Un verano tan caluroso como el que estamos viviendo nos lleva a realizar cambios en nuestra alimentación que en ocasiones pueden no ser los más adecuados. Nuestras necesidades nutritivas en la época estival son distintas a las del resto del año, esto sumado a que durante las vacaciones solemos modificar los horarios de las comidas e incluso a saltarnos algunas, se traduce en una gran alteración de la dieta en verano.
Nuestro cuerpo nos pide comidas frescas y ligeras, nuestras horas libres nos invitan a disfrutar de aperitivos y caprichos culinarios, aunque haya crisis, las vacaciones son para disfrutar y para realizar todo aquello que no podemos hacer con tanta facilidad el resto del año. El simple hecho de ver al que está al lado tomando unas patatas bravas y una cerveza con limón bien fría, es una tentación en la que es fácil caer, no es que sean malos hábitos como dicen algunos, pues tocarán a su fin, pero nuestro organismo es una máquina que hay que cuidar.
Es común olvidarse de los horarios y de los nutrientes necesarios para nuestro organismo durante el verano y las vacaciones, nos dejamos llevar por lo que nos apetece debido a las altas temperaturas, pero es más fácil de lo que parece controlar la dieta en verano, podemos satisfacer nuestras necesidades disfrutando de lo que el mercado estival nos ofrece, muchísima fruta de temporada, vegetales, helados, sorbetes, bebidas refrescantes…
Podemos seguir una dieta sana y equilibrada que además colabore en apagar el calor, lo principal es la hidratación, no sólo bebiendo agua, podemos completar nuestra ingesta de líquidos con frutas y verduras frescas, el melón y la sandía son las frutas reinas del verano y cada vez nos dan más opciones de degustación. Pocas cosas sientan mejor que un gazpacho, nos refresca, nos hidrata, nos proporciona un delicioso sabor y además nos regala su riqueza vitamínica.
En muchos hogares siempre hay una jarra de gazpacho preparada en el frigorífico, es una buena estrategia para nutrirse en una época en la que es habitual saltarse alguna de las cinco comidas recomendadas.
Los expertos en nutrición y salud afirman que el verano es una época ideal para hidratarse y eliminar toxinas, para ello sólo tenemos que disfrutar de platos refrescantes a base de frutas y verduras. Estos serían los ingredientes principales, pero naturalmente debemos cubrir nuestras necesidades diarias de hidratos de carbono, proteínas, grasas, etc. Por eso es una buena opción disfrutar de ensaladas en las que podemos incluir legumbres, carne, pescado, queso o huevos entre otros ingredientes.
Los nutricionistas nos recomiendan también que no nos dejemos llevar por el abuso de la comidas fuera de casa, ni en restaurantes ni a base de bocadillos a pie de playa. En los bares y restaurantes pueden pecar de elaboraciones rápidas con muchas grasas como las frituras, los aperitivos son los primeros ante los que podemos sucumbir y lo más consumido son fritos, como las patatas bravas, la tortilla de patatas o el pescaíto frito. Desde luego que no siempre nos ofrecerán los mejores ingredientes ni los mejores métodos de elaboración en zonas turísticas.
También es fácil abusar de las salsas, muchas de ellas muy grasas y con huevos entre sus ingredientes, lo que además de alterar el equilibrio de la dieta, aumenta el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria.
Comer a base de bocadillos tampoco es la mejor opción, necesitamos una dieta variada y equilibrada, y aunque el pan es un excelente alimento, el relleno del bocadillo suele estar compuesto por embutidos o alimentos grasos.
Esto no impide disfrutar de los días de playa, pero en lugar de llevar bocadillos o caer en la tentación aromática y gustativa de los platos fritos a diario, podemos practicar la cultura del tupperware en la que cualquier alimento tiene cabida, gazpachos, salmorejos, zumos de frutas, ensaladas, fruta lista para comer… Cabe destacar que las bebidas alcohólicas o carbonatadas tampoco son las más recomendadas, para hidratarnos y además reponer los minerales que perdemos a lo largo del día, las bebidas isotónicas son una buena opción.
El verano es una época muy rica para la cocina y de ello tenemos que aprovecharnos, la variedad puede proporcionar el deleite de nuestro paladar y el equilibrio nutricional.