Hoy leemos un informe realizado conjuntamente por la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) y por la ECDC (Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades) en el que se indica que se ha observado que las bacterias relacionadas con las enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos a través de la alimentación, como puede ser la salmonella causante de la enfermedad de transmisión alimentaria denominada salmonelosis, o la Campylobacter, un microorganismo causante de las principales intoxicaciones alimentarias, han adquirido una gran resistencia a los antibióticos y se ha convertido en una importante amenaza para la salud pública, por lo que la seguridad alimentaria se complica y es necesario poner en marcha un plan de acción.
Ya hace varios años que se lanzan advertencias sobre el uso indiscriminado de los antibióticos, pero año tras año el problema se agrava y la resistencia se incrementa, según el último informe emitido, el patógeno que más resistencia ha desarrollado a antibióticos como la ciprofloxacina o la ampicilina, ha sido la Campylobacter, diferentes especies de este género de microorganismos están asociadas a intoxicaciones alimentarias. Cada año la EFSA emite un informe similar, pero en esta ocasión el porcentaje de resistencia es mayor.
Ya en el 2008 hablábamos de esta cuestión, utilizar antibióticos en la alimentación es una solución negativa, la EFSA mostraba su preocupación entonces por la resistencia a los antibióticos que ofrecen los microorganismos patógenos. Para la resistencia existen varios procesos, uno por ejemplo es el de utilizar antibióticos en la alimentación animal en dosis reducidas como una medida preventiva para que los animales que servirán de alimento no enfermen. A través de esta práctica, las bacterias generan resistencia utilizando los integrotes, elementos móviles que permiten transmitir la información genética de la resistencia adquirida de una a otra bacteria, por eso poco a poco, cada generación es más resistente. Al respecto podemos recordar el post Carne contaminada en Estados Unidos.
En su lectura podíamos saber que en un estudio se detectó que hasta un 25% de los diferentes tipos de carne que se comercializaban en cinco ciudades de ese país, estaban contaminadas por una cepa de una bacteria que había desarrollado una resistencia a los antibióticos, el Staphylococcus aureus o estafilococo áureo, patógeno causante de diferentes enfermedades como la neumonía, la sepsis, la meningitis o la osteomielitis entre otras, un grave riesgo de seguridad alimentaria.
La razón, la que hemos indicado, el abuso de antibióticos en la alimentación animal, no se le pueden dar antibióticos a un animal que no sufre enfermedad alguna, por un lado, no se garantiza su salud, en cambio se le proporciona a los patógenos que invaden su organismo un nuevo sistema defensivo que poco a poco logra superar, la acción de los antibióticos. En Estados Unidos los investigadores mostraban su preocupación dado que la contaminación se había extendido significativamente, por tanto se puede hablar de complicaciones en la seguridad alimentaria y es obligado iniciar nuevas investigaciones, aplicar nuevos procedimientos y reglamentaciones.
Replantear el sistema productivo de alimentos es una obligación, de lo contrario el problema se irá agravando año tras año. En el informe publicado en la página oficial de la EFSA se indica que los resultados de la investigación serán puestos a disposición de la Comisión Europea para que sea utilizado en las próximas propuestas de acción para combatir la resistencia antimicrobiana. Se sigue trabajando para recabar más datos a través de diferentes organismos de la Unión Europea, a través del sector alimentario, veterinario y médico, se pretende crear una armonización de metodologías para vigilar y controlar la evolución de la resistencia de las bacterias a los antibióticos, relacionados con aquellas enfermedades e infecciones que se transmiten de animales a seres humanos. Toda información recabada servirá para tomar las decisiones oportunas, sin embargo, como ya hemos dicho, se habla desde hace algunos años de este tema y generalmente se suele llegar a la misma conclusión, recabar datos y plantear una política diferente sobre el uso de los antibióticos.
Podéis conocer todos los detalles del informe a través de la página oficial de la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea.
Foto | Nutloaf