La EFSA aprueba el maíz transgénico Mon 810, así se manifiesta en la página oficial de la European Food Safety Authority (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) tras realizar los correspondientes estudios que permitirán la renovación de los permisos de comercialización del maíz transgénico. Al parecer, se ha evaluado el impacto medioambiental, la capacidad alérgena, la toxicidad o la calidad nutricional del maíz Mon 810 y según la EFSA, todas las pruebas han resultado favorables, no constituyendo un riesgo para la salud humana y medioambiental.
En el año 1998 la Unión Europea autorizaba la importación y el cultivo del maíz transgénico, la nueva revisión realizada en la que la EFSA certifica el maíz transgénico Mon 810, rubrica la decisión adoptada entonces y por tanto, se podrá seguir cultivando y comercializando el maíz, aunque será necesario que la Comisión Europea proponga a sus miembros renovar la autorización. Una mayoría en la votación determinará la continuidad del cultivo y la comercialización del maíz Mon 810 desarrollado por Monsanto.
Hace unos días hablábamos sobre la libre decisión sobre el cultivo de transgénicos, Austria presentaba un documento en el que 13 países reclaman que sea cada miembro de la UE quien decida a nivel individual si desea o no cultivar alimentos transgénicos en su territorio. En este artículo destacábamos especialmente que países como Francia, Alemania, Rumanía o Finlandia que anteriormente se habían posicionado avalando la soberanía nacional en este tipo de decisiones, habían cambiado parcialmente su postura. De no haber sido así, serían 17 miembros (mayoría) los que solicitarían que cada país decidiera sobre el cultivo y comercialización de alimentos modificados genéticamente y por tanto, se forzaría a la UE a replantear una nueva legislación. Quizá sea imposible prohibir el cultivo y comercialización de este tipo de maíz y más si cuenta con el respaldo de la EFSA, pero puede ser factible que cada país decida qué debe hacer al respecto.
Pero volviendo al tema inicial, es incomprensible que la EFSA apruebe el maíz a pesar del estudio realizado en Francia en el que se mostraba que existían riesgos de contaminación genética y diversos efectos toxicológicos causados en diferentes especies de insectos, fruto de este estudio se aplicó el principio de precaución y Francia formalizaba la prohibición de cultivar maíz Mon 810. Podemos citar también la reciente prohibición alemana de cultivar este tipo de maíz a raíz de otros estudios que también mostraban riesgos medioambientales. Podemos citar el estudio realizado por expertos de la Universidad de Viena, cuya conclusión indica que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad, o las declaraciones que realiza Gilles Eric Seralini, profesor de Biología Molecular y experto en organismos modificados genéticamente del Gobierno francés, en las que nos advierte sobre la gran cantidad de enfermedades relacionadas con los agentes químicos utilizados en los alimentos transgénicos.
También podríamos citar testimonios como los que se ofrecen en el documental de la soja transgénica o en el post Los agricultores ecológicos se verán obligados a abandonar sus cultivos, estos son sólo algunos ejemplos. Como hemos dicho en algunas ocasiones, el riesgo de los alimentos transgénicos se encuentra en los efectos impredecibles que pueden presentar a largo plazo, la falta de estudios es muy notoria y más cuando leemos en la página oficial de la EFSA que algunos resultados se han obtenido a partir de los estudios realizados con roedores de laboratorio a los que se les ha proporcionado durante 90 días una alimentación a base de maíz Mon 810. En otro estudio se ha estado alimentando a unos pollos durante 42 días con el mencionado maíz y los resultados obtenidos se basan en la equivalencia nutricional. Hay que destacar que otros estudios independientes muestran todo lo contrario, destacando la aparición de diversos problemas en órganos internos.
La EFSA concluye que tras revisar la documentación disponible y las pruebas científicas realizadas, el maíz Mon 810 es tan seguro como el maíz tradicional, no existiendo indicio alguno sobre efectos adversos en la alimentación humana o en el medio ambiente, ¿te lo crees?
Foto | The Marmot