Según una nueva investigación, la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) tiene muchos investigadores con conflictos de intereses económicos, algo en lo que la agencia no está de acuerdo, pues considera que las cifras son engañosas. Este estudio se presenta coincidiendo con la reconsideración de las nuevas normas sobre el carácter independiente de los estudios centrados en materia de seguridad alimentaria.
El caso es que según la nueva investigación presentada por CEO (Corporate Europe Observatory), año tras año esta agencia se ve afectada por los escándalos de conflictos de intereses en las investigaciones científicas, por lo que es prioritario independizarse de la industria alimentaria. El próximo 21 de junio, el Consejo de Administración de la EFSA votará nuevas reglas de independencia para los expertos que trabajen en la agencia, algo que para algunos parece una puesta en escena.
Según la investigación de CEO, uno de cada cuatro de los expertos que trabajan para la EFSA tienen este tipo de conflictos, lo que delata que podrían influir favorablemente en las conclusiones finales sobre un producto alimentario, su seguridad, su calidad, etc. En el análisis realizado con 10 grupos de científicos de la agencia, se encontró que el 46% de los 211 expertos tenían este tipo de conflictos, no resulta extraño, por tanto, que durante varias años algunas organizaciones hayan estado denunciando este tipo de hechos. Para poder ofrecer más rigor en sus conclusiones, más transparencia, más credibilidad y contar con datos más fiables, es imperioso acabar con esta situación, la industria alimentaria no debe tener ningún contacto con la agencia.
Hay que decir que año tras año se ha reducido el número de expertos en esta situación, según la investigación, en el 2013 la tasa de investigadores con conflictos de intereses se situaba en un 59% (casi se puede decir que la EFSA estaba en manos de las empresas alimentarias). En la actualidad ese porcentaje se ha reducido al 46%, pero el objetivo debe ser alcanzar el cero absoluto, no debe existir ningún tipo de conflicto de interés entre los investigadores que tratan los temas alimentarios, así lo comenta Corporate Europe Observatory, grupo de investigación que trabaja para evitar esa captura corporativa en la toma de decisiones de la UE, exponiendo y desafiando el acceso privilegiado y la influencia de las empresas y sus grupos de presión en la creación de las políticas comunitarias.
En este artículo de CEO, se considera que probablemente la EFSA fallará de nuevo en su intento de ser independiente al 100% de la industria alimentaria. Durante cuatro años consecutivos, el Parlamento Europeo ha exigido a esta agencia que se independizase cuando nombraba nuevos expertos, evitando a esos investigadores con intereses en las empresas alimentarias, pero parece ser que la Agencia se ha opuesto a la idea desde un principio. Los expertos de Corporate Europe Observatory explican que, a día de hoy, todas las señales que se reciben desde la EFSA es que no realizarán modificaciones en la votación de sus nuevas reglas.
La misión de la EFSA es proporcionar asesoramiento científico independiente a las instituciones europeas en materia de seguridad alimentaria, sus evaluaciones de los riesgos relacionados con los productos de la industria suponen unos dos tercios de su volumen de trabajo. Podemos plantearnos algunas preguntas, ¿cuántas evaluaciones estarán comprometidas?, ¿esos datos presentados suponen un peligro para los consumidores?, ¿hay que desconfiar de la Agencia? Para algunas organizaciones como CEO la política de independencia de la EFSA es disfuncional, al menos así se muestra en los resultados presentados en su estudio que podéis consultar en este Pdf y que se titula ‘Errores de reclutamiento’.
Parece ser que en todos los paneles de expertos existen conflictos de intereses, en el panel de contaminantes de la cadena alimentaria (CONTAM), en el panel que evalúa los transgénicos… lo cierto es que se puede decir que es un problema grave. Los investigadores que tienen conflictos de intereses y cuyas conclusiones favorecen a la industria alimentaria, hacen un flaco favor a los consumidores, a quienes trabajan con honestidad, a la salud, etc. Merece la pena retomar la lectura de este post en el que destacábamos que la industria alimentaria manipula las investigaciones científicas desde hace décadas para que los resultados les favorezcan. En este caso hablábamos de la industria del azúcar y un estudio sobre el papel del azúcar en la nutrición y su relación con las distintas enfermedades cardíacas.
CEO comenta que la EFSA no es una organización científica, es un organismo público regulador cuyas evaluaciones significan “vida o muerte” en la Unión Europea para los alimentos y productos regulados de las industrias agroalimentarias. Contar con investigadores que tienen intereses económicos en las empresas es garantizar que se aprueban productos y alimentos que quizá no se aprobarían con un panel de expertos 100% independientes. Aunque se ha reducido el número de investigadores en esta situación, un 46% es una cifra muy elevada y da mucho que pensar. Lamentablemente, las agencias reguladoras son habitualmente objetivos típicos en las tácticas de influencia de la industria.
La EFSA se mantiene en su postura, no da crédito a esta investigación y asegura que se proporcionan cifras engañosas y que lo único que busca CEO es aparecer en los titulares de noticias. Por tanto, según CEO, se puede deducir que en la reunión que se celebrará el próximo día 21, apenas se producirán cambios en el modo en el que se designan a los investigadores que forman parte de los paneles de la Agencia. Merece la pena leer con detalle la investigación, ya que se está poniendo en tela de juicio a esta entidad que desde que inició su actividad en el 2002, ha sido cuestionada en múltiples ocasiones.
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