La mayoría de los consumidores cree que la industria alimentaria tiene la responsabilidad de ofrecer productos para llevar una dieta saludable, y aunque en los últimos tiempos se han realizado avances, no parecen ser significativos y convincentes, ya que muchos consumidores desconfían de la información nutricional que proporciona la industria y la verdad es que motivos no faltan. Así se desprende de una encuesta realizada por la empresa Surveygoo para Ingredient Communications, una agencia especializada en estrategias de comunicación para los sectores de alimentación y la nutrición, entre otros.
Según los resultados de esta encuesta realizada a 1.300 consumidores de todo el mundo, 9 de cada 10 personas creen que la industria alimentaria tiene la responsabilidad de facilitar que los consumidores puedan llevar una dieta adecuada adquiriendo los productos alimenticios que ofrecen, y lo que más hacen es dificultarlo con tanto procesado insalubre. Sobre el grado de responsabilidad, un 52% de los encuestados consideró que era mucha, un 37% declaró que tenía parte de responsabilidad y sólo el 9% de los consumidores consideró que no tenía responsabilidad alguna.
Merece la pena recordar que hace unos meses FoodDrinkEurope (FDE), organización que representa los intereses de la industria alimentaria en la Unión Europea, hacía un llamamiento a las empresas alimentarias para que promocionaran y mejoraran la nutrición y la salud de los consumidores, comentando que era necesario unir fuerzas, mirar hacia adelante y afrontar los retos sociales relacionados con la salud y la nutrición. Parecía que el sector pretendía mostrar que se preocupa por los problemas actuales relacionados con la alimentación, pero obviando que muchos de estos problemas los ha creado la industria alimentaria al ofrecer productos con elevado contenido en grasas, sal, azúcar y otros elementos perjudiciales para la salud de los consumidores.
La encuesta revela que los consumidores confían poco en la industria alimentaria a la hora de hablar de salud y nutrición, algo obvio teniendo en cuenta que hasta hace poco no ha demostrado preocuparse en absoluto de cargar sus productos con ingredientes que perjudicaban a la salud. A los encuestados se les proporcionó una lista de siete fuentes de información sobre salud y nutrición para que las enumeraran por orden de fiabilidad, según los resultados, un 72% confía más en médicos y otros profesionales de la salud, gobiernos y agencias de salud se colocan en segundo lugar con un 23%, la tercera fuente es la información que proporcionan familiares y amigos con un 15%.
La industria alimentaria apareció la última en la lista de confianza o ni siquiera fue considerada, un 41% de los consumidores la colocaron en penúltimo o último lugar y sólo un 5% la colocó en primera posición. Por encima de la industria alimentaria aparecen celebridades, cocineros famosos, bloggers o periodistas, siendo evidente que no inspira confianza. Hay que decir que estos datos varían por países, según los resultados, en Estados Unidos el nivel de confianza en las empresas alimentarias es mucho mayor que en otros países, en este caso, hasta un 14% de los encuestados clasifican a la industria por encima de cualquier otra fuente informativa sobre salud y nutrición.
Parece que en ese país los consumidores no confían tanto en las instituciones médicas, ya que sólo el 32% de los encuestados las colocan en la parte superior de la lista del grado de confianza, quizá por esa excesiva confianza en la industria, Estados Unidos es uno de los países con una peor alimentación y un mayor índice de sobrepeso y obesidad. La investigación pone de manifiesto que la industria alimentaria se enfrenta a un gran reto, le va a costar bastante recuperar la confianza de los consumidores, para ello deberán empezar por modificar sus formulaciones y demostrar que tienen un firme compromiso en ayudar a comer de forma saludable.
Anuncios como el realizado por la FoodDrinkEurope no tienen peso para restituir la confianza, al menos de momento y hasta que no se vean resultados, no hay que olvidar que la industria tiene mucha responsabilidad en los problemas relacionados con la salud y la nutrición, no se debe permitir que ahora quieran mostrar una cara amable abanderando la lucha en favor de la alimentación de calidad, la educación nutricional, así como otras cuestiones que hasta hace bien poco ignoraba completamente, el cambio que está realizando se debe a la presión que han estado recibiendo en los últimos años, de no ser por ello, posiblemente seguirían con la misma línea de trabajo que han mantenido hasta hace poco, a fin de cuentas, el principal cometido que han tenido es ganar dinero sin que les importasen las consecuencias.
La solución no es sencilla, para recuperar la confianza de los consumidores será necesario que se utilicen ingredientes de calidad, que sean naturales y saludables, que se proporcione un etiquetado totalmente transparente facilitando que los consumidores puedan ejercer su derecho a saber lo que consumen, poner en marcha acciones innovadoras que demuestren que la industria realmente tiene un serio y firme compromiso con la promoción de la dieta saludable, etc. Con el tiempo, quizá poco a poco pueda recuperar un grado de confianza aceptable en la mayoría de países del mundo.
De esta encuesta que fue realizada en el mes de octubre del año pasado, se desprende que los fabricantes de productos alimentarios deben entender a fondo todos sus mercados, ya que las exigencias varían entre países. De todos modos, para ser una encuesta de carácter global es poco significativo el número de participantes, tan sólo 1.300 desglosados de la siguiente forma: 500 del Reino Unido, 200 de la India, 200 de Filipinas, 100 de Malasia, 100 de Singapur, 50 de Canadá, 50 de Estados Unidos, 50 de Nueva Zelanda y 50 de Australia. No se conocen datos sobre los encuestados, nivel educativo, edad, situación económica, etc., y estos son factores que pueden influir en las respuestas.
Se habla de la falta de confianza en la industria alimentaria y las razones ya las conocemos, pero no hay que olvidar que algunas asociaciones, organizaciones e instituciones de salud, también han traicionado la confianza del consumidor al destaparse que proporcionaban consejos que favorecían a esta industria. Se puede citar por ejemplo el aval que dio la Asociación Española de Pediatría a las galletas Dinosaurus a pesar del elevado contenido en azúcar, sobre este tema podéis leer algo más aquí.
Podéis conocer más detalles de la encuesta de Surveygoo para Ingredient Communications a través de este documento (Pdf).