la normativa, pudiendo ser multadas en caso de incumplimiento. El fallo es una derrota para la Asociación Nacional de Restaurantes, el Consejo de Salud de la ciudad comenta que si la comida tiene mucha sal, es necesario que este aspecto sea identificado por el bien de la salud de los ciudadanos. Se explica que es necesario que los neoyorkinos sean conscientes de la relación entre el exceso de sal en la dieta y los problemas de salud como la presión arterial elevada, el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, enfermedades cardíacas, etc.
La asociación de restaurantes no está de acuerdo con el fallo del tribunal y por ello ha comentado su intención de apelar, pero antes va a explorar todas las opciones legales para intentar que la norma se retire. Quienes están a favor de la norma, consideran que ha sido una gran victoria en favor de la salud de los ciudadanos, pero hay que decir que al margen de los menús de los restaurantes, ya se consume demasiada sal a través de los alimentos procesados. Si realmente existe tal preocupación por el exceso de sal en las comidas, la norma se debería haber implantado en todos los restaurantes y en los alimentos que se pueden comprar en los supermercados y que tienen un elevado contenido en sal.
Actualmente la media de consumo de sal se establece en unos 3.440 miligramos diarios, el departamento de salud recomienda limitar la ingesta de sal a una cucharadita diaria (2.300 miligramos) para un adulto, pero parece que han olvidado que para los menores la recomendación es menor, por lo que se demuestra que la norma no se ha establecido pensando en todos los segmentos poblacionales.
El tema de limitar el consumo de sal en Nueva York no es algo nuevo, en el año 2010 se propuso un Proyecto de Ley en el que se contemplaba la posibilidad de que los restaurantes ofrecieran a los comensales un salero y que ellos condimentaran la comida con la cantidad de sal que consideraran y bajo su responsabilidad. Esta medida tenía poco sentido por varios motivos, no es lo mismo salar antes o después las comidas, el punto de sal que otorgan los cocineros a sus platos desaparecería, etc.
Tras el fallo del tribunal, la reglamentación estará vigente a partir del 1 de marzo, aunque una posible apelación podría retrasar nuevamente su cumplimiento. Mientras la apelación no se presente, las cadenas de restaurantes de Nueva York están obligadas a mostrar el exceso de sal en sus menús o en su defecto, reducir el contenido si quieren evitar las sanciones. Podéis conocer más detalles sobre la noticia a través de este artículo publicado por la Asociación Nacional de Restaurantes.
Foto | Greg Turner