Un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos), concluye que la deshidratación leve puede alterar el estado de ánimo. Se considera deshidratación leve a la pérdida del 1’5% del volumen de agua en nuestro organismo, pérdida que puede producirse tanto haciendo ejercicio físico como estando en reposo. Los expertos explican además, que esta pérdida se produce sin que nos demos cuenta y sin que se dispare la sensación de sed.
Se calcula que en el baremo comprendido entre el 1% y el 2%, la pérdida de agua alerta a nuestro cerebro con la respuesta de la sed, sin embargo, los efectos de esa pérdida ya se han hecho notar con anterioridad, una ligera deshidratación que cambia nuestro estado ánimo. Las actividades cotidianas que podemos realizar provocan deshidratación leve y parece ser que afecta más a las mujeres que a los hombres, las consecuencias son fatiga, problemas de concentración y reducción de otras capacidades cognitivas, dolor de cabeza… y todo esto puede ocurrir sin que se sienta necesidad de beber.
Para llegar a esta conclusión, los expertos realizaron el estudio con hombres y mujeres que gozaban de buena salud, eran activos y realizaban ejercicio físico regularmente (de 30 a 60 minutos diarios). Se les sometió a diferentes pruebas cognitivas para comprobar la capacidad de reacción, memoria, concentración, razonamiento…, mientras caminaban, estaban en reposo o haciendo alguna tarea rutinaria, las personas estaban ligeramente deshidratadas. Tras recabar los resultados, realizaron las mismas pruebas pero con una correcta hidratación, la comparativa de ambas pruebas mostraba que la deshidratación leve causaba diferentes problemas.
Los hombres podían experimentar fatiga, ansiedad y cambios de tensión cuando estaban ligeramente deshidratados, las mujeres sufrían en mayor grado las consecuencias, además de los problemas comentados al principio, sufrían cambios de ánimo, claro que esto es algo obvio, si te duele la cabeza… Con este estudio se refuerza lo que muchos expertos indican, para poder tener una hidratación saludable, es necesario beber incluso si no se tiene sed.
Será interesante retomar la lectura del post Estudio Hábitos de Hidratación 2010, en él explicábamos que reponer líquidos es necesario y favorece la salud de forma significativa, por el contrario, no tomar los líquidos necesarios podía provocar todo tipo de problemas, mareos, vómitos, dolor de cabeza, aumento del ritmo cardíaco, reducción del rendimiento físico, etc. Son prácticamente las mismas conclusiones que las que arroja el estudio, pero en este caso se hila más fino mostrando que estos problemas pueden hacer acto de presencia sin que tengamos la necesidad de ingerir líquidos.
En el estudio que hemos podido conocer a través de Nutra Ingredientes, nos explican que el año pasado la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) rechazó una declaración presentada por dos profesores alemanes en la que se indicaba que el consumo regular de agua (sin tener sed) podía reducir el riesgo de deshidratación y las consecuencias citadas. Parece ser que si no existen síntomas, no se considera factor de riesgo, razón por la que se rechazó la declaración propuesta.
El consumo de agua u otras bebidas hidratantes debe formar parte de nuestros hábitos de vida, no hay que esperar a tener sed. Para conocer más detalles del estudio podéis consultar el artículo publicado en la revista científica British Journal of Nutrition, o en el artículo de la Universidad de Connecticut.
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