Sobre estas líneas podéis ver un gracioso vídeo que bajo el título ‘Greenbees’, muestra cómo las abejas se movilizan para protestar contra los plaguicidas, actúan como si fueran activistas de Greenpeace y se manifiestan, cuelgan pancartas, intentan evitar que se utilicen productos fitosanitarios que ponen en riesgo sus vidas, reparten octavillas, etc. Se trata de una iniciativa de Greenpeace en la que se pide la colaboración de todo el mundo para intentar salvar a la naturaleza y la alimentación humana.
Las abejas y otros insectos polinizadores juegan un papel muy importante en los ecosistemas, son responsables de la polinización de un tercio de los alimentos que consume la humanidad. Teniendo en cuenta que el cambio climático amenaza la seguridad alimentaria para el año 2050, sin abejas o insectos polinizadores la amenaza sería una realidad, un mundo sin estos insectos sería devastador para la producción alimentaria.
Sobre la relación alimentos y polinización de los insectos ya hemos hablado en otras ocasiones, en el año 2008 podíamos conocer un estudio enmarcado en el proyecto ALARM de la Unión Europea en el que se concluía que el trabajo de los insectos polinizadores en Europa se cifraba en 153.000 millones de euros, cifra equivalente a la décima parte del valor total de los alimentos agrícolas que se producen en nuestro planeta. Según Greenpeace esta cifra a nivel mundial alcanza los 265 mil millones de euros anuales, lo que muestra que desde un punto de vista puramente económico, merece la pena proteger a las abejas por la labor que desempeñan.
Quizá se podría optar por la polinización manual, de hecho, en aquellas zonas del mundo en las que no hay plantas que son del interés de las abejas, unos operarios son los que se encargan de hacer a mano lo que no hacen ellas. Deben polinizar las flores con un pincel, un trabajo arduo, lento y mucho menos productivo que el que desarrollan las abejas. Obviamente es necesario poner en valor lo que hacen estos insectos polinizadores, ya que sólo así se realizarán más esfuerzos para protegerlos.
Desde finales de la década de los años 90, los apicultores de todo el mundo han estado advirtiendo sobre la reducción de la población de abejas y de la producción de miel, aunque representa una gran pérdida, las abejas hacen mucho más que miel, junto a otros insectos polinizan los cultivos facilitando que den sus frutos, lo cierto es que tenemos una gran dependencia de estos insectos. Las abejas sufren enfermedades, cambios de temperaturas y pluviosidad, el uso de insecticidas y demás productos fitosanitarios, parásitos… no es extraño que año tras año la población se reduzca. Al respecto os recomendamos ver el vídeo en el que la entomóloga Marla Spivak nos explicaba por qué las abejas están desapareciendo.
Greenpeace nos pide que ayudemos a salvar a las abejas y nos pide que leamos este informe titulado ‘Las abejas en declive‘. La campaña Greenbees tiene como cometido solicitar la ayuda de todo el mundo, pide que todos los internautas se sumen a una petición en la solicita la prohibición de los pesticidas y productos fitosanitarios que acaban con las abejas y que hacen que la agricultura industrial sea insostenible, en su lugar se plantea la promoción de la agricultura ecológica. Cuantas más personas sumen su firma a la petición, más posibilidades de que se pueda influir en gobiernos y empresas para que actúen y salven a las pequeñas polinizadoras. Simplemente tenéis que acceder a este enlace y firmar la petición, de momento ya se han recogido más de 458.000 firmas, teniendo en cuenta el volumen de la población europea, todavía es una cifra insignificante.