Hoy conocemos un estudio realizado por el Instituto de Política Agrícola y Comercial y la Fundación de Mercados Cambiantes, en el que se habla sobre el volumen de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las grandes empresas cárnicas y lácteas, y cómo afectan al planeta aumentando su temperatura y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.
Según los resultados, las 15 principales empresas productoras de carne y lácteos, emiten casi tanto metano como toda la UE. El estudio ha calculado las emisiones de metano generadas por diez de las corporaciones lácteas más grandes y cinco de las corporaciones cárnicas más grandes, se estima que las emisiones combinadas que generan es de 12’8 millones de toneladas anuales, lo que equivale a más del 80% de la huella total de metano de la Unión Europea.
Se apunta que las emisiones de metano de estas empresas representan alrededor del 3’4% de todas las emisiones de metano antropogénico a nivel global, destacando que el 11’1% del metano que se genera a nivel mundial está relacionado con la ganadería. El impacto ambiental de estos sectores es enorme y se denuncia la falta de acción, así como la necesidad de llevar a cabo una legislación y una regulación urgente, estricta y ambiciosa en ambos sectores.
Se solicita, además, que los gobiernos apoyen una transición que permita transformar el sistema de agricultura y ganadería actual hacia un modelo agroecológico, por pedir que no quede, pero esto es algo que no creemos que lleguemos a ver. Otro dato destacado son las estimaciones de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de estas 15 compañías, los responsables del informe calculan el montante en nada menos que 734 millones de toneladas de CO2 anuales.
Año tras año podemos comprobar cómo el cambio climático está haciéndose notar con todo tipo de fenómenos meteorológicos, cada vez más frecuentes y extremos, además de los procesos climáticos de evolución lenta, como puede ser la sequía, el aumento del nivel del mar, de desertificación, etc., todo un conjunto de problemas que afecta a los sistemas agrícolas que, como sabemos, en la mayoría de casos dependen únicamente de condiciones climáticas estables. A medida que aumentan las temperaturas globales, es más complicado producir alimentos y garantizar la seguridad alimentaria, recordemos que además de los efectos medioambientales, hay que sumar las plagas y enfermedades que proliferan con el aumento de las temperaturas.
Se considera que si se recortan rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero en esta década, se puede paliar un cambio climático catastrófico, porque a estas alturas ya no se puede evitar. Se identifican los recortes de las emisiones de metano, como aspecto clave para frenar el aumento de las temperaturas y que alcancen un punto de inflexión peligroso, ya que se trata de un gas de efecto invernadero 80 veces más potente que el CO2 a la hora de retener el calor.
Según la Evaluación Global de Metano del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es necesario reducir las emisiones de metano al menos entre un 40% y un 45% en la presente década. Por otro lado, se sabe que la ganadería es una de las mayores fuentes individuales de metano y supone el 32% de las emisiones antropogénicas de este gas. Por ello, el IATP (Instituto de Política Agrícola y Comercial), instituto que trabaja desde hace más de tres décadas en el desarrollo de políticas de interés público a nivel nacional e internacional, con el fin de mejorar los sistemas agrícolas, los sistemas comerciales y alimentarios, la justicia social y el medio ambiente, y la Fundación de Mercados Cambiantes, organización que trabaja para acelerar y ampliar las soluciones a los desafíos de sostenibilidad aprovechando el poder de los mercados, decidieron investigar y determinar las emisiones generadas por algunas de las mayores empresas lácteas y cárnicas.
El informe proporciona algunos resultados clave como, por ejemplo, que las emisiones de metano de JBS superan con creces a todas las demás empresas, hasta el punto de que supera las emisiones combinadas generadas por el ganado de Francia, Alemania, Canadá y Nueva Zelanda, algo que para algunos resulta totalmente inadmisible. También se proporcionan recomendaciones a los gobiernos y a las empresas para luchar contra este problema, y se proponen soluciones y alternativas con el objetivo de minimizar el impacto del cambio climático.
¿Servirá de algo el estudio y las recomendaciones? Probablemente no, porque muchos temas se han tratado hasta la saciedad y no hay forma de arrancar un compromiso en firme y a corto plazo, ni de gobiernos ni de empresas. En fin, os recomendamos acceder a este informe y leerlo con detalle, la información es interesante y ayudará a comprender mejor, por ejemplo, por qué es necesario reducir el consumo de carne y lácteos.
