Una dieta saludable no se encuentra al alcance de todo el mundo, precisamente en aquellos países donde la educación y el nivel socioeconómico es más precario, es donde aparecen más casos de sobrepeso y obesidad. Podemos poner por ejemplo México, un país en el que se prevé que la obesidad alcance índices alarmantes convirtiéndolo en el país del mundo con la mayor incidencia de obesidad. Así lo muestran los nutricionistas de ese país en un informe elaborado por el Instituto Mexicano de la Seguridad Social.
El poder adquisitivo de la población condiciona la posibilidad de acceder a los alimentos saludables, ya que resultan mucho más caros que el fast food, es habitual que la población mexicana acuda a los establecimientos de comida rápida, que compren snacks o productos poco saludables, comen por precios más reducidos. El Gobierno mexicano estudia diversas posibilidades para luchar contra este futuro tan obeso, algunas de las iniciativas realizadas son la reforma de las leyes para reducir la publicidad del fast food que se emite a través de los medios de comunicación, aunque sinceramente, esta no será nunca una medida eficaz.
Da igual que la comida rápida no se anuncie, quienes sufren problemas económicos seguirán comprando lo que su bolsillo les permita, no importa que el nivel educativo sea alto o bajo. Solucionar el tema del sobrepeso y la obesidad no pasa exclusivamente por concienciar y educar a la población de lo que resulta más beneficioso para alimentarse, lo necesario es poner los medios que permitan que la alimentación saludable también estén al alcance del colectivo más desfavorecido económicamente.
Precisamente hemos conocido una interesante explicación proporcionada por la jefa de la sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Getafe (Madrid) durante su intervención en el programa de conferencias «Encuentros con la Salud» que se realizó ayer en la Sala de Exposiciones Biblioteca Bidebarrieta Kulturgunea (Bilbao). La experta argumenta las dos razones que indicábamos al principio, las clases sociales más pobres no tienen más remedio que acceder a estas dietas ricas en azúcares y grasas simplemente porque son más baratas y el bajo nivel educativo no permite que estas clases puedan tener una cultura alimentaria adecuada. En las personas con más poder adquisitivo el problema se genera de otro modo, el actual ritmo de vida y la gran cantidad de comidas preparadas que se disfrutan por la falta de tiempo, son la causa principal del aumento del sobrepeso y la obesidad.
Muchas son las iniciativas informativas para subsanar el problema, pero pocas las que permiten el acceso a la alimentación saludable. El sobrepeso y la obesidad se catalogan como la epidemia del siglo XXI, es un gran reto para la sanidad de muchos países que van a ver a corto plazo como aumentan considerablemente los problemas de salud ligados a esta epidemia, diabetes, problemas cardiovasculares, etc., mientras tanto, los cereales, los lácteos, los vegetales… siguen subiendo su precio y una nutrición sana comienza a ser inalcanzable.
3 comentarios
Lo de menos es el comentario de la gente en el caso de la obesidad, pero la cultura si es un gran problema ya que no se trata de un problema simplemente estético sino de salud. cuando la persona pasa de tener sobrepeso a ser obesa los problemas de salud no se hacen esperar, tanto física como mentalmente y es muy importante que quien padece obesidad sepa que somos muchos los que estamos interesdos seriamente en ellos, y en lograr que tomen conciencia del problema y empiecen por buscar ayuda para solucionarlo sin que llege a extremos que no les permitan actuar.
Desafortunadamente la experta tiene toda la razón. Sinembargo el hacer campañas en lo que se pueda alertando a las personas de lo que las vuelve obesas y lo que no, puede hacer la diferencia. La ignorancia es el flagelo más grande de nuestros países, asi que si se promueve la información concreta de lo que podrían comer en un desayuno buscando alimentos que les permitan iniciar una jornada sin sentir hambre a media mañana, algo de esto quedaría en algunos y se podría disminuir la obesidad. Se habla de carbohidratos y calorías, esa terminología de por si resulta extraña para muchos, pero si encambio se les dice que si reemplazan arepas, tortillas, pan blanco, mermeladas, mantequillas al desayuno por frutas de temporada y aprenden a disfrutar algunos cereales de avena por ejemplo, mezclandolos con leche descremada o baja en grasa en lugar de leche entera, se sentirán mejor para iniciar el día y además se les hace caer en cuenta que los padres son los directos responsables de la obesidad de sus hijos, muchos lo irán asimilando y se logrará algún progreso. No podemos tapar el sol con un dedo, además no podemos olvidar que la obesidad es un problema que enfrenta quien la padece y que no depende de ellos resolverlo, necesitan ayuda sicológica y de acompañamiento no de rechazo, aislamiento y crítica como sucede hoy en día en nuestra sociedad.
Juliana
Existen mucho más factores que influyen en el tema. México está entre las 15 economías más importantes del planeta al igual que Estados Unidos. Países como Haití y la mayoría del continente Africano, no tienen problemas de obesidad aún cuando su nivel socio económico sea bajo.
Además, el nivel socio económico y la obesidad tiene que ver con las mujeres y no con los hombres