La cocción de la pasta es más importante de lo que algunos puedan pensar, y aunque hay paladares que prefieren la pasta pasada por no encontrar ese puntito duro en el interior, la pasta “al dente” es mucho mejor.
La pasta “al dente” es aquella que está cocida por fuera y en su interior conserva una pequeña parte semicruda que se percibe al masticarla por resultar un poco dura. Hay verdaderos amantes de la pasta que rechazan un suculento plato si está demasiado cocida, la verdad es que no sólo por el disfrute en el paladar la pasta “al dente” es mucho mejor, también lo es si hablamos de su funcionalidad en nuestro organismo.
La pasta es un carbohidrato complejo, esto significa que es de absorción lenta, pero según cómo se cocine se logrará que los carbohidratos se aprovechen mejor. La pasta cocinada “al dente” tiene un índice glucémico inferior al de la pasta demasiado cocida, esto se traduce en que la primera tarda más en digerirse y la energía proporcionada al organismo tarda más en consumirse. Por eso los deportistas o las personas que realizan actividades o esfuerzos físicos de larga duración, deben consumir la pasta “al dente”.
La pasta demasiado cocida tiene un índice glucémico superior porque los carbohidratos ya se han convertido en glucosa (proceso que realiza el organismo), por lo que la glucosa del plato de pasta llegará antes a la sangre y la energía será menos duradera.
La pasta “al dente” se podría decir que es más saciante, por lo que las personas que desean controlar su peso, si tras comer un plato de pasta consiguen que los carbohidratos tarden más en ser consumidos por el organismo, el apetito tardará más en aparecer.
Para cocinar la pasta “al dente” se pueden seguir las indicaciones del fabricante, que suelen ser 100 gramos de pasta y un litro de agua duranto 8-10 minutos, dependiendo del tipo de pasta. Pero también puedes cocer la pasta con una parte de pasta y dos o tres partes de agua, sólo que será necesario mover la pasta de vez en cuando. Puedes obtener una magnífica pasta al dente ahorrando recursos y energía.
Se lleva el agua a ebullición y en este punto, se agrega la sal, entonces el agua hervirá a borbotones y se añadirá la pasta. El tiempo de cocción, como hemos dicho, dependerá del tipo de pasta, si es fresca o seca, grande o pequeña…, en fin, para saber cuándo está “al dente”, nuestro consejo es probarla.