La quinoa o quinua cada vez tiene más adeptos y eso que es un alimento histórico, se cultivaba en los Andes Bolivianos, Ecuatorianos y Peruanos hace unos 5.000 años, y actualmente también se produce en Estados Unidos, Chile o Argentina entre otros países.
La quinoa, también denominada quinua (Chenopodium quinua), ha sido venerada desde la época de las civilizaciones precolombinas, curiosamente bautizada como el “cereal madre” por su asociación con los rituales dedicados a la fertilidad de la tierra, pero la quinoa no es un cereal a pesar de la forma y sus valores nutritivos, en realidad es un pseudocereal que se utiliza de la misma manera que los cereales.
Para empezar, este alimento es apto para los celíacos, ya que no contiene gluten, y proporciona a nuestro organismo los diez aminoácidos esenciales, proteínas, carbohidratos, minerales (calcio, hierro, magnesio, fósforo), vitaminas (C, E, B1, B2 y niacina) y fibra, además, la quinoa contiene muy poca grasa y la mitad de ella es ácido linoleico, esencial en nuestra dieta.
La semillas de quinoa surgen de una planta de desarrollo anual, este pseudocereal pertenece a la familia Chenopodium (como las espinacas y la remolacha), pero es más nutritivo que la mayoría de los cereales, de hecho, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) compara la calidad nutritiva de la quinoa con la que aporta la leche y promueve en los países andinos el cultivo para que así los más pobres mejoren su estado nutricional.
Estos crujientes y brillantes granitos amarillos, ofrecen un sabor similar al arroz y al cuscús, además es muy versátil en la cocina, tanto como los cereales, en las tiendas de dietética y herboristerías podemos encontrar la quinoa, harina de quinoa, copos de quinoa y cantidad de productos elaborados con el pseudocereal, galletas, bizcochos, purés, etc.
Actualmente podemos encontrar quinoa en casi todos los grandes comercios. Si no sois consumidores de quinoa os recomendamos probarla, podrás hacer platos salados y dulces, guisos como los que haces con el arroz o el cuscús (la imagen superior es nuestro falso risotto hecho con quinoa), sopas, ensaladas, soufflés, bizcochos, galletas… con ella se hace también una bebida fermentada tradicional de los Andes, la chicha.
La quinoa tiene saponina, una “capa” incomestible que protege al grano del ataque de parásitos y que se elimina simplemente lavándola, por eso es recomendable lavarla en abundante agua antes de cocinarla.
Y su cocción, también similar a la cocción de los cereales, el doble de su peso en agua o caldo y 12-15 minutos cociendo a fuego lento. Cuando el grano ha doblado su volumen y libera su germen blanco, es cuando está en su punto. También se puede hacer al vapor pero el tiempo de cocción será mayor.
¿Quieres compartir tus recetas con quinoa?, entre todos podemos animar a todos a que consuman este tesoro nutritivo.