Hoy conocemos un comunicado de la International Food & Beverage Alliance (IFBA), grupo de empresas de alimentos y bebidas no alcohólicas que comparten un objetivo común, ayudar a los consumidores a nivel mundial para que realicen una dieta equilibrada y lleven una vida activa y saludable. Este comunicado explica que las grandes compañías de la industria alimentaria aseguran que reducirán las grasas trans a niveles insignificantes para el año 2018. Este compromiso es la culminación del acuerdo que se alcanzó con la OMS en el año 2008 para eliminar este tipo de grasas en los productos alimentarios de las empresas de la IFBA.
Se pretende reducir las grasas trans a menos de un gramo por cada 100 gramos de grasa, es decir, la mitad de lo que recomendaba el informe presentado por la Comisión Europea. Recordemos que durante un año se estuvo esperando que la CE presentara el informe sobre las grasas trans en los alimentos, en él se recomendaba poner en marcha una legislación que limitase el contenido de grasas trans a dos gramos por cada 100 gramos de grasa en todos los países de la Unión Europea. La reformulación voluntaria de los fabricantes de alimentos ha sido puesta en marcha en varios países europeos, limitando el contenido de ácidos grasos trans tal y como se recogía en el informe de la CE, lamentablemente esta regla no se ha adoptado en algunos países en los que se ha constatado la presencia de alimentos con un elevado contenido de estas grasas perjudiciales.
En octubre del año pasado conocíamos esta iniciativa en la que Mondelez, Nestlé, Mars, Kelloggs, la Sociedad de cardiología Europea, la EPHA (Alianza Europea de Salud Pública), la EHN (Red Europea del Corazón) y la BEUC, organización que representa y defiende los intereses y derechos de los consumidores europeos, enviaban una carta a la Comisión Europea para que limitara el contenido de ácidos grasos trans en los alimentos en un máximo de dos gramos por cada 100 gramos de grasa, con el objetivo de reducir el impacto negativo que estas grasas tienen en la salud. Pero ahora las empresas pertenecientes a la IFBA dan otro paso limitando aún más el contenido de este tipo de grasas a la cantidad antes indicada, y en un plazo máximo que concluirá a finales del año 2018.
Once de las mayores compañías de alimentos y bebidas a nivel mundial se comprometen a eliminar las grasas trans producidas industrialmente a finales del año 2018, sin embargo, hay dos excepciones, el Grupo Bimbo comenta que necesita más tiempo para poder garantizar que toda su cartera de productos cumple con el objetivo de la OMS, aunque asegura que la mayor parte de sus productos ya contienen menos de 0’5 gramos por porción. La otra excepción es McDonald’s, que no ha aceptado el compromiso, aunque asegura que está evaluando su red global de franquiciados y en cuanto pueda confirmará cuál es su posición sobre este tema. Este anuncio no es nada favorable para la empresa de comida rápida, sobre todo sabiendo que se persigue mejorar la salud del consumidor y que es prioritario reducir el contenido en grasas trans.
Merece la pena recordar que en el Plan de Acción Global para la Prevención y Control de Enfermedades no Transmisibles 2013-2020 de la OMS (Organización Mundial de la Salud), se solicitaba a los Estados miembros que aplicasen políticas para sustituir los ácidos grasos trans producidos industrialmente por grasas no saturadas. Como ya sabemos, existe un amplio consenso científico sobre el impacto negativo que estas grasas tienen en la salud, son grasas consideradas muy dañinas y causantes de la enfermedad de la arteria coronaria y de diferentes enfermedades cardiovasculares que provocan el 47% de todas las muertes en Europa, y un 40% de las muertes que se producen en la UE.
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, los aceites parcialmente hidrogenados son fuente de grasas trans artificiales, están presentes especialmente en los alimentos procesados que han sido sometidos al proceso de hidrogenación. Este proceso transforma los aceites en grasas sólidas con la ayuda de un catalizador y la adición de hidrógeno a altas presiones y temperaturas, con ello se logra saturar los enlaces insaturados del aceite aumentando su punto de fusión. La solidificación de estos aceites proporciona mayor estabilidad oxidativa al eliminar los ácidos linoléico y linolénico, como responsables del deterioro de un alimento por oxidación, por lo que se obtiene mayor textura y “frescura”, lo que facilita su uso en el sector de la industria alimentaria dedicada a los productos comerciales de pastelería, alimentos procesados, comidas preparadas, etc.
Aquí podemos saber que la IFBA explica que la reducción de las grasas trans era una prioridad para la nutrición y la salud pública, comenta que se puede llegar al límite propuesto sustituyendo los aceites parcialmente hidrogenados con otras soluciones, la mayoría de empresas han reformulado sus productos de forma voluntaria aumentando el uso de ácidos grasos mono insaturados o poliinsaturados. Con esta acción se demuestra el compromiso por parte de la industria alimentaria para lograr el objetivo mundial marcado por la OMS.
Lamentablemente sigue sin aplicarse una legislación en la Unión Europea que regule el contenido de grasas trans en los alimentos, a pesar de que ya se cuenta con el informe de la CE. Tampoco se han dispuesto reglas específicas en el etiquetado, aunque los consumidores pueden ver en la lista de ingredientes si el producto en cuestión contiene aceites parcialmente hidrogenados. ¿A qué espera la UE para legislar sobre este tema?
En este enlace (Pdf) podréis conocer todos los detalles del comunicado emitido por la International Food & Beverage Alliance.
Foto 1 | DJ-Dwayne [Returning in 2015/16]
Foto 2 | Mr.TinDC