Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ulster (Reino Unido), los alimentos comercializados como saludables pueden provocar un aumento de peso. Según la investigación, los consumidores asocian los mensajes que ensalzan el carácter saludable de un producto (como por ejemplo «bajo en grasa»), con la libertad de poder comer sin controlar las porciones, algo que deriva en el aumento del peso corporal. Por otro lado se asume que la leyenda de contenidos de las calorías de estos alimentos es correcta, algo erróneo no sólo en este tipo de alimentos, en la mayoría de productos procesados.
Al respecto, es interesante retomar la lectura del post Las calorías de las etiquetas alimentarias son engañosas, donde podíamos saber que existe un fallo en el cálculo de calorías de los alimentos, el margen de error puede ser de hasta un 30%, algo que delata que no se informa correctamente a los consumidores sobre el verdadero contenido calórico de los productos. También os recomendamos leer el post Los alimentos funcionales comerciales, uno de los grandes fraudes de la industria alimentaria, un ejemplo más de cómo los mensajes que se asocian a la salud o la dieta condicionan a los consumidores, en unos casos la industria alimentaria falta a la verdad o no es lo suficientemente transparente, y en otros como el que estamos tratando, son los consumidores quieren erran en su percepción.
Se ha seguido utilizando para calcular la energía de los alimentos el sistema o factor Atwater, un método desarrollado a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Este sistema no discrimina correctamente entre alimentos crudos o cocinados y existe un margen de error significativo, algo que perjudica a quienes realizan una dieta y controlan la ingesta de calorías de alguna manera. Por tanto, si se abusa de estos alimentos comercializados como saludables, también existe el riesgo de incremento de peso.
Los responsables del estudio explican que a pesar de que durante los últimos años se ha introducido en el mercado un número elevado de productos alimenticios cuyas propiedades nutricionales se consideran saludables por su bajo contenido en grasas, azúcares, sal, etc., el índice de sobrepeso y obesidad ha seguido incrementándose. Por ello se tenía como objetivo conocer cuál era la percepción de los consumidores con respecto a este tipo de alimentos bajos en grasa que actualmente son tan populares. Un grupo de 186 personas debía explicar qué opinaba acerca del contenido calórico de determinados productos considerados saludables y los estándar, y cuál era la porción de alimento que consideraban razonable comer.
Los investigadores constataron en la encuesta que la porción de los considerados alimentos saludables era significativamente más grande que la porción de los alimentos estándar, llegando a ser de hasta un 71% mayor que en los alimentos sin la leyenda calórica «bajo en grasa». Los investigadores determinan que estos mensajes son para los consumidores como una licencia o permiso para poder comer más. Se apunta que en determinados alimentos se elimina la grasa, pero ésta se sustituye por otro ingredientes y al final la reducción de calorías que aporta un producto no es tan significativa. Por otro lado hay que tener en cuenta que el cálculo de calorías puede ser incorrecto por el uso del sistema o factor Atwater.
Los alimentos con mensajes relacionados con el menor contenido de calorías son percibidos como más saludables que los alimentos normales, dando pie a poder abusar un poco más de ellos con la convicción de que no afectará al peso corporal. Es como aquellas ensaladas con más calorías que una hamburguesa, puede ser una ensalada, pero incorpora ingredientes que son muy energéticos y no favorecen a una dieta de control de peso.
Las conclusiones del estudio han sido publicadas en la revista digital International Journal of Obesity.
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