Disfrutar de la Dieta Mediterránea y los frutos secos como alimento habitual es la opción que nos recomiendan los expertos de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, pues en un estudio realizado por los investigadores de esta universidad se ha mostrado que el hecho de añadir un puñado de frutos secos a nuestra alimentación diaria mejoraría significativamente los efectos saludables que nos proporciona la Dieta Mediterránea. Hay que decir que los frutos secos ya están contemplados en la Dieta Mediterránea, pero quizá no se consumen tanto por su gran contenido energético.
En el marco de la investigación PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), los expertos realizaron un seguimiento a 1.224 voluntarios con edades de entre los 55 y los 80 años que presentaban un alto índice de riesgo cardiovascular. Se formaron tres grupos de personas y se les proporcionaron tres dietas diferentes que deberían mantener durante un año. El primer grupo recibió una dieta baja en calorías, el segundo grupo disfrutó de la Dieta Mediterránea y la inclusión de una botella de aceite de oliva semanalmente. Un tercer grupo recibió una alimentación en la que se conjugó la Dieta Mediterránea y una ración de frutos secos diariamente, 30 gramos de avellanas, almendras y nueces.
Todas las dietas fueron beneficiosas pero en escalas diferentes, tras el seguimiento realizado durante todo un año se constató que el tercer grupo, el que disfrutó de un puñado de frutos secos en la dieta, mostraba mayores benéficos reduciendo los factores de riesgo cardiovascular significativamente.
Riesgos como el colesterol elevado, la hipertensión, la obesidad o el exceso de azúcar en sangre asociados al denominado síndrome metabólico, se redujeron más del doble de lo que se redujo en aquellos individuos que sólo disfrutaron de la Dieta Mediterránea con el aceite de oliva.
En comparación con quienes habían tomado una dieta baja en calorías, la prevalencia del síndrome metabólico se situó en casi 7 veces menos. Además hay que añadir que en este tercer grupo se redujo el peso corporal significativamente y por tanto, también la circunferencia abdominal asociada a altos niveles de triglicéridos e hipertensión.
Es interesante recordar que las nueces contienen resveratrol, sustancia contenida en algunos vegetales y frutas con propiedades anticancerígenas y antioxidantes. Podemos nombrar un estudio realizado hace un par de años por científicos del grupo de investigación de Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), en el que se mostraba que esta sustancia lograba mejorar la curva de supervivencia. Aunque el resveratrol sería sólo una de las sustancias beneficiosas que nos aportarían estos frutos secos.
Conjugando la Dieta Mediterránea rica en frutas, verduras, pescado, etc., y los frutos secos, lograríamos un nivel preventivo frente a las enfermedades cardiovasculares mucho mayor que con cualquier otra dieta o combinación.
Los beneficios de la Dieta Mediterránea están más que constatados, al igual que los beneficios que ofrecen los frutos secos, sumándolos al primer grupo de alimentos da resultados muy interesantes, de todos modos y según los expertos, es necesario seguir investigando y obtener nuevos datos que muestren concretamente los beneficios aportados por los frutos secos.
Puedes consultar los resultados obtenidos en la investigación a través de la revista científica Archives of Internal Medicine.