La isla de Sicilia es un auténtico paraíso para los amantes de la gastronomía, y uno de sus tesoros culinarios más preciados es el erizo de mar, equinoideos con los que se elaboran algunos platos tan reconocidos y valorados como los espaguetis con erizos de mar (spaghetti ai ricci di mare).
Pero en la actualidad, la población de erizos de mar en Sicilia está en riesgo de extinción por su valor gastronómico, y es que este tesoro culinario ha sufrido tal nivel de sobrepesca (legal e ilegal) para satisfacer la demanda culinaria, que si no se toman las medidas urgentes que proponen algunos expertos, terminará por desaparecer. Claro, que no es sólo la demanda culinaria la que afecta al erizo de mar (Paracentrotus lividus), el cambio climático también es causa del problema y afecta a otras muchas especies.
Recordemos que, según este estudio del JRC (Centro Común de Investigación de la UE) presentado hace unos años, se apuntaba que el nivel de sobrepesca en el Mar Mediterráneo era muy elevado y afectaba al 93% de las poblaciones pesqueras. Los expertos advertían que si no se tomaban las medidas oportunas, se corría el riesgo de que se llegara a un punto de no retorno y no se podrían recuperar muchas de las especies en riesgo. El caso es que se ha hecho poco al respecto y se mantiene el riesgo de colapso de varias poblaciones de peces de valor comercial.
Sicilia se enfrenta a un dilema, mantener la rica tradición culinaria o preservar la vida marina, y es que la propuesta de prohibir la pesca de erizos durante un periodo de tres años, se enfrenta a la resistencia de pescadores y restauradores cuyos medios de vida dependen de esta industria. Lo cierto es que si se desea mantener la tradición culinaria, no habrá más remedio que optar por la preservación del erizo, seguir el ritmo actual de pesca acabará con la especie y con los platos tradicionales con erizo.
Investigadores de la Universidad de Palermo advierten que si no se llevan a cabo acciones de conservación inmediatas, el erizo de mar de Sicilia podría enfrentarse a su extinción. Pero el mensaje no termina de calar, algunos chefs de la isla, como Gaetano Serio, comentan que una prohibición así tendría un impacto económico significativo. ¿Qué ocurrirá después, cuando ya no haya erizos? Expresar la preocupación económica y no ser conscientes del grave problema, parece delatar que el árbol que hay frente al sector pesquero y la restauración, no les deja ver el bosque que hay detrás. Los responsables políticos intentan encontrar una solución sostenible que equilibre la preservación ecológica y los intereses económicos.
Otro grave problema es la pesca ilegal de erizos de mar en Sicilia, son muchos los pescadores que obvian las restricciones y continúan explotando la especie, obviamente es algo motivado, en parte, por la demanda del sector de la restauración. En este sentido, se pide llevar a cabo campañas de concienciación y aplicar las regulaciones oportunas de una propuesta legislativa que pueda combatir la pesca ilegal. Otros cocineros como Angelo Pumilia lo tienen muy claro y tratan de concienciar sobre los riesgos asociados a la pesca ilegal, sobre la necesidad de realizar un esfuerzo colectivo para poder preservar la especie y disfrutar durante mucho tiempo de una delicia culinaria.
Los expertos de la universidad pusieron en marcha el Proyecto MOPA, cuya finalidad es la gestión y conservación del erizo de mar en Sicilia mediante la promoción de la conservación y el uso sostenible del erizo, pulsando este enlace podréis leer más y conocer más detalles. Pero no es suficiente y la pesca ilegal mantiene su actividad, lo que hace imperioso que se ponga en marcha y se aplique la legislación oportuna, de hecho y según podemos leer en este artículo de The Guardian, el conocido chef Angelo Pumilia comenta que se trata de un grave problema y que algunos de los chefs que compran a estos pescadores ilegales, deberían desistir porque alimentan una peligrosa industria que puede acabar con la especie y con un ingrediente importante del patrimonio gastronómico.
Foto 1 | Vito Palmi
Foto 2 | La Cucina di Tricchi Trocchi