El pasado viernes nos hacíamos eco de una filtración de información, procedente de alguien de la OMS y transmitida a periodistas de Daily Mail, sobre un informe que se daría a conocer hoy y en el que la OMS, basándose en el trabajo del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), consideraría a la carne procesada como alimento cancerígeno.
Pues bien, ya se ha dado a conocer el informe en el que se ha tratado la carcinogenicidad del consumo de carne roja y carne procesada, tras una revisión exhaustiva de la literatura científica existente sobre el tema, realizada por 22 expertos pertenecientes a 10 países que fueron convocados por el Programa del IARC, se ha considerado que la carne roja fresca probablemente es cancerígena para los seres humanos, por otro lado, la carne procesada se considera cancerígena.
Por ello, la carne roja fresca pasa a formar parte de la categoría del Grupo 2A que dice así: “Probablemente carcinógeno para el ser humano: Cuando existen pruebas suficientes de que un producto puede causar cáncer a los seres humanos, pero no son pruebas concluyentes”. La OMS apunta que la asociación entre carne roja fresca y cáncer se ha observado sobre todo en el cáncer colorrectal, cáncer de páncreas y cáncer de próstata. La carne procesada se ha clasificado como cancerígena para los seres humanos y se ha añadido a la categoría del Grupo 1 que dice lo siguiente: “Carcinógeno para el ser humano: Cuando existen pruebas suficientes que confirman que puede causar cáncer a los seres humanos”.
Cuando la filtración se dio a conocer, varios expertos del departamento de asesores científicos del Reino Unido, no creían que las carnes procesadas se incluyeran en la máxima categoría de riesgo de cáncer, consideraban que sería incluida en la categoría del Grupo 2A. Por otro lado, los defensores de la carne roja fresca y procesada exponían sus argumentos, citaban un gran estudio europeo en el que se demostraba que las tasas de cáncer de intestino eran similares en vegetarianos y carnívoros, lo que sugería que evitar la carne no ayudaría a prevenir el cáncer. También se pronunció un experto del Panel Asesor de la Carne financiado por la industria cárnica (persona interesada), comentando que no había necesidad de evitar el consumo de carne roja, asegurando que no era una estrategia que protegiera del cáncer.
Todos los interesados se han equivocado, en el informe de la OMS no se deja lugar a dudas, explica que existen pruebas suficientes recabadas en más de 800 investigaciones que demuestran que el consumo de carne procesada es causa de sufrir un cáncer colorrectal. Los expertos consideran que comer una porción de carne procesada de 50 gramos diarios incrementa el riesgo de sufrir este tipo de cáncer en un 18%, riesgo que aumenta proporcionalmente al incremento del consumo de este tipo de carne.
Kurt Straif, uno de los principales responsable del Programa de Monografías del IARC, explica que en vista de la gran cantidad de personas que consumen carne procesada, el impacto global sobre la incidencia del cáncer es de gran importancia para la salud pública. El Grupo de Trabajo del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer explica que en los más de 800 estudios se han asociado una docena de tipos de cáncer con el consumo de carne roja fresca y procesada en muchos países y en diferentes poblaciones con diversos tipos de dieta, los responsables de la revisión apuntan que las evidencias más claras se han obtenido de los estudios que se han realizado durante las dos últimas décadas.
La OMS considera que la carne roja procesada es un alimento cancerígeno y asegura que los resultados obtenidos de la revisión no hacen más que respaldar las recomendaciones que se han dado desde este organismo desde hace años, pidiendo que se limitara el consumo de carne. El director del IARC explica en el informe que al mismo tiempo hay que considerar que la carne roja tiene un importante valor nutricional, los resultados obtenidos deben servir para que los Gobiernos y organismos reguladores internacionales trabajen para equilibrar los riesgos y beneficios de comer carne roja fresca y carne roja procesada, ofreciendo las mejores recomendaciones dietéticas.
EL IARC aclara que al hablar de carne roja fresca se refiere a todos los tipos de carne procedente del músculo de mamíferos, como por ejemplo la carne de vacuno, de cerdo, de cordero, de cabra o caballo. Sobre la carne procesada, explica que se refiere a todos aquellos tipos de carne que han sido transformados mediante procesos como la salazón, la fermentación, el ahumado, el curado u otros procesos que tienen la finalidad de mejorar el sabor o la preservación del producto, cita como ejemplo las salchichas, la carne en conserva, el jamón, la cecina, la carne seca, las preparaciones y las salsas a base de carne, las conservas, etc.
Este informe será de gran ayuda a la hora de tomar una decisión para reducir el consumo de carne, además de reducir el riesgo de padecer cáncer, se podrá contribuir a poner freno al cambio climático, sobre este tema merece la pena recordar el estudio realizado por el instituto independiente Chatham House de Londres (Reino Unido), en el que se concluía que comer menos carne es esencial para frenar el cambio climático, de ello hablábamos aquí. A través de este enlace (Pdf) podréis acceder al informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, también podréis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica The Lancet Oncology.
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