La Rúcula (Eruca sativa) es una planta comestible originaria de la región mediterránea. Algunos botánicos consideran que la E. sativa es una subespecie de la Eruca vesicaria, con ligeras diferencias en la forma de sus hojas y en su sabor. Otros nombres de se utilizan para la rúcula son rúcola, oruga, roqueta, ruca o jaramago. Al parecer, hay otras variantes además de las mencionadas, se distinguen por la forma de sus hojas, unas se parecen al diente de león y otras a los berros.
La rúcula es una planta anual que nuestros mayores recogían silvestre en los bordes de los caminos, pero su recolección ya se daba en la época romana, otorgándole propiedades afrodisíacas. No fue hasta 1990 aproximadamente cuando se empezó a valorar el cultivo de rúcula.
Anteriormente incluso se había considerado a la rúcula una mala hierba, ni siquiera había sido una planta estudiada, ahora se cree que es una brasicacea familia de la col.
Uno de los principales usos de la rúcula es en ensaladas, es la mejor forma de disfrutar de las hojas frescas y ligeramente crujientes. Su sabor es potente, con un regusto picante y amargo (comparte algunos componentes con el wasabi), es muy fácil de combinar con otros ingredientes aportando contrastes de sabores muy apreciados.
Es muy popular en la gastronomía italiana, francesa, griega y española, por ejemplo en Italia es habitual añadir rúcula fresca a la pizza recién horneada, también es un excelente ingrediente para añadir a los platos de pasta, tanto en crudo como ligeramente salteado. Por sus características y su sabor, la rúcula siempre suele servirse junto a los carpaccios, y las tan habituales ensaladas de rúcula, naranja y parmesano.
Su aporte nutricional es similar al de otros vegetales, proporciona vitamina C, beta caroteno, fibra, minerales como el potasio, el hierro o el magnesio, entre otros.
Podemos recolectar la rúcula silvestre como antaño, es una planta de fácil cultivo incluso en macetas, pero también se encuentra en los supermercados junto a las ensaladas de IV gama, como los canónigos, por ejemplo.
Si aún no has incluido este ingrediente en tu cocina, te recomendamos que lo hagas, en Gastronomía & Cía ya te hemos propuesto varias recetas con rúcula, ¿compartes la tuya?