Ya conocemos algunos detalles y conclusiones sobre la reunión mundial que la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) organizó bajo el lema Seguridad Alimentaria Mundial, los Retos del Cambio Climático. La cumbre de la FAO ha sido un fracaso, se ha hablado, se ha analizado, debatido y a pesar de que nos encontramos ante un grave problema, no se han sentado bases sólidas para cambiar el modo de actuación que permita darle un giro a la situación.
El panorama de la alimentación mundial dentro de 40 años vaticinado por los expertos se hace más real, el escándalo mundial del hambre no será resuelto. Además, se ha contribuido a reducir los presupuestos de la FAO para luchar contra el problema, ya que se han tenido que gastar millones de euros para lograr que se reunieran los representantes de los 183 países que han participado en la cumbre.
Dicha actuación se conjuga con algunas opiniones en las que se muestra que la FAO gasta demasiado dinero en reuniones, informes, estudios y demás papeleo, siendo su contribución real a reducir el problema del hambre mundial poco efectiva por el gasto de fondos mal gestionado.
Son varios los dirigentes políticos que han salido defraudados de la reunión, tan sólo se ha logrado una pobre declaración de intenciones en la que no se contemplan los verdaderos problemas que han causado la actual crisis alimentaria a la que se enfrenta el mundo. Un total de 72 horas de reuniones, discusiones y debates para lograr una postura contundente que permitiera abordar la situación, tiempo perdido sin duda y como siempre, han sido los intereses económicos los que han prevalecido sobre los problemas.
Algunos países industrializados no condenaron las actuales barreras comerciales y otras medidas distorsionadoras del mercado que no permiten su acceso a los países más desfavorecidos, tampoco se condenaron los subsidios, una de las causas que se baraja como responsable de la actual situación. En lo que respecta a los biocombustibles, los principales países productores, Estados Unidos y Brasil, consiguieron que no se nombraran como una de las causas del problema alimentario, o sea, que la recomendación que hacía el grupo de expertos presente en la cumbre en la que solicitaban que los alimentos fueran considerados por encima de los biocombustibles, ha quedado en agua de borrajas.
La reunión de la FAO fue un completo fracaso, al menos así se desprende de la información que podemos recibir a través de los medios de comunicación, el documento redactado como resultado de la reunión no sirve de nada, algunos países indican que no se encuentra presente el espíritu humanitario, algo que es necesario si realmente se pretende resolver el problema.
Los compromisos adoptados han sido mínimos, algunos de ellos son los siguientes: «Luchar por todos los medios para erradicar el hambre» y «buscar un comercio más justo». Sin duda. palabras vacías cuando no se ha realizado ningún esfuerzo por reducir las barreras comerciales o subvencionar políticas agrarias que permitan el autoabastecimiento de los países tercermundistas en las próximas décadas.
Se mantendrán las acciones especulativas y los monopolios de distribución que provocan el aumento de los precios de los alimentos, se mantendrá y ampliará la elaboración de los biocombustibles, el cambio climático mantendrá su curso y no se habrán adoptado soluciones concretas. Una clara conclusión sobre todo lo ocurrido en la cumbre, completo y lamentable fracaso.
Vía | El País