Es constante el debate sobre las estrategias que se deben abordar para poder garantizar la alimentación de la población en el año 2050, se ha hablado de la agricultura de precisión, del cultivo de alimentos modificados genéticamente, del incremento de la capacidad de producir alimentos, ya que según los expertos no crece como debiera, aunque en este caso, otros estudios determinan que será imposible satisfacer la demanda alimentaria. Ahora hay que añadir otro factor que amenaza la seguridad alimentaria mundial, el incremento de la propagación de plagas a causa del calentamiento global.
El nuevo estudio desarrollado por expertos de las Universidades de Exeter y Oxford muestra la relación entre el aumento de la temperatura global durante los últimos 50 años, la ampliación del radio de acción de las plagas y del aumento de la variedad de insectos que participan. Los datos determinan que la velocidad de la propagación de plagas en dirección hacia el Polo Sur y el Polo Norte, es decir, desde el centro de la Tierra a los extremos, se incrementa a una velocidad de casi 3 kilómetros por año. La propagación de las plagas amenaza la seguridad alimentaria mundial, es causante de la pérdida de hasta el 16% de los cultivos a nivel mundial, en ello participan virus, bacterias, hongos, insectos, agentes infecciosos, etc. Muchos frentes a abordar que juegan con la ventaja del aumento de las temperaturas y por tanto de su proliferación.
Los expertos explican que la diversidad de plagas crece de forma incesante y aparecen nuevas cepas que evolucionan, por lo que resulta cada vez más complicado combatirlas. Hay que tener en cuenta que con la pérdida de alimentos que provocan, se podría alimentar a casi un 9% de la población actual, pero lo peor es el futuro a medio plazo, a medida que se vaya incrementando la temperatura global, las pérdidas de cultivos a causa de las plagas aumentarán. La propagación de las plagas guarda relación con varios factores, el calentamiento global, la actividad humana, los métodos de cultivo (intensivos y sin barbecho) y los procesos naturales que han acompañado a lo largo de la historia a la agricultura, pero también hay que hablar de la globalización y del transporte de mercancías, insectos, hongos, bacterias, virus y demás agentes causantes de plagas, pueden viajar e instalarse en otros países con facilidad.
El calentamiento global está provocando que las plagas puedan establecerse en regiones que antaño no eran favorables a su proliferación. En la investigación se explica que el calentamiento global estimula la capacidad herbivoria de los insectos, es decir, se alimentan de plantas de las que antaño no se alimentaban en latitudes más altas y en principio, no eran favorables. Un ejemplo que se cita es el hongo (Pericularia oryzae) del añublo del arroz, genera una toxina que impide el desarrollo de las plantas, provocando manchas en las hojas y tallos. Sus esporas necesitan una temperatura que oscile entre los 25 y los 27º C y un buen nivel de humedad, su capacidad de producción de esporas es muy elevada, por lo que su potencial de infección es enorme.
Pues bien, este hongo está presente en 80 países del mundo, dado lo descrito anteriormente, sus efectos en los cultivos son dramáticos y afectan a la economía agrícola y la salud de los ecosistemas. Como decíamos, el incremento de las temperaturas provoca el estímulo de la capacidad herbivoria, ahora este hongo se ha trasladado al trigo, en Brasil está afectando a los cultivos de trigo mermando notablemente el rendimiento. Los expertos explican que si esta situación se mantiene, el aumento de plagas y su adaptabilidad, la pérdida de cultivos y el crecimiento de la población mundial, se origina un efecto combinado que constituye una grave amenaza para la seguridad alimentaria mundial.
Por tanto, una de las líneas de actuación sugeridas, es el control de la propagación de plagas en los cultivos, así como intentar evitar que se puedan trasladar de una región a otra consecuencia del incremento de las temperaturas. En este estudio los investigadores han utilizado los datos de otros estudios publicados durante los últimos 50 años, son observaciones sobre la distribución de las plagas, se constata una correlación entre el aumento de las temperaturas y el avance de insectos, hongos, virus o bacterias entre otros, colonizando nuevas regiones.
Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Exeter y en la revista científica Nature.
Foto | Jess Star87