Parece ser que la información nutricional de los alimentos que se ofrece en las etiquetas de los productos sirve de poco, no contribuye a mejorar la alimentación fomentando los hábitos saludables y reduciendo el índice de sobrepeso y obesidad. Al menos así se desprende de las conclusiones de una investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Laval (Canadá). En el estudio se realizó una comparativa entre lo que sabían consumidores estadounidenses y franceses sobre el contenido en grasa de los alimentos, la diferencia resultó ser significativa, los primeros tenían muchos más conocimiento de las grasas o propiedades saludables de los alimentos, sin embargo, los índices de sobrepeso y obesidad en Estados Unidos triplica el índice francés.
Se muestra así una paradoja, no existe correlación entre el conocimiento nutricional y la tasa de obesidad, por lo que la estrategia de ofrecer una información nutricional más completa en los productos alimenticios no sería la mejor estrategia para fomentar los hábitos alimentarios saludables. Los investigadores apuntan que pensar en la comida en términos de carbohidratos, grasas o contenido calórico hace que se pierda la percepción del todo, es decir, sería mejor centrarse en lo que constituye una comida saludable, completa y equilibrada. Los investigadores proporcionan una explicación sobre las etiquetas nutricionales de los alimentos, que nos hace pensar que restan valor al hecho de ofrecer una información completa y detallada.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores consultaron a 327 consumidores elegidos al azar, de Estados Unidos (120), Francia (100) y Canadá (107), mediante cuestionarios. Con ellos se pretendía descubrir el nivel de conocimiento de los consumidores en lo que respecta a información nutricional, qué recomendaciones nutricionales proporcionan los expertos con respecto a las grasas, qué tipo de grasas contenían determinados alimentos, etc. Los resultados mostraban que hasta un 43% de los consumidores franceses no sabían las respuestas, en cambio, sólo un 13% de los consumidores canadienses la desconocían y sorprendentemente sólo un 4% de los consumidores estadounidenses ignoraban cuáles eran las respuestas.
Profundizando un poco más, en el caso de la leche entera, un 55% de los consumidores franceses no conocían el porcentaje de grasas de la leche, en cambio en canadienses y estadounidenses esta cifra se reducía hasta el 5% y el 4% respectivamente. Esta situación se repitió de forma similar con otros productos como los aceites vegetales, la mantequilla, etc.
El nivel de acierto era mayor y más preciso en estos dos últimos grupos, se delata la falta de conocimiento nutricional e incluso se puede hablar de falta de interés por conocerlo en el caso de los consumidores galos. Sin embargo, como decíamos antes, no todo está en el saber y las cifras así lo muestran, el índice de sobrepeso y obesidad es significativamente más elevado en los países en los que en teoría tienen más conocimiento nutricional. Los investigadores concluyen que las etiquetas de los alimentos tienen poco impacto y no contribuyen de forma eficaz en la lucha contra la grasa y la mejora de la alimentación.
Estos resultados deberían motivar a los nutricionistas y especialistas a desarrollar nuevas investigaciones, cambiar la política y la forma en la que se ofrece la información nutricional al consumidor. En nuestra opinión, una muestra de 100 consumidores por cada país es poco significativa, será interesante además profundizar y discriminar entre estratos sociales, poder adquisitivo, nivel educativo, etc. Podéis conocer todos los detalles del estudio a través del artículo publicado en la revista científica British Food Journal.
Foto | Holishaw
1 comentarios
Que quieres que te diga, si no fuera por esas etiquetas, yo personalmente, comeria mucho peor. Es mas, ahora mismo como solo por lo que pone en ellas