La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) ha publicado una actualización de las conclusiones publicadas en el año 2013, confirmando que las poblaciones de abejas están en riesgo por el uso de los pesticidas neonicotinoides, insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos y que actualmente son los más utilizados a nivel mundial. Según la agencia, la mayoría de los usos que se dan a este tipo de insecticidas suponen un serio riesgo para las abejas silvestres y las abejas melíferas, comenta que cuenta con una cantidad significativa de datos que han permitido obtener conclusiones concretas y detalladas en base a los tres tipos de neonicotinoides analizados, la clotianidina, el imidacloprid y eltiametoxam.
Los expertos han evaluado la exposición de las abejas a estos pesticidas a través de tres rutas principales, los residuos en el polen y el néctar, la contaminación acuática y la deriva del polvo generado durante la aplicación o la siembra, así como el tratamiento de semillas antes de proceder a su siembra a fin de proteger la cosecha. Se han analizado distintos entornos de riesgo, el más bajo es la aplicación de los insecticidas en invernaderos, el más alto es la aplicación de los insecticidas en el exterior, algo que es bastante obvio.
Los investigadores comentan que existe una gran variabilidad en las conclusiones, ya que intervienen factores como la especie de abeja, la ruta de exposición al plaguicida y el uso previsto para el producto fitosanitario. A pesar de que se han identificado algunos riesgos que se pueden considerar bajos, en general se confirma el riesgo de estos productos para los tres tipos de abejas evaluadas. La agencia aclara que la mayor parte de la información disponible está relacionada con las abejas melíferas, ya que los estudios realizados sobre las abejas silvestres son escasos, por tanto, no se puede realizar una comparativa sobre cómo afectan los insecticidas a los dos tipos de abejas.
En esta nueva evaluación la EFSA ha considerado los resultados de una convocatoria abierta de datos de estudios, investigaciones y seguimientos, así como una revisión sistemática de la literatura existente sobre el tema. Los datos que se han tenido en cuenta proceden de asociaciones de apicultores, empresas químicas, asociaciones de agricultores, organizaciones no gubernamentales y autoridades y reguladores nacionales de los estados miembros. En total, más de 1.500 estudios han sido considerados por la EFSA antes de proceder a esta evaluación que ha confirmado el riesgo de los pesticidas neonicotinoides para las abejas.
Se supone que la investigación debe ser determinante para que los reguladores europeos decidan, o bien mantener las restricciones actuales sobre los neonicotinoides, o ampliar la prohibición de su uso, algo que se debatirá el próximo mes en el Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos, el mismo comité que aprobó el uso del glifosato en la Unión Europea por un periodo de cinco años. Los diferentes grupos ecologistas han recibido con satisfacción el informe de la EFSA y piden a los gobiernos de los países de la UE que respalden la ampliación de la prohibición, ya que consideran que la evidencia es abrumadora, abejas, cultivos y plantas están en grave riesgo debido a los pesticidas neonicotinoides y no se debe vacilar a la hora de prohibir estos productos fitosanitarios en suelo comunitario como primer paso para evitar un colapso trágico de las poblaciones de abejas.
Como era de esperar, la European Crop Protection Association (ECPA), organización que representa a la industria de la protección de cultivos en Europa, no está de acuerdo con la evaluación realizada por la EFSA, por un lado apunta que el uso de los neonicotinoides es sólo una parte de un problema más complejo, y por el otro, considera que no existen evidencias que arrojen un vínculo causal entre lo que le ocurre a la población de abejas y la restricción de los insecticidas. Es decir, consideran que el problema no desaparecerá, ya que los neonicotinoides son sólo uno de los muchos factores que contribuyen a la disminución de las poblaciones de abejas.
Merece la pena recordar que la actividad polinizadora de las abejas está estrechamente vinculada a la producción de alimentos, son insectos esenciales para el desarrollo de numerosas plantas y árboles, en muchos casos con total dependencia de las abejas. A esto hay que añadir que producen un alimento muy valorado como es la miel, lamentablemente cada año se reduce el número de colonias y, por tanto, la producción de miel, aunque curiosamente hay suficiente miel para abastecer a la población gracias al fraude, algo de lo que hablaremos próximamente por un estudio que ha realizado la CE sobre el tema.
Según comentan aquí, la ECPA considera que no se deben prohibir de forma arbitraria los neonicotinoides, en su lugar aboga por una colaboración estrecha entre las partes interesadas. ¿Pero qué colaboración?, si está sobradamente demostrado el peligro de estos insecticidas, la EFSA ha confirmado hasta en tres ocasiones su peligrosidad, en el año 2013, en el año 2016 y ahora, en 2018. El sector insiste, es necesario rescindir las propuestas para ampliar la prohibición, se necesita una plataforma en la que todas las partes interesadas puedan reunirse para buscar soluciones.
Cierto es que existe una serie de factores que afectan a las abejas, en ellos trabaja el proyecto MUST-B puesto en marcha por expertos de la EFSA en 2015, para analizarlos a fin de obtener respuestas para reducir la pérdida de estos polinizadores en el mundo, por lo que parte de la solución es prohibir los mencionados pesticidas. A continuación podéis ver un vídeo que habla sobre todos los problemas que afectan a las abejas que fue publicado por la EFSA.
En fin, veremos qué ocurre en la reunión del Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos, de momento, os recomendamos acceder a este artículo publicado en la página web de la EFSA para conocer más detalles sobre el estudio y los resultados obtenidos.
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