Según los resultados de una investigación realizada por Neuromed, un Instituto de Hospitalización y Cuidados de la Salud de Italia, la Dieta Mediterránea es más beneficiosa para las personas con mayor poder adquisitivo. Los expertos comentan que la novedad de este estudio es que por primera vez se documenta que el nivel educativo y los ingresos son aspectos importantes en relación a los beneficios potenciales de la dieta mediterránea en la salud cardiovascular. A pesar de que la adhesión a la dieta mediterránea es similar en los diferentes grupos socioeconómicos, según los investigadores, las desigualdades en los comportamientos relacionados con la dieta y la ingesta de nutrientes son significativas entre los individuos de ingresos altos y bajos. Por otro lado, las ventajas cardiovasculares que ofrece la dieta se correlacionan directamente con quienes tienen un mayor nivel educativo.
Una persona con un nivel socioeconómico bajo, si procura seguir el modelo de alimentación de la Dieta Mediterránea es poco probable que pueda obtener las mismas ventajas que ofrece esta dieta a las personas más pudientes que la siguen, y la razón es simple. Los expertos comentan que, si bien no hay lugar a dudas sobre los beneficios que ofrece esta dieta, se plantean las preocupaciones en cuanto a las opciones a las que pueden acceder las personas con bajos ingresos, véase la calidad y la diversidad de alimentos que conforman la dieta.
Como bien sabemos, frutas y verduras son alimentos básicos en la Dieta Mediterránea, pero quienes tienen un mayor nivel educativo o gana más dinero por su actividad laboral tiene un mayor acceso a diversidad de frutas, verduras y hortalizas, lo que deriva en la posibilidad de consumir más productos ricos en antioxidantes, polifenoles, ácidos grasos, etc. También se han constatado diferencias en los métodos de cocción, las personas con mayor poder adquisitivo y mayor educación utiliza métodos de cocción más saludables para preparar los alimentos, aunque también tienden a utilizar otros métodos que son menos saludables en lo que se refiere a la preparación de la carne, como las frituras.
Los expertos comentan que los resultados que han obtenido deben plantear una reconsideración del escenario socioeconómico de la salud, ya que las disparidades se han ido incrementando año tras año en relación al acceso a las dietas saludables. Aseguran que se ha documentado un cambio rápido en la Dieta Mediterránea para toda la población, las personas con menos poder adquisitivo tienden a comprar alimentos que aunque están enmarcados en la dieta, cuentan con un menor valor nutricional (estaría bien que hubieran facilitado algunos ejemplos). Por ello, consideran que no se puede seguir diciendo que la Dieta Mediterránea es buena para la salud si no se garantiza la accesibilidad en igualdad a todos los alimentos que la componen.
Para la investigación realizada por los expertos de Neuromed, se reclutaron a 18.991 hombres y mujeres mayores de 35 años. Se analizó el seguimiento de la dieta asignando valores a los diferentes alimentos, frutas, verduras, legumbres, cereales, carne, pescado, grasas, productos lácteos… también se midió el consumo de alcohol. Además, se analizaron parámetros como los ingresos familiares y el nivel educativo como indicadores de la situación socioeconómica. Se puntuó la diversidad de la dieta que seguían en base al número de productos vegetales que fueron consumidos al menos una vez cada dos semanas, se recabaron datos sobre los diferentes procedimientos de cocción que empleaban las personas del estudio, asignando una puntuación a cada método para poder diferenciar entre los más saludables y los menos recomendables, cuanto más saludable era el procedimiento, mayor puntuación recibía.
En cuanto a los alimentos con certificación ecológica, la clasificación se limitó sólo a las verduras, detallando si eran o no ecológicas. El consumo de grano entero se restringió a la ingesta de pan integral y de igual modo se clasificó con un sí o un no. Durante los más de cuatro años que duró el seguimiento, se produjeron 252 eventos cardiovasculares. Y los resultados muestran que, en general, un aumento de dos puntos en la puntuación de la Dieta Mediterránea se relacionó con un 15% en la reducción del riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.
La mencionada asociación era evidente, pero no en el grupo de personas con menos educación y menos ingresos económicos, destacando que obtenían mayor ventaja del seguimiento de la Dieta Mediterránea las personas con ingresos familiares más altos. Dependiendo del grupo socioeconómico se observaron diferencias significativas relacionadas con la dieta en cuanto a los valores nutricionales se refiere, diferencias que llevan a pensar a los investigadores que la calidad de los alimentos puede ser tan importante para la salud, como la cantidad y la frecuencia de la ingesta realizada.
Los expertos concluyen que siguiendo un modelo de Dieta Mediterránea, las personas con menos ingresos y educación tienen hasta el doble de riesgos de sufrir una enfermedad cardíaca en comparación con las personas con mayor educación y poder adquisitivo, por lo que la Dieta Mediterránea no es igual para todo el mundo y, por tanto, no ofrece los mismos beneficios a la salud. Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página oficial de Neuromed y en este artículo publicado en la revista científica International Journal of Epidemiology.