Hoy podemos saber que la FSA analizará la seguridad de los alimentos de cultivo celular, se trata de una iniciativa que promete marcar un antes y un después en el sector de la alimentación en Reino Unido y más allá. Para este trabajo de la Agencia de Normas Alimentarias (FSA), en colaboración con Food Standards Scotland (FSS), han recibido una financiación de 1,6 millones de libras por parte del Fondo Sandbox de Ingeniería Biológica (EBSF) del Gobierno. Este apoyo permitirá poner en marcha un programa innovador centrado en los alimentos obtenidos a partir del cultivo de células que, como sabemos, no utiliza los métodos agrícolas tradicionales como la cría de ganado o el cultivo de plantas.
El Reino Unido es un mercado potencial e importante para los alimentos obtenidos a partir de la agricultura celular en Europa, sin embargo, aún no se ha aprobado ningún producto de este tipo para el consumo humano. La novedad y la complejidad de estos nuevos alimentos, plantea desafíos que requieren un conocimiento exhaustivo para poder garantizar que son seguros. En este sentido, el programa Sandbox trata de reunir evidencias científicas rigurosas sobre la tecnología de cultivo celular, a fin de que la FSA y a la FSS puedan hacer recomendaciones bien fundamentadas y orientadas a la seguridad.
El programa se desarrollará durante dos años e implica la contratación de un equipo especializado que trabajará en la recopilación de pruebas científicas. Con estas pruebas, las agencias reguladoras podrán acelerar la revisión de las solicitudes de aprobación de alimentos de cultivo celular, permitiendo un mejor apoyo a las empresas que desean iniciar su comercialización. Además, el espacio de pruebas contribuirá a desarrollar metodologías de evaluación aplicables a otros alimentos innovadores, promoviendo un entorno favorable para la innovación en el sector alimentario.
Paralelamente, el trabajo de la FSA en el Reino Unido se enmarca en un contexto internacional de análisis sobre los alimentos de cultivo celular, recordemos que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han sido organizaciones relevantes en esta dirección, publicando dos informes que abordan la seguridad de estos productos. En abril de 2023, la FAO y la OMS organizaron un seminario web que resultó en la publicación de “Aspectos de seguridad alimentaria de los alimentos de origen celular”, donde se identificaron los posibles peligros de estos productos. Aunque la mayoría de los riesgos son comunes a los alimentos convencionales, se subrayó la necesidad de prestar especial atención a los materiales y equipos específicos utilizados en la producción de alimentos a base de células.
Posteriormente, en septiembre de 2023 la FAO y la OMS organizaron una reunión en Roma sobre la seguridad de los alimentos de agricultura celular en la región del Cercano Oriente. En esta reunión participaron 53 expertos que discutieron las regulaciones vigentes y la importancia de informar adecuadamente al público sobre estos nuevos productos. A principios de este mes, expertos de todo el mundo se reunieron en Toronto (Canadá) para analizar el estado actual de la seguridad alimentaria en el ámbito de la fermentación de precisión y los alimentos de cultivo celular. Como podemos comprobar, se acelera la actividad de las agencias reguladoras para verificar la seguridad y dar vía libre a estos nuevos alimentos.
Mientras la FSA y las agencias internacionales avanzan en sus investigaciones, la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) también inició su propia evaluación sobre la seguridad de los alimentos de cultivo celular, y otras tecnologías emergentes como la fermentación de precisión. Desde mayo de 2023, la EFSA ha trabajado en la recopilación de datos, además de consultar a expertos para desarrollar una guía que sirva de referencia para futuros análisis.
Aunque hasta la fecha no se han presentado solicitudes formales para evaluar alimentos de cultivo celular en Europa, la EFSA está preparada para abordar las cuestiones de seguridad que surjan con la llegada de estos productos al mercado europeo. Ramiro Alberio, profesor de biología del desarrollo en la Universidad de Nottingham, explica que la ingeniería de células y tejidos ha avanzado significativamente, permitiendo su uso en la producción de alimentos más allá de la regeneración médica, y añade que tecnologías como la fermentación de precisión, ofrecen aún más posibilidades en el segmento de la alimentación.
En abril de este año un nuevo artículo destacó cómo la agricultura de cultivo celular está transformando la forma de producir alimentos, posicionándose como una alternativa más sostenible a la agricultura y ganadería tradicional. Esta tecnología permite reducir significativamente el uso de recursos como el agua y la tierra, disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero y eliminando la necesidad de utilizar hormonas y antibióticos. La producción de alimentos de origen animal o vegetal en un entorno controlado ofrece una alternativa que promete no sólo eficiencia, también una mejora en la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, esta tecnología se enfrenta a desafíos técnicos, éticos y de percepción por parte de los consumidores.
En este contexto, la evaluación de riesgos y la claridad en los marcos regulatorios son aspectos cruciales para que los alimentos de cultivo celular puedan establecerse como una opción viable en el mercado global. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, países como Singapur han liderado este proceso aprobando la comercialización de carne de cultivo celular, mientras que otras naciones, como Italia, han adoptado una postura contraria vetando su uso.
Es bastante previsible que en Reino Unido se aprueben y comercialicen los alimentos de cultivo celular antes que en el resto de países europeos, podéis conocer todos los detalles de la noticia a través de este artículo publicado en la página de la FSA.
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