Con el propósito de mejorar la seguridad y reducir posibles riesgos para la salud pública, la OMS (Organización Mundial de la Salud), la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) y el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), han pedido a todos los países del mundo que no se comercialicen animales salvajes vivos en los mercados. De forma paralela a esta solicitud se ha presentado una guía dirigida a las autoridades nacionales de inocuidad de los alimentos, con pautas y consejos que ayudarán al propósito antes comentado.
Las organizaciones mencionadas apuntan que es imperioso suspender el comercio de animales silvestres capturados vivos, así mismo, solicitan que se clausuren aquellas secciones de los mercados donde se suelen comercializar, siempre y cuando no existan regulaciones efectivas, inspecciones y evaluaciones adecuadas sobre posibles riesgos. La guía informa sobre los posibles riesgos de la aparición de enfermedades en los denominados mercados húmedos o mercados de comida al aire libre, lugares donde se pueden encontrar alimentos procedentes de animales sacrificados, o animales vivos listos para ser sacrificados.
Merece la pena recordar que la designación de mercados húmedos tiene que ver con la costumbre de mojar el suelo de forma abundante y exagerada para limpiarlo de los restos procedentes de los sacrificios de animales. Hay que decir que se pide una prohibición temporal, hasta que las autoridades sanitarias de cada país lleven a cabo las evaluaciones oportunas para señalar aquellas zonas y aquellas prácticas que son un riesgo potencial y pueden contribuir a la transmisión de patógenos zoonóticos, es decir, bacterias, virus, parásitos, etc., que pueden provocar una zoonosis o enfermedad infecciosa que pasa de los animales a los seres humanos.
Las organizaciones explican que sólo se debe permitir la reapertura de este tipo de mercados cuando cumplan las normas de higiene, medio ambiente y seguridad alimentaria estipuladas en las regulaciones competentes. Recordemos que en el caso de China, en los mercados se comercializaban todo tipo de animales vivos como murciélagos, pangolines, gatos, perros, serpientes, crías de cocodrilo, ratas de bambú y otros tipos de animales, que eran sacrificados delante de los clientes, sin ningún control y sin normas higiénicas, para satisfacer la demanda de carne muy fresca, ya que consideran que es más saludable y tiene mejor sabor. Decimos comercializaban porque, en teoría, se ha prohibido esta práctica (algunos periodistas dicen que no ha cambiado nada), aunque es probable que se haya creado un mercado húmedo negro donde se pueda comprar este tipo de alimentos.
La OMS reconoce que este tipo de mercados son una fuente de importancia de alimentos frescos para diferentes grupos poblacionales con pocos ingresos, siendo necesarios para el sustento de millones de personas. En la guía se apunta que no existen evidencias de que el consumo de alimentos esté implicado en la transmisión del coronavirus, o de que el virus pueda ser transportado por animales domésticos productores de alimentos, como aves de corral, cerdos, ovejas o ganado.
Pero lo cierto es que existen varios estudios en los que se demuestra que los animales son la causa de más del 70% de todas las enfermedades infecciosas emergentes en la población humana. En este sentido, merece la pena retomar la lectura de este post en el que investigadores de la University of The Free State consideran que la demanda de carne asequible y el aumento de la ganadería intensiva podrían desencadenar futuras pandemias.
En fin, veremos si sirve de algo la petición lanzada por la OMS y otras organizaciones, es necesario un mayor esfuerzo por parte de todos los gobiernos para mejorar la seguridad y la higiene en los denominados mercados húmedos, a través de este enlace (Pdf) podréis conocer más detalles de la guía para reducir los riesgos para la salud pública asociados con la venta de animales salvajes vivos en el mercado tradicional de alimentos.
Foto 1 | David Stanley
Foto 2 | Jan-Christian Teller