¿Es la gran variedad de alimentos que tenemos a nuestro alcance, la que se lleva parte de culpa de la creciente obesidad?, ¿si centráramos nuestra alimentación a unos pocos platos o alimentos, comeríamos menos cantidad?, ¿se reduciría el índice de sobrepeso u obesidad?… son varias las preguntas que surgen y que han motivado a los investigadores de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo y de la Universidad de Vermont, a realizar un estudio sobre la habituación en la alimentación.
La habituación es la costumbre que provoca una menor respuesta ante un estímulo que se repite, y esto es lo que han querido comprobar con la alimentación, ofreciendo el mismo plato de comida de forma repetida, durante varios días, concluyendo que a largo plazo se pierde el interés por esa comida y se come menos cantidad. Estudios similares en animales ya se habían llevado a cabo, y ahora se ha realizado en humanos, se conoce que la habituación a los alimentos hace que se consuma menos cantidad, se come más despacio, se deja de comer ante la primera sensación de estar lleno…
El estudio, que se puede consultar aquí, se realizó sobre un grupo muy reducido de personas, contando con 32 mujeres de entre 20 y 50 años, la mitad de ellas obesas y la otra mitad con peso normal. Para llevarlo a cabo se propusieron ofrecer a las voluntarias del estudio un plato de macarrones con queso cinco veces, a un grupo se le proporcionaba un plato diario, durante cinco días seguidos, y a otro durante cinco semanas, una vez a la semana comían macarrones con queso.
En cada grupo había mujeres obesas y con peso normal, además de la posibilidad de repetir, es decir, una vez consumida la ración de macarrones con queso, podían comer más. Los resultados fueron obvios, e igual en el caso de las mujeres obesas y de las no obesas, comer cada día macarrones con queso provoca una habituación más rápida y en consecuencia, se reduce la cantidad de comida que se consume. Mientras que las mujeres que comieron macarrones con queso una vez a la semana, no sólo no redujeron la ingesta, sino que la aumentaron paulatinamente.
La primera reflexión del estudio es que reducir la variedad en la elección de la alimentación o repetir los mismos platos habitualmente, forma parte de la estrategia para las dietas de reducción o control de peso. Y situándonos en la posición contraria, si nos privamos diariamente de un alimento que nos gusta, cuando nos permitimos el ‘capricho’ de comerlo ¿lo hacemos en mayor cantidad?
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