Hace unas semanas podíamos saber que la FAO condenaba el desperdicio de alimentos aptos para el consumo, exigía una acción inmediata y coordinada desde los sectores públicos y privados para reducir el desperdicio alimentario en todos los eslabones de la cadena de suministro. Simplemente reduciendo a la mitad el desperdicio de alimentos se podría reducir el incremento productivo necesario para abastecer a la población mundial en el año 2050, recordemos que se establece un aumento de entre un 60% y un 70% de la producción. Pues bien, ahora la FAO advierte que la producción de alimentos debe tener en cuenta el cambio climático, ya que tiene el potencial de configurar todo el escenario de la producción de alimentos en el planeta.
En otras ocasiones hemos hablado de este tema, en el caso del vino, algunas investigaciones muestran que muchas de las zonas vinícolas actuales podrían desaparecer, en su lugar emergerían otras zonas que actualmente no son idóneas para la producción de vino, lo que supondría una nueva configuración en el mapa mundial de la producción de vino. Hemos hablado de cómo el aumento de la temperatura en los océanos va a provocar grandes cambios en la acuicultura y en la pesca, los peces cambiarán su ubicación buscando aguas más frías y muchas zonas tradicionalmente pesqueras quedarán despobladas, por lo que las políticas de pesca actuales ya no tendrán razón de ser, será necesaria una nueva distribución marina para poder pescar. Lo cierto es que hemos hablado de algunas de las consecuencias del cambio climático en la producción de alimentos, pero es sólo la punta del iceberg.
La FAO advierte de que la situación se agrava año tras año y que es necesario prepararse ya para los cambios que se avecinan, invita a todos los países del mundo a intensificar y aumentar los esfuerzos para cambiar los actuales sistemas de producción de alimentos, utilizando métodos más sostenibles que puedan mitigar y adaptarse en la medida de lo posible a los efectos del cambio climático. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura insta a realizar un esfuerzo internacional en el que participen gobiernos, responsables políticos, el sector de la industria y todos aquellos implicados directa o indirectamente en la producción alimentaria para que cambien ya la forma en la que se producen los alimentos, no es algo que se pueda posponer.
El cambio climático va a provocar una nueva configuración del escenario de producción de alimentos del planeta, es uno de los principales problemas a los que se enfrenta, es el actual elemento de incertidumbre. Durante décadas el hambre fue causada sobre todo por la falta de acceso a los medios para producir o comprar alimentos, en lugar de la falta de suministros a nivel mundial, así lo ha explicado José Graziano da Silva, Director General de la FAO. No hay que tomar el cambio climático en consideración, es necesario actuar ya sin darse el lujo de esperar a ver qué pasa, es un desafío que deben acometer pequeños y grandes productores de alimentos.
José Graziano da Silva explica que el cambio climático es un problema que va más allá de una amplia gama de prioridades de desarrollo, incluye el apoyo a la producción sostenible, la erradicación del hambre, la reducción de la pobreza, la mejora de los mercados alimentarios o el aumento de la resiliencia o capacidad de sobreponerse a situaciones adversas. Con el cambio climático los más pobres del mundo serán aún más vulnerables, no sólo aquellos que tienen menos medios para poder reaccionar y afrontar los cambios que se suceden, también aquellos que viven en zonas marginales donde ahora ya se siente el impacto del cambio climático en sus producciones agrícolas, algo que irá a más a medida que pasen los años.
Propone ofrecer apoyo a la agricultura familiar para poder combatir la inseguridad alimentaria, se entiende apoyo tecnológico y económico tal y como ya apuntaba este organismo en la sesión ministerial de la Conferencia Regional de la FAO para Europa, de la que hablábamos en el post La FAO condena el desperdicio de alimentos aptos para el consumo. Según leemos aquí, Graziano da Silva aplaude a quien quiere hacer bien las cosas, ha elogiado a Marruecos por su Plan Maroc Vert (Plan Marruecos Verde), una nueva estrategia para el desarrollo agrícola en la que se reconocen las necesidades de los pequeños y grandes agricultores. Los objetivos de este plan son: reequilibrar el déficit alimentario a largo plazo, mejorar la relación calidad/precio de los alimentos en el mercado interno, luchar contra la pobreza de una manera más efectiva, etc. Aunque parece un plan de trabajo beneficioso, en él no se habla de las medidas a adoptar para adaptarse al cambio climático.
Parece que la FAO ha cambiado de política y empieza a tomarse un poco más en serio los problemas, recordemos que no hace mucho tiempo que la FAO era cuestionada por su funcionamiento hasta el punto de que el Gobierno del Reino Unido amenazaba con recortar los fondos económicos que le otorgaba si no mejoraba. El cambio climático es una realidad, merece la pena leer el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para adquirir más comprensión sobre los problemas que va a provocar el cambio climático.
Foto 1 y 2 | CIAT