La pizza napolitana lleva mucho tiempo detrás de colgarse el título “Especialidad Tradicional Garantizada” (ETG) y al fin, la pasada semana se publicó en el Diario Oficial de la UE. Ahora resta esperar seis meses para otorgar este certificado a la pizza napolitana si nadie presenta su oposición.
No todos dan a la pizza el mismo valor, pero como es normal, en Nápoles, cuna de la pizza, luchan por mantener la tradición y la calidad de esta preparación que gusta a grandes y pequeños, con masa gruesa o fina, con mucho tomate o sin nada… pero pocos hemos disfrutado (fuera de Italia) de la verdadera pizza napolitana.
Los napolitanos quieren que “su pizza” tenga las mismas características allí donde la elaboren, sea en España o en cualquier otro país europeo, para lo que es necesario tener en cuenta el diámetro, el peso, los ingredientes, el método de preparación (desde la disposición del tomate) y lo más importante y difícil de cumplir, que se cueza en horno de leña y se coma recién hecha, ya nos gustaría ¿verdad?.
No nos sorprende que la pizza de Nápoles fuera en principio un alimento que sólo se vendía en puestos callejeros, era una comida pobre, pero a finales del siglo XVIII empezaron a crearse las primeras pizzerías del mundo en Nápoles. Fue creciendo su fama y su demanda, su aroma invadía las calles llegando a la realeza.
Fue entonces cuando nació la pizza Margarita, en 1889 acudió un pizzero, Raffaele Esposito, a la Casa Real de Margarita de Saboya y el rey Humberto I, preparó tres pizzas y la que más gustó a la reina, fue la que estaba compuesta de tomate, mozzarella y albahaca, por lo que el astuto pizzero la bautizó con su nombre, Pizza Margherita.
Si la pizza está bien hecha y cuenta con los ingredientes tradicionales, puede considerarse un alimento nutritivo y saludable, aportando 188 calorías por cada 100 gramos, pero llegaron las sombras del “fast food” desprestigiándola, así que en 1984 se unieron los propietarios de las pizzerías napolitanas más célebres y crearon la Asociación Veraz Pizza Napolitana. Ellos definieron la elaboración de las dos variedades básicas de la pizza napolitana, la pizza marinera y la pizza margarita.
Así pues, la verdadera pizza napolitana se debe hacer con una masa de pizza que haya reposado al menos seis horas, la cantidad de masa para una pizza debe estar entre los 180 y los 250 gramos, con un espesor de 0,4 centímetros y el borde no superior a 2 centímetros, teniendo un diámetro de 35.
Se baña con unos 70-100 gramos de tomate triturado, desde el centro de la masa extendiéndola hacia el exterior, se riega con un hilo de aceite de oliva, unos 5 gramos, la mozzarella de Búfala Campana debe tener DOP, se ponen unos 80-100 gramos en lonchas y para aromatizar este manjar, se ponen unas hojas de albahaca. La cocción, como hemos dicho, debe ser en horno de leña a una temperatura de 485º C.
Después de leer toda esta información que han presentado a la Comisión Europea, por mucho que hayamos disfrutado de ricas pizzas, muy pocas veces (o incluso ninguna) hemos disfrutado de la verdadera pizza napolitana. Os aconsejamos disfrutar del sabor que ofrece la receta de masa de pizza crujiente junto a los aderezos utilizados en la pizza napolitana, resulta un sabor impresionante.