En el mes de diciembre la industria láctea estadunidense envió a la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) un documento en el que se exigía el cumplimiento de la normativa de identidad de la leche, el propósito era evitar que la industria de las bebidas vegetales describiera sus productos como “leche de” almendras, avellanas, guisantes, soja, etc. En esta normativa se describe qué es la leche, cómo se obtiene, a qué procesos se somete, qué métodos se utilizan para analizar su composición… en base a esta información, se solicitaba a la FDA que tomara medidas e impidiera a la industria de las bebidas alternativas que utilizara el término “leche”.
Como cabría esperar, la industria de las bebidas vegetales responde a la industria láctea estadounidense a través de la PBFA, organización que aglutina a las empresas que elaboran alimentos y bebidas derivadas de productos vegetales, que también ha enviado a la FDA un documento solicitando que detenga estos ataques de la industria láctea a este sector en relación al tema del uso del término “leche”, porque no tienen fundamento. Considera que los productos que elabora están perfectamente etiquetados con su nombre común o habitual, pero además, es algo que corrobora la justicia.
Recordemos que en el año 2015 un juez desestimó las alegaciones de una empresa láctea contra un fabricante de bebidas alternativas por utilizar la descriptiva ‘leche de soja’, considerando que la empresa no anunciaba el producto como tal, por lo que no existía intención alguna de engañar a los consumidores (principal argumento de la empresa láctea en su demanda). Este juez comentó que los fabricantes de bebidas vegetales están obligados a describir claramente sus productos a fin de despejar dudas sobre las materias primas con las que se han elaborado, mostrando claramente que no guardan similitud con la leche de vaca. También comentó que resultaba inverosímil que un consumidor pudiera confundir una de estas bebidas alternativas con la leche de origen animal.
Aunque en los envases no aparece el término ‘leche’, sí aparece en la etiqueta de los ingredientes o en el enunciado en el que se habla sobre las propiedades que tienen las bebidas elaboradas con productos vegetales. La industria láctea no quiere que se utilice el término ‘leche’ en ninguna parte del envase del producto, a esto contestaba el juez que la existencia de una normativa federal de la identidad de la leche no implicaba la exclusión categórica del uso del término por otras empresas no lácteas, hablando concretamente de los fabricantes de bebidas alternativas.
La industria de los alimentos y bebidas de origen vegetal comenta que está orgullosa de poder ofrecer una amplia gama de opciones de alimentos innovadores y sostenibles que los consumidores buscan por distintas razones, recuerda, además, que según algunas encuestas, el 34% de los consumidores estadounidenses prefieren las leches de origen vegetal a las leches de origen animal, en este caso, esta información no sería relevante si la FDA se debe pronunciar sobre el tema. No se está hablando de cuotas de mercado o preferencia, simplemente se habla del uso de un término que da la impresión de que sea propiedad del sector lácteo.
Expresan su rechazo total a los ataques de la industria láctea y esperan poder llevar a cabo una conversación constructiva que asegurará que los consumidores tengan acceso a las alternativas elaboradas a base de plantas. Hay que recordar que la carta enviada a la FDA por la industria láctea cuenta con el respaldo de 34 legisladores, no sabemos si este apoyo influirá en la agencia, aunque no tendría por qué si se simplifican las alegaciones. La PBFA ha enviado también dos cartas a las oficinas legislativas explicando que participa activamente con la FDA y con otros expertos en la estandarización de la terminología de etiquetado de muchos alimentos y bebidas populares a base de plantas.
Quizá la industria láctea cree que si la industria de las bebidas vegetales deja de utilizar la descriptiva ‘leche’, ayudará a frenar el aumento del consumo de estas bebidas, restaurando la cuota de mercado del sector lácteo. Esto es un grave error, ya que las tendencias muestran que este segmento seguirá creciendo de forma imparable, cada vez más consumidores quieren adquirir alimentos más sanos y naturales, y que hayan sido obtenidos de forma respetuosa con el medio ambiente. Sobre este tema también será necesario hablar, sobre todo porque en la elaboración de estas bebidas apenas hay ingredientes vegetales.
Por ejemplo, en la lista de ingredientes de la denominada “leche de avellanas” sólo aparece un 2’5% de avellanas, el resto de ingredientes está formado por agua, azúcar, fosfatos tricálcico, sal, estabilizantes como la goma garrofín y la goma gellan, emulgentes como la lecitina de girasol y vitaminas. Se podía realizar una comparativa con un bote de Nutella, que en vez de anunciarse como “Crema para untar de avellanas y cacao”, debería anunciarse como ‘crema para untar de azúcar y manteca de palma’ por su irrisorio contenido en avellanas y cacao. Quizá esta “leche de avellanas” o bebida vegetal de avellanas tampoco debería anunciarse como tal por el ridículo contenido de este fruto seco, pero es que la proporción de agua en avellanas, almendras y demás es muy reducida para hacer una bebida.
Podéis conocer más detalles sobre la postura de la PBFA y de la carta enviada a la FDA a través de este enlace.
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