Mantener una cerveza fría en el vaso mientras se está tomando, es una preocupación habitual, especialmente en aquellos lugares con climas cálidos. En este sentido, Claudio Pellegrini, profesor de ciencias térmicas y de fluidos de la Universidad Federal de São João del-Rei (Brasil), ha trabajado para resolver este problema a través de un estudio innovador que analiza cómo influye la forma del vaso en la capacidad para mantener fría la cerveza.
En esta investigación el experto utiliza fórmulas matemáticas y principios de transferencia de calor (cómo se transfiere el calor entre distintos cuerpos o materiales) para encontrar el diseño óptimo del vaso que sea capaz de minimizar el calentamiento de la bebida, recurriendo a los distintos formatos de vasos popularmente utilizados para beber cerveza.
El trabajo se centró en varios tipos de vasos que son comunes en Brasil y en muchos otros países del mundo, el tulipán brasileño, la pinta imperial de Reino Unido, la pinta americana, el vaso Weizen de Alemania, la jarra de cerveza y una jarra denominada «super” que están presentes en los países citados. Para simplificar su estudio, el experto excluyó algunas variables complejas, como el calor que se transfiere desde las manos al vaso cuando es sujetado y el impacto de la espuma en la transferencia de calor. De este modo se pudo centrar exclusivamente en la forma del vaso y cómo afecta a la eficiencia para mantener fría la cerveza en situaciones cotidianas.
Proceso científico para concebir el vaso óptimo para la cerveza
El profesor Pellegrini abordó su investigación con rigor científico, para ello utilizó ecuaciones que calculan cómo se produce la transferencia de calor en función de la forma y el volumen del vaso. Su investigación sostiene que en países tropicales como Brasil, donde las temperaturas pueden superar los 38 °C, el desafío de mantener una bebida fría es mucho mayor. Según su análisis, en un día de playa a esa temperatura y en condiciones de viento, una cerveza puede perder su frescor en apenas tres minutos, a menos que se sirva en un vaso diseñado para optimizar la conservación de su temperatura.
El profesor apunta que los vasos con forma cónica, con la base más estrecha y la parte superior más ancha, como es el vaso pilsner (vaso alto, recto y con una ligera curva hacia afuera en la parte superior), ofrece una ventaja significativa a la hora de mantener el frío. Este vaso que se caracteriza por su forma alargada y su curva, resulta ser el más eficiente en términos de conservación de la temperatura, ya que minimiza la cantidad de cerveza que entra en contacto con el aire caliente del ambiente.
De acuerdo con los cálculos del estudio, el diseño del vaso pilsner permite que la cerveza permanezca fresca durante más tiempo, debido a que se reduce el área de contacto en la base y permite un enfriamiento más equilibrado a medida que la bebida sube hacia la parte superior del vaso.
La investigación también plantea que la transferencia de calor es un proceso dinámico en el que influyen varios factores, como la temperatura del entorno y el tiempo de consumo. A pesar de que Pellegrini decidió no incluir la transferencia de calor desde las manos en su modelo, sí plantea que esta podría ser una variable de interés para futuras investigaciones, ya que el calor corporal tiene un efecto considerable en la temperatura de la bebida. El experto sugiere que en el futuro se podría investigar cómo la base del vaso y su cuerpo, pueden mejorar su capacidad de aislamiento mediante una serie de modificaciones en el grosor del vidrio o utilizar materiales que retrasen la transferencia de calor.
El investigador ha comentado que más allá de su interés personal por resolver un problema cotidiano, una de sus principales motivaciones para realizar el estudio fue la intención de despertar el interés de sus estudiantes de ciencia térmica y transferencia de calor, acerca de temas que suelen ser considerados complejos y abstractos. Al aplicar estos principios a un problema cotidiano como es el consumo de una bebida fría, el profesor Pellegrini busca hacer más accesibles y comprensibles conceptos complejos de física y matemáticas, mostrando que tienen relevancia práctica.
La constatación de la eficiencia del vaso pilsner podría tener aplicaciones en la industria de los alimentos y las bebidas, y especialmente a la hora de diseñar vasos optimizados para los climas cálidos. Entre las posibles áreas de investigación que el profesor propone para el futuro, se encuentra el estudio de la transferencia de calor por radiación, así como el análisis de cómo la espuma podría actuar como un aislante natural que retrasase el calentamiento de la cerveza.
Es evidente que la forma de un vaso para la cerveza implica mucho más de lo que se puede ver a simple vista. La elección del vaso adecuado como el clásico vaso pilsner puede ser determinante para poder disfrutar una cerveza fría durante más tiempo en condiciones de calor. Podéis conocer todos los detalles de la investigación de la Universidad Federal de São João del-Rei a través de este detallado estudio.
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