Hace unos días podíamos saber que en Estados Unidos se estaban empezando a interponer demandas contra aquellos productos que se anuncian como saludables a pesar de su alto contenido en azúcar, un ejemplo son los cereales para el desayuno que comercializan marcas como General Mills o Kellogg’s. Son demandas por publicidad engañosa, ya que el alto contenido en azúcar se asocia a diferentes problemas de salud, como las enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2, etc.
Lamentablemente no existe una regulación definida que impida que las empresas puedan utilizar la declaración “saludable”, “sano”, “nutritivo”, etc., en productos que tengan un alto contenido en azúcar. Hasta la fecha, la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación) no ha establecido que los productos considerados sanos deban ser bajos en azúcar, pero esto parece que va a cambiar. La agencia ha iniciado un proceso público para definir la declaración “saludable” en los productos alimentarios, en realidad es una redefinición que tiene la finalidad de proporcionar a los consumidores el modo de poder elegir rápidamente los alimentos acordes a las recomendaciones de salud pública.
Mientras que la FDA está considerando cómo redefinir el término «salud» como una declaración de contenido nutricional, comenta que las empresas alimentarias pueden seguir utilizando el término «saludable» en alimentos que cumplen con la definición regulatoria actual, como ya henos comentado, las regulaciones se habían centrado, hasta el momento, en el contenido en sal, grasas y colesterol, por lo que es de suponer que próximamente también se considerará la cantidad de azúcar que se adiciona a los productos. Este paso es lógico, sobre todo sabiendo que hace unos meses se puso en marcha una etiqueta alimentaria que diferencia entre la cantidad de azúcares añadidos y de azúcares naturales presentes en un producto. Esta medida tiene como objetivo ayudar a los consumidores a reducir el consumo de calorías procedentes de los azúcares añadidos, de ello hablábamos aquí.
Hasta que se definan esas declaraciones en los productos alimentarios, la FDA ha publicado un documento orientativo dirigido a la industria alimentaria sobre el uso del término “saludable” en el etiquetado de los alimentos. Esta guía contiene recomendaciones, sugerencias, no son de uso obligatorio (al menos de momento). La Agencia de Medicamentos y Alimentación explica que las recomendaciones de salud pública en relación a los diferentes nutrientes que contienen los productos alimentarios han evolucionado, así se refleja en las Directrices Dietéticas para los Estadounidenses para el periodo 2015-2020, así como en el uso de una etiqueta actualizada sobre la información nutricional. Por ejemplo, los patrones dietéticos saludables se centran ahora en los grupos de alimentos, el tipo de grasa en lugar de la cantidad total de grasa consumida y como ya hemos comentado, se aborda el tema de los azúcares añadidos en la dieta.
La FDA ha publicado una «solicitud de información» que podéis conocer aquí, pidiendo la opinión pública sobre la redefinición de términos como “sano y saludable”. Por otro lado, planea utilizar foros públicos para recibir más opiniones adicionales de los consumidores en general. El periodo de comentarios se abrió ayer y de momento no se ha determinado una fecha límite para esta cuestión.
Merece la pena dar un vistazo a este post publicado por Douglas Balentine, director de la Oficina de Nutrición y Etiquetado de los Alimentos de la FDA. El experto comenta que los consumidores no tardarán mucho en ver el nuevo formato de etiqueta alimentaria que antes hemos citado (identificación y diferenciación de los azúcares naturales de los azúcares añadidos), pero lo cierto es que los fabricantes tienen de plazo hasta julio del año 2018 para implantar esta etiqueta, por lo que no será tan pronto como indica. A esto hay que añadir que las empresas que facturen menos de 10 millones de dólares anuales tendrán un año más de plazo, es decir, hasta el 2019.
Douglas Balentine explica que el mercado está saturado de productos alimentarios, algunos son nuevos y otros no, del mismo modo, unos son más saludables que otros, siendo un reto poder elegir aquellos alimentos que se enmarquen en una dieta saludable. Se es consciente de que muchos consumidores utilizan la etiqueta con la información nutricional, pero hay muchos productos que utilizan declaraciones como «saludable», «bajo en grasas», etc., y estas declaraciones las tienen en cuenta los consumidores que no suelen perder tiempo en leer etiquetas y en profundizar en los detalles de la información nutricional de los productos que adquieren, sus decisiones de compra se realizan en cuestión de segundos.
Por estas razones, la agencia estudia cómo se debe definir el uso del mensaje “saludable”, dado que la comprensión de la nutrición ha evolucionado, hay que procurar que las declaraciones saludables se mantengan al día. Sin embargo, en el post de Douglas Balentine no se alude al conflicto que presentan alimentos como los cereales de desayuno antes citados, quizá su base es un alimento saludable, pero la elevada adición de azúcar lo estropea. Posiblemente, a esta consulta pública lleguen muchos comentarios sobre este tema, lo que obligará a que la FDA establezca criterios definidos sobre la cantidad de azúcar que puede integrar un producto con el mensaje “saludable”.
Da la impresión de que se obvie el tema, ya que apenas se cita el contenido en azúcar ni en el post del director de la Oficina de Nutrición y Etiquetado de los Alimentos de la FDA, ni en el proceso público para redefinir la declaración de “sano y saludable” en el etiquetado de los alimentos, ni en la guía de recomendaciones que se ha lanzado para la industria alimentaria. Con respecto al proceso público para definir la declaración “saludable” en los productos alimentarios, se pregunta a los consumidores si las recomendaciones de la dieta sana y equilibrada deben reflejarse en la definición de “sano”, cuáles son los beneficios para la salud pública el hecho de definir este término, qué esperan los consumidores de un producto alimentario que incluya la declaración “saludable”, o qué factores y criterios deben utilizarse para la nueva definición de «sano».
Como ocurrió en el periodo de consultas para definir lo que es “natural en los alimentos”, seguramente se reciban muchos comentarios que permitirán obtener algunas conclusiones que la FDA deberá considerar para la redefinición de este tipo de mensajes. Podéis conocer más detalles relacionados con este tema a través de la página oficial de la FDA.
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