Anteriormente, varias investigaciones científicas han apuntado que el glifosato, uno de los herbicidas más utilizados en el mundo, puede incrementar el riesgo de cáncer. Posteriormente y tras una investigación realizada por Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) de la OMS (Organización Mundial de la Salud), se determinó que el glifosato posiblemente es cancerígeno para los seres humanos. El hecho de que se considerase al glifosato un probable cancerígeno, era debido a la existencia de limitadas pruebas de carcinogenicidad en los seres humanos, aunque existen evidencias suficientes de que provoca cáncer en los animales con los que se ha experimentado.
La propia OMS comentó en su momento que a pesar de que se había observado la relación entre el glifosato y la enfermedad, no se podían descartar los defectos en los procedimientos de investigación, la posibilidad de que dicha relación fuera fruto del azar, etc. Pues bien, hoy conocemos una nueva investigación realizada por expertos de la Universidad de Washington en la que se concluye que la exposición al glifosato aumenta el riesgo de algunos tipos de cáncer en más de un 40%, concretamente se habla del linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, que es parte del sistema inmunitario.
En realidad, se trata de un metaanálisis, una revisión exhaustiva de la literatura existente sobre la relación entre el glifosato y el cáncer, los expertos querían proporcionar la mejor respuesta posible a la pregunta de si el glifosato es carcinógeno o no. Tras realizar la investigación, algunos de los expertos que la han llevado a cabo comentan que ahora están más convencidos de que esta sustancia, principal componente activo del herbicida Roundup, es cancerígena.
Los investigadores han examinado todos los estudios epidemiológicos publicados desde el año 2001 hasta el año 2018, centrando especialmente la atención en los estudios realizados con seres humanos, pero sin dejar de considerar las evidencias encontradas en estudios realizados con animales. Según los resultados obtenidos, el riesgo de sufrir este tipo de cáncer por la exposición al glifosato es de un 41%, por lo que la relación es más elevada de lo que anteriormente se había informado.
Los expertos comentan que se trata del análisis más actualizado existente en el que se ha incluido un estudio del año pasado, en el que participaron más de 54.000 personas que trabajan aplicando este herbicida. Los investigadores apuntan que el resultado obtenido va en línea con la evaluación realizada por el IARC, aunque recordemos que hemos comentado que este organismo indicaba que era probablemente cancerígeno por no contar con pruebas concluyentes, por lo que hacían falta más estudios que aportaran pruebas más concluyentes. En este caso, los autores también consideran necesario realizar más estudios para poder explicar los efectos del aumento de la exposición debido a la aplicación del herbicida en los campos de cultivos poco antes de la cosecha.
De todos modos, se habla de quienes manipulan el herbicida, su exposición al principio activo es más elevada, no se habla de los alimentos que pueden contener trazas de glifosato. Recordemos que, según los resultados de los análisis de algunos laboratorios independientes, el glifosato está presente en muchos alimentos, se han encontrado trazas de glifosato en los cereales para el desayuno, en la leche de fórmula infantil, en la miel, etc., lo cierto es que la lista de alimentos que contienen residuos de glifosato es bastante amplia y es motivo de preocupación.
El actual estudio tampoco es concluyente, se determina que la relación entre el glifosato y el linfoma no Hodgkin era mayor de lo que se había considerado, por lo que será necesario esperar a nuevas investigaciones que puedan arrojar resultados mucho más concluyentes y definitivos. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Washington.
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