Recientemente se celebró en Chicago la Conferencia Anual ABI ADPI, evento desarrollado por dos organizaciones integradas por representantes de la industria láctea y derivados de Estados Unidos, cuyo cometido es defender los intereses del sector, ensalzar el valor de la leche y los productos que se elaboran en el marco de una dieta saludable, promover su consumo, etc. Esta conferencia es un punto de encuentro para el sector, donde se comparten experiencias, investigaciones, se crean contactos y se afianzan lazos de colaboración entre empresas.
Este año parece que se ha tratado un tema que preocupa seriamente a la industria láctea, el auge imparable de las bebidas vegetales, que se presentan como una alternativa a la leche de vaca y a los productos derivados. Han considerado que este sector representa una “amenaza grave”, asegurando que se ha estado robando la identidad y el prestigio de la leche durante años, mientras la industria láctea se mantuvo a la expectativa y sin haber respondido. Se entiende la preocupación, durante los últimos años el consumo de leche ha ido reduciéndose año tras año a pesar de que el precio haya bajado, mientras que el consumo de bebidas alternativas como la ‘leche’ de almendras, ha crecido de una forma significativa, nada menos que un 250% en los últimos años.
Pero lo mismo sucede con otras variedades de bebidas vegetales en mayor o menor proporción, como por ejemplo las bebidas de coco, soja, nueces, avellanas, avena, alpiste, etc. No resulta extraño que ante estos datos, la industria láctea estadounidense solicitara a la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) que las bebidas vegetales dejarán de utilizar en las etiquetas y descriptivas de sus productos el término ‘leche’, por considerar que se confundía al consumidor, se robaba la identidad y prestigio de la leche y por tanto se perjudicaba a este sector.
Lo cierto es que no se confunde al consumidor, de nada han servido estrategias como bajar el precio de los productos o llevar a cabo campañas promocionales ensalzando su valor. Los consumidores no han sido tentados por el aspecto económico, han querido consumir una alternativa que fuera más saludable y respetuosa con el medio ambiente, ya no tienen que preocuparse por la posible presencia de hormonas, antibióticos u otras sustancias en los productos lácteos. Se pueden argumentar más razones por las que se apuesta por el consumo de bebidas vegetales, apartando a un lado la leche y los productos derivados.
Iniciativas como el Proyecto de Ley que tiene la finalidad de prohibir el uso de los términos lácteos a la industria de las bebidas vegetales, no servirán para frenar el crecimiento del sector. Actualmente la cuota de mercado lácteo es significativamente mayor que la de las bebidas vegetales, pero si se tienen en cuenta algunas encuestas en las que se apunta que el 34% de los consumidores del país prefieren las bebidas de origen vegetal a las leches de origen animal, es lógico que ahora el sector se preocupe seriamente y vea una amenaza potencial.
La industria láctea estadounidense considera una amenaza al sector de las bebidas vegetales por las razones argumentadas, pero también por otros motivos que le hacen perder competitividad, como la falta de innovación, llegan a comentar que el consumidor en realidad no busca “leche” elaborada con productos vegetales, sino un valor añadido como es el valor nutricional, las mejoras en la salud, etc., algo en lo que consideran que no han innovado. Para algunos consumidores esto es dar palos de ciego, ya que se enumeran muchas más razones para abandonar el consumo de leche de las que la industria láctea ni siquiera hace referencia.
Según leemos aquí, en esta conferencia se ha hablado de una posible solución para hacer retroceder al mercado de las bebidas vegetales, llevar a cabo una estrategia que consiga que la leche se convierta en un elemento relevante en el día a día de los consumidores, para ello proponen más transparencia, informar sobre los valores nutricionales, etc. Por ello se baraja la posibilidad de realizar una financiación conjunta de estas propuestas para poder hacer frente a la competencia de las bebidas vegetales.
A raíz de estas declaraciones, se puede deducir que la industria láctea tiene claro que iniciativas como el Proyecto de Ley DAIRY PRIDE Act., cuyo cometido es defender a la industria láctea evitando el uso de términos asociados a la leche en imitaciones o productos sustitutos (bebidas y alimentos vegetales), no serán capaces de frenar el crecimiento de las alternativas vegetales. Que no se utilice la descriptiva ‘leche’ no ayudará a frenar el aumento del consumo de las ‘leches’ vegetales, y mucho menos restaurará la cuota de mercado del sector lácteo. Sobre las estrategias que se plantean, quizá habría que incluir la eliminación del uso de antibióticos, hormonas y otros productos, apostar por la producción ecológica, donde los animales consumen pasto y gozan de más libertad, aun así sería complicado, ya que cada vez más consumidores no quieren productos derivados de los animales.
De todas formas, todos conocemos empresas de productos lácteos que se han introducido en el sector de las bebidas vegetales, ¿puede ser esta la mejor solución para la industria láctea? No tardaremos en conocer nuevas noticias sobre las iniciativas que pondrá en marcha la industria láctea estadounidense.
Foto 1 | Chfa
Foto 2 | Yaniv Ben-Arie
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