Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Fundación Suiza para la Nutrición y la Salud, la Oficina Federal de Seguridad Alimentaria y Veterinaria, la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berna, y Agroscope, las bebidas vegetales no son una alternativa real a la leche de vaca, porque su aporte nutricional no es equivalente. Consideramos que esta es una información que la mayoría conocíamos, pero el objetivo del estudio era realizar una comparativa de la composición nutricional entre las bebidas vegetales y la leche de vaca, determinar el contenido en macronutrientes y micronutrientes, analizar ventajas y desventajas de cada bebida, evaluar la presencia de contaminantes como, por ejemplo, el arsénico o el glifosato, etc.
Los investigadores tomaron 27 muestras de diferentes tipos de bebidas de origen vegetal en las que se incluían bebidas a base de coco, cáñamo, avena, almendras, anacardos, espelta, arroz y soja, todas se adquirieron en dos importantes supermercados de la ciudad de Berna y 13 de ellas estaban enriquecidas. Estas muestras se compararon con dos muestras de leche de vaca.
A la hora de comparar la ingesta energética y de nutrientes, los expertos tomaron como referencia los valores dietéticos establecidos en Austria, Alemania y Suiza, es estimó la calidad proteínica mediante el cálculo de la puntuación obtenida a partir del Índice de Aminoácidos Indispensables Digestibles (DIAAS). Se trata de un método que determina la digestibilidad de los aminoácidos y proporciona una medida precisa sobre la cantidad de aminoácidos que absorbe el organismo, así como la contribución de las proteínas para satisfacer las necesidades diarias.
La lista de nutrientes analizados es extensa, incluyen las vitaminas C, A, E, D2, K1 y K2, calcio, magnesio, sodio, fósforo, manganeso, hierro o zinc, entre otros muchos. Hay que decir que, a diferencia de estudios anteriores, como esta investigación realizada por la Universidad McGill (Canadá), cada muestra fue analizada por un laboratorio independiente para determinar su composición y calidad nutricional, dejando a un lado la información que mostraba el etiquetado nutricional del producto.
Los análisis realizados mostraron que en las bebidas de origen vegetal no se pudo detectar la presencia de vitamina C, A y K2, y otras vitaminas como la B2, B12 y D2 brillaban por su ausencia en las muestras que no habían sido enriquecidas. Los expertos apuntan que algunas vitaminas podrían no estar presentes debido a las condiciones de procesamiento de las bebidas vegetales, por ejemplo, las vitaminas A, B1 y C que son sensibles al calor. Por otro lado, el nivel de vitamina E en estas bebidas es elevado y en especial en las bebidas a base de soja y almendras. Otras vitaminas como la K1 destacaban en las bebidas a base de soja y de anacardo.
En el ámbito de los minerales, las bebidas vegetales a base de soja fueron las más ricas en elementos como el cobre, el manganeso, el magnesio, el hierro, el potasio y el zinc. Además, eran las que más se acercaron a la leche de vaca en contenido proteínico. Recordemos que en el estudio que antes hemos citado y que llevó a cabo la Universidad McGill, se concluía que la bebida de soja era la mejor de las bebidas vegetales debido a sus valores nutricionales, que son más cercanos a los de la leche de vaca.
Según los resultados, la bebida vegetal de anacardos y la de almendras se colocaban en segundo lugar en el contenido en proteínas, mientras que el nivel de proteínas fue muy bajo en las bebidas vegetales a base de coco, avena y arroz. Sobre la calidad de las proteínas, los expertos concluyen que la leche superó a todas las muestras vegetales.
Los investigadores apuntan que en las denominadas leches vegetales está presente el ácido fítico, un ácido orgánico que contiene fósforo y que tiene una acción quelante, es decir, que anula o secuestra minerales importantes para el organismo como el hierro, el zinc, etc. Se destaca que en algunas variedades de bebidas vegetales las algas rojas se utilizan como ingrediente, ya que son útiles para incrementar el contenido en yodo, pero esto debe ser supervisado porque puede provocar una acumulación de arsénico.
En relación al azúcar, se destaca el contenido en sacarosa, un tipo de edulcorante simple que se relaciona con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, que es el principal endulzante de las bebidas vegetales. Los responsables del estudio comentan que a pesar de que en este tipo de bebidas el contenido total de carbohidratos es más bajo, su IG (Índice Glucémico) es más alto que el de la leche de vaca, por lo que en términos de IG es mejor consumir leche de vaca que estas alternativas vegetales.
Se concluye que a la hora de proporcionar una cantidad notable de micronutrientes, las bebidas de origen vegetal no cumplen con las expectativas, algo que no ocurre con la leche de vaca. Por ello, se plantea que es necesario que del mismo modo que se ensalza la sostenibilidad de las bebidas vegetales, se destaque la calidad nutricional y la biodisponibilidad de nutrientes y micronutrientes, siempre demostrado científicamente.
Los resultados muestran que las bebidas de origen vegetal difieren significativamente de la leche de vaca en lo que respecta a composición nutricional, pero también difieren entre sí. Se concluye que existen razones de peso para incluir la leche de vaca en la dieta, la principal es su alta densidad y calidad de nutrientes y en especial proteínas y calcio. También se resalta que sólo la bebida de soja es la que alcanzó una cantidad de proteínas similar a la de la leche, aunque hay que decir que, según los expertos es de calidad inferior. Quizá este tipo de estudios catapulten a nuevos segmentos como el de las leches híbridas, es decir, bebidas que combinan la leche de vaca con bebidas vegetales y que se ofrecen con el argumento de que combinan lo mejor de dos mundos.
Es probable que el sector de las bebidas vegetales alternativas a la leche animal, se pronuncie sobre los resultados y argumente las razones por las que se debe apostar por sus bebidas, pero será interesante que este aporte sea a través de un nuevo estudio científico. Por nuestra parte, decir que aunque somos consumidores de ambas bebidas, también somos conscientes de que ninguna de las dos son imprescindibles si la dieta habitual está bien estructurada.
Podéis conocer el estudio detallado a través de este artículo publicado en la revista científica Frontiers in Nutrition.
Foto 2 | Yaniv Ben-Arie