Nos gustaría saber si hablar de los precios de los alimentos en esta época en la que no dejan de subir, os parece interesante u os parece demasiado repetitivo e incluso desmotivante, puesto que visto lo visto, no se puede hacer nada, para que la cesta de la compra deje de ser cada vez más cara. Si queréis conocer nuestra opinión, os diremos que si por un lado ha subido mucho un alimento que se enmarca en una alimentación saludable, procuraremos reducir el gasto (dado que los salarios no suben a la par) de productos alimenticios que no cumplan las expectativas nutricionales, aunque no siempre es fácil, todo es cuestión de ponerle ganas.
Esperamos que nos contéis si queréis que sigamos hablando de la actualidad sobre los precios de los alimentos, después de que leáis la última noticia de la OCU al respecto. Y es que, la Organización de Consumidores y Usuarios ha vuelto a realizar una encuesta de cuyos resultados extrae el siguiente titular: La mayoría de los consumidores ha reducido la compra de pescado, carne y aceite de oliva.
Y no es el único, también asegura que los consumidores compramos menos y de menor calidad. Estas conclusiones las ha extraído la OCU de una encuesta realizada a 1.518 consumidores que, según ellos, son una parte representativa de la población española. Un dato interesante que recuerdan es que se habla de que en los últimos 12 meses el precio de la alimentación ha subido más de un 10%, pero eso no es lo más importante, si echamos la vista un año más atrás, es decir, 24 meses o dos años, el precio de la alimentación ha subido más de un 24% más.
Si a estas subidas no les acompaña un aumento de los salarios, es obvio que se deben modificar los hábitos de compra y consumo, y los hábitos con distintos en cada familia, y se pueden haber cambiado según cuáles fueran los hábitos anteriores… en cualquier caso, parece ser que se ha modificado el consumo principalmente de los alimentos más básicos.
Véase como básicos las verduras, las frutas, los lácteos, el pescado y la carne, así como el aceite en la Dieta Mediterránea, y es que es casi todo, esta es la base de la alimentación, así que no es de extrañar que con la subida de los precios de los alimentos, crezca también la malnutrición. Lo que no desaparece es el hambre, y no hablamos en este momento de los millones de personas que no tienen para comer, hablamos de que el alimento es el motor, es la gasolina del ser humano, y si la buena gasolina es muy cara para los bolsillos, se comprará la gasolina más barata.
Sobran los ejemplos, alimentos nutritivos, frescos, nutritivos y saludables vs alimentos ultraprocesados. Si bien es cierto que muchos de los productos de este último grupo son también caros por ser los reyes de la comodidad culinaria, no es menos real que comprar un buen pescado o carne fresca, así como ciertas variedades de verduras, no está al alcance de todos, al menos de forma habitual.
El problema es que hortalizas y proteínas frescas deben consumirse habitualmente, mientras que los ultraprocesados deben consumirse de forma ocasional. Según la encuesta de la OCU, la mayoría de consumidores (un 80%) optan por comprar menos cantidad de alimentos básicos como el pescado, la carne o el aceite, o por elegir otras opciones, también cifran en un 23% los consumidores que han modificado sus hábitos de compra, y en un 16% los que no han modificado nada, pero, habrán visto reducido su monedero, ¿no?
La OCU habla, como ya os hemos comentado, del precio de seis grupos de alimentos, pescado, carne, aceite de oliva, fruta, verdura fresca y lácteos. Si el pescado ya era uno de los alimentos básicos menos consumido, con un 60% de encarecimiento, podemos imaginar que está bajo mínimos, de hecho, un 60% de los consumidores de pescado ahora compra menos, y un 19% compra pescados de menor calidad gastronómica (que no nutricional).
La carne tampoco sale muy bien parada, pues un 54% de los encuestados asegura haber reducido su consumo considerablemente. También supera el 50% la reducción del consumo de aceite de oliva en comparación con el año pasado, y la fruta y la verdura rondan el 50% y está claro por qué, su precio de base es mucho menor que el de los alimentos proteicos antes mencionados. Y los productos lácteos, aunque no son los más económicos si no se compran los más simple, son los que menos han visto reducido su consumo, pero también porque son los que menos han subido de precio.
La Organización de Consumidores y Usuarios reitera su petición sobre la reducción del IVA al 0% en las principales fuentes de proteínas, carne y pescado, así como sobre el importe del cheque con el que se ayuda a las familias que más lo necesitan. Podéis verlo en su nota publicada aquí.
También recomiendan a todos los consumidores comprar con más cabeza, es decir, elegir pescados y carnes más baratas, pues alimenta igual la caballa que el atún. Las frutas y verduras de temporada siempre se podrán encontrar a mejor precio y en los alimentos en los que se pueda elegir congelados, como en las verduras y los pescados, hacerlo, porque son igual de nutritivos y quizá incluso de mejor calidad, más frescos si se han congelado en alta mar, que llevan una semana entre el barco, la lonja y la pescadería.
La OCU no obvia aprovechar las ofertas de productos por pronta caducidad que cada vez son más, así como la apuesta por marcas blancas en lugar de primeras marcas y cómo no, comparar precios de distintos supermercados y mercados para elegir el que mejor se adapte a nuestras posibilidades. Y vosotros, ¿qué conejos sumaríais a estos?