La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) ha puesto en marcha una nueva política de datos abiertos sobre agricultura y alimentación, con ella se espera facilitar la búsqueda de datos y el intercambio de información. La organización comenta que, en lo referente a datos sobre agricultura y alimentación, es líder mundial en conocimiento, ya que desde hace años, sus expertos trabajan diariamente para recopilar, validar y difundir datos e información sobre estas cuestiones.
Con esta nueva política de la FAO se pretende ayudar a los gobiernos para que tomen decisiones correctas a la hora de poner en marcha programas, realizar inversiones, desarrollar políticas y ayudar en el avance de la investigación científica en cuestiones importantes que afectan al planeta. La FAO cuenta con una gran cantidad de bases de datos estadísticos sobre todo tipo de temas, agricultura, pesca, acuicultura, silvicultura, precios de los alimentos, información sobre las fluctuaciones del mercado, nutrición, recursos naturales, genéticos y de biodiversidad, etc.
Se trata de un enorme volumen de conocimiento que, según la organización, tiene como destino ser compartido, de hecho, asegura que siempre ha alentado a que se utilice su información para mejorar en diferentes campos y líneas de trabajo. Pero ahora se da un paso más y se adopta una política de datos abiertos, eliminando cualquier barrera de acceso a la información, siendo una oportunidad para quienes desarrollan las políticas alimentarias o llevan a cabo investigaciones en el campo de la agricultura y la alimentación, para que puedan tomar decisiones coherentes basadas en las evidencias y los resultados de calidad.
Ahora, políticos, investigadores, periodistas, académicos, trabajadores humanitarios o estudiantes entre otros, van a poder acceder a la información, descargársela y utilizar los datos de forma gratuita para su redistribución. La FAO cita algunos ejemplos, una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en su base de datos, por ejemplo, que los plátanos son la fruta más consumida del mundo, con un consumo medio que alcanza los 88 millones de toneladas anuales. Que China es el país que produce y exporta más pescado que cualquier otro país del mundo, pero también es uno de los principales importadores de pescado para su industria de consumo y procesamiento nacional.
Que hasta el 50% de las frutas y verduras se pueden perder durante el transporte en algunos países y cadenas de valor, superando con creces el promedio mundial establecido en un 10%. En este sentido, la FAO comenta que su base de datos de la pérdida y el desperdicio de alimentos es la mayor colección de datos online sobre estos problemas. Esta base de datos permite que se puedan realizar búsquedas selectivas discriminando por producto, país, año, etapa en la cadena de valor y actividad empresarial. Toda esta información permite conocer en profundidad el problema y señalar las oportunidades de intervención para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos.
La nueva política de datos abiertos se aplica a todas las bases de datos de la FAO que se nombran a continuación: AMIS (Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas), AQUASTAT (Sistema mundial de información de la FAO sobre el agua en la agricultura), FAOSTAT (Base de datos estadísticos corporativos de la FAO), FISHSTAT (base de datos de pesca y acuicultura), GLRD (Base de Datos Género y Derecho a la Tierra), GIEWS (Sistema mundial de información y alerta, FPMA (Seguimiento y análisis de los precios alimentarios), FAO/WHO GIFT (Herramienta global de datos de consumo individual de alimentos) y SDG (Datos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Todos los datos de la FAO tienen su base en su primer artículo de su constitución, en el que se especifica que esta organización tiene que recopilar, analizar, interpretar y difundir información relacionada con la nutrición, la alimentación y la agricultura. No es que anteriormente no se pudieran consultar los datos, pero parece ser que algunos no eran tan accesibles y se dirigían a sectores específicos, ahora se pretende maximizar el acceso eliminando las barreras que antaño existían. Lo cierto es que esta decisión se debería haber tomado mucho antes, en este sentido, encontramos cierta similitud con el cambio de política de la EFSA, recordemos que a principios del año pasado esta agencia anunció que empezaba a compartir los datos de sus estudios en una plataforma de acceso abierto.
A través de este enlace (Pdf) podréis conocer más detalles de la nueva política de datos abiertos de la FAO, a través de su página web podréis acceder a los diferentes recursos antes comentados.